Lydia Valentín: una luchadora en un mundo dominado por los hombres y la corrupción
Campeona olímpica, del mundo y de Europa de halterofilia, Lydia Valentín ha pasado a la historia como una de las mejores deportistas españolas de siempre después de una carrera de más de 20 años en este deporte al que dijo adiós en 2023.
Tras una larga lucha contra una lesión crónica de cadera que no la había permitido competir desde el año 2021 y de la no llegó a recuperarse, Valentín decidió anunciar que ponía punto y final a su carrera en septiembre de 2023, despidiéndose de la halterofilia "feliz, llena, tranquila y muy agradecida", según sus propias palabras.
"He conseguido mucho más de lo que jamás imaginé. He puesto a mi deporte en lo más alto del mundo. A partir de hoy comienza una nueva vida que estará llena de éxitos, ya que llevo los valores del deporte que he aprendido", dijo en su despedida.
Empezaba entonces, como ella mismo dijo, una nueva vida lejos del deporte que tantas alegrías le dio y en la que fue noticias a los pocos días de su adiós por otra despedida, esta forzada, del Observatorio de Igualdad que el ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, impulsó dentro de la institución en 2020.
A pesar de seguir en activo como haltera, Valentín se unió a este proyecto de Luis Rubiales junto a la entonces vicepresidenta de la RFEF, Elvira Andrés; la ex futbolista y entrenadora Laura del Río; la nadadora y medallista olímpica Thais Henríquez, el entonces entrenador de la selección femenina de fútbol, Jorge Vilda; y el director de integridad de la federación, Miguel García Caba.
Sin embargo, después de tres años y medio dentro de este polémico Observatorio de Igualdad, del que no se conoce actividad alguna, fue despedida sin aclarar las razones y sin especificar su rol real durante ese tiempo por el que cobró 27.000 euros anuales y coincidiendo con los cambios federativos que tuvieron lugar con la salida de Rubiales de su cargo como presidente.
"Se han portado conmigo muy bien; feliz con mis compañeras... Y hasta aquí. Al final, yo me he centrado en ayudarles en todos los eventos que hemos tenido para fomentar el deporte, que al final es lo que nos gusta. (…) Feliz con la RFEF y feliz por que hayan contado conmigo cuando soy de una federación que no tiene nada que ver con ellos", dijo tras darse a conocer la noticia.
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Tras su adiós al deporte profesional, a Lydia Valentín se la relacionó con la Casa Real Española. Los rumores hablaban de que se había convertido en la preparadora física de la infanta Leonor, heredera al trono de España, de cara a su paso por la academia militar, pero nada más lejos de la realidad…
"Lydia no entrena a la princesa, ni siquiera la conoce personalmente", dijeron fuentes cercanas a la ex haltera en unas declaraciones recogidas por el diario El Mundo en las que aseguraban además que "ya le gustaría, pero ella ahora mismo no está en nada de eso. Sigue entrenando cada día, aunque no para competir a alto nivel".
No es entrenadora personal, pero sí consejera esporádica y extraoficial de la reina Letizia. O eso contó la propia Valentín en una entrevista a la agencia Europa Press: "Me pide consejo para entrenar y me pregunta cómo hago para mantener la masa muscular".
"Le conté lo que me tomaba, cómo me suplementaba, cuántas comidas hacíamos y cómo entrenamos la fuerza, porque ella también entrena. Y ella me contó que tenía su preparador, su nutricionista...", añadió la triple medallista olímpica.
Lo que sí ha llegado en estos momentos de transición entre su vida profesional y un futuro aún por labrar, no se sabe si cerca o lejos del mundo del deporte, son los premios y reconocimientos, como es el Premio Trayectoria AS del Deporte 2023, que recibió en diciembre; o el Trofeo Cupra, entregado por el diario Mundo Deportivo por su trayectoria y su ilustre palmarés como estrella mundial de la halterofilia.
Del mismo modo, en febrero de 2024, la leonesa recibió un sentido homenaje en las instalaciones de Iberdrola, uno de sus patrocinadores como profesional, donde la hicieron entrega del diploma ‘Huella de Oro Iberdrola’ como reconocimiento a toda su carrera deportiva, como ya hicieron con otras deportistas como Sandra Sánchez u Ona Carbonell.
La empresa eléctrica quiso reconocer con este gesto "la brillante carrera" de la triple medallista olímpica, a la vez que agradecer "la implicación con la igualdad de oportunidades que ha desarrollado como Embajadora de la compañía", según apuntó el CEO de la compañía en España, Mario Ruiz-Tagle, quien la alabó "por servir de modelo de perseverancia, disciplina y trabajo".
Sobre su futuro, sin aclarar nada, dio algunas pistas en una entrevista al diario AS en diciembre de 2023: "No le he dicho adiós a mi deporte, le he dicho adiós al alto rendimiento, que es muy diferente. A mí, al final, me gusta entrenar, me gusta el deporte. Soy deportista y voy a ser deportista hasta que me muera. (…) Tengo muchos proyectos, relacionados todos con el deporte, que tengo que desarrollar. Con muchas ganas, muy contenta e ilusionada".
Nacida en la localidad de Camponaraya (León) el 10 de febrero de 1985, Lydia Valentín comenzó a practicar la halterofilia con sólo 11 años. En aquel momento jugaba al baloncesto y el director del centro deportivo donde entrenaba, Isaac Álvarez, le propuso probar suerte en ese deporte que parecía que sólo pudieran practicar los hombres.
No tardó en destacar entre sus compañeros, con una facilidad pasmosa para coger las técnicas y soportar las posiciones incómodas y, pese a que vivió, precisamente con 11 años, un mal momento, según contó en la Cadena SER, a causa de un problema en sus vías urinarias por las que se vio obligada a pasar por el quirófano y ser hospitalizada, salió adelante camino de la gloria.
Sus dificultades iniciales, sumado a un entorno hostil y machista para una niña que practicaba un deporte como la halterofilia, no impidieron que siguiera creciendo y, con 15 años, se convirtiera ya en doble campeona de España en categoría infantil.
Fue entonces cuando la Federación Española de Halterofilia le ofreció la posibilidad de dar un salto de nivel en su carrera deportiva trasladándose a la Residencia Joaquín Blume de Madrid para deportistas españoles de élite. Un tren que Valentín no dejó pasar a pesar de tener que separarse de su familia, y que, a la postre, sería fundamental para su carrera.
"Fue una decisión dura, me separaba de mi familia, de mis amigos, de mi tierra, para hacer un cambio de vida. Con 15 años comencé a entrenar en el CAR de Madrid. Estaba feliz, me podía dedicar en cuerpo y alma al deporte que me apasionaba", cuenta Valentín en su página web.
Lo que vino después es historia del deporte español: Tres medallas en los Juegos Olímpicos –Oro en Londres 2012, Plata en Pekín 2008 y Bronce en Río 2016-; dos veces campeona del mundo en los años 2017 y 2018 y cuatro veces campeona de Europa, en 2014, 2015, 2017 y 2018.
A todo ello se suman otras tantas medallas de plata y bronces en otros campeonatos del mundo y Europa que ha participado y condecoraciones como el Premio Nacional del Deporte a la Mejor Deportista Española del Año 2016; las Medallas de Plata y Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo, que recibió en 2014 y 2016, respectivamente.
Y todo ello en un mundo "de hombres" como la halterofilia y corrompido por el dopaje, como dejó claro en 2020 el Informe McLaren, elaborado por el abogado Richard McLaren, que desvelaba las tramas de dopaje y corrupción de la Federación Internacional de Halterofilia (IWF) durante 45 años.
Muestra de ello fue que, de sus tres medallas olímpicas, sólo el bronce en Río en 2016 lo recibió en el podio.
Las otras, el oro de Londres 2012 (en la foto) y la plata de Pekín 2008, las recibió según iban descubriéndose los casos de dopaje de sus rivales, algo para lo que tuvo que esperar incluso años.
"Toda la corrupción y todo lo que se ha hecho perjudicando mucho al deporte, a los valores, al deporte limpio y sano... Ya está bien, ya era hora de que alguien lo destapara. Al final, alguien lo tiene que juzgar y que a la gente que respetamos el deporte no se nos castigue de esa manera", contó en una entrevista en Teledeporte.
Después de tantos años en lo más alto, Valentín tenía la ilusión de poder participar en sus quintos Juegos Olímpicos en París 2024, pero su lesión crónica de cadera le obligó a parar y poner punto y final a una vida deportiva de éxito que, ahora, da pasó a una nueva etapa y a nuevos proyectos de futuro.
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