Promesas futbolísticas olvidadas: iban a comerse el mundo pero fracasaron
Con el inicio de cada temporada, el panorama futbolístico se renueva con jóvenes promesas cuyo potencial sugiere futuras estrellas en el deporte. No obstante, pese a sus auspiciosos inicios, numerosos talentos no logran consolidar sus carreras y gradualmente se desvanecen del foco público. A continuación, exploramos varios de los casos más representativos de este fenómeno.
El delantero brasileño fue una de las grandes promesas de su país y llegó a deslumbrar en el AC Milán cuando apenas tenía 20 años. Sin embargo, tras cinco temporadas con los rossoneri su estrella se fue apagando. Se fue a Brasil y, aunque volvió a Europa para jugar en Chelsea y Villarreal, poco a poco fue desapareciendo entre China, Estados Unidos y Brasil.
Nacido en Guinea-Bissau, se proclamó campeón de la Eurocopa 2016 con Portugal anotando el gol de la victoria en la prórroga de la final contra Francia. Por aquel entonces jugaba en el Lille de la Ligue 1 francesa. Parecía que había nacido una superestrella, pero tras pasar por Lokomotiv de Moscú y el Al-Raed saudí, se retiró en 2024 después de dos años sin equipo.
Con 17 años, debutó a lo grande en Old Trafford anotando un importante gol que dio la victoria al Manchester United. Lo llegaron a comparar con Cristiano Ronaldo, pero terminó saliendo por la puerta de atrás y deambulando por la segunda inglesa y la tercera italiana. Eso sí, en sus últimos años ha podido resarcirse jugando en primera con el Phanatinaikos griego y el Ankaragücü turco.
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El colombiano tuvo sus mejores años en el Oporto entre 2012 y 2015, momento en el que se erigió como uno de los grandes delanteros de su país y fichó por el Atlético de Madrid. Pero una mala campaña con los colchoneros le llevó a marcharse a China para jugar dos años en el Guangzhou Evergrande y después al Portimonense portugués, donde colgó las botas en 2020.
Llegaron a hablar de él como el sucesor del mismísimo Pelé después de debutar en la MLS con 14 años, pero la gran promesa del fútbol estadounidense, que pesó por Benfica y Mónaco, terminó deambulando por distintas ligas -portuguesa, griega, turca, brasileña, serbia, finlandesa, sueca y de Estados Unidos- sin llegar nunca a consolidarse y condenado al olvido.
Balón de Oro en el Mundial sub-17 de 2005, medallista olímpico en 2008 y Premio Golden Boy de aquel año, coincidiendo con su etapa como jugador del Manchester United, el habilidoso centrocampista brasileño nunca llegó a alcanzar el nivel que se le presuponía
Lucas Silva fichó por el Real Madrid en el mercado invernal de 2015 como un centrocampista revolucionario y con más futuro del fútbol brasileño. Pero tras un año sin apenas protagonismo, terminó cedido al Olympique de Marsella -donde tampoco cuajó- y, finalmente, regresando a su país, donde jugó en el Gremio (con el que descendió de categoría) y Cruzeiro.
Apodado ‘El Faraón’ por sus orígenes egipcios, Stephan El Shaarawy brilló con luz propia en sus inicios como jugador del AC Milan, que lo fichó del Genoa con 19 años, aunque terminó marchándose sin llegar a alcanzar el nivel que muchos esperaban de él en Italia. Pasaría Mónaco, Roma y Shangái Shensua chino, antes de regresar de nuevo al equipo romano.
Era uno de los ‘nuevos Messi’ del F.C. Barcelona, pero después de tres temporadas hizo las maletas para seguir una trayectoria descendente por ligas menores tras pasar por Sporting de Lisboa y Real Valladolid, incluyendo la belga (KAS Eupen), la suiza (Grasshopper), la cripriota (AEK Larnaca), la croata (Slavan Koprivnica) y la tailandesa (Lamphun Warrior FC).
Al jugador francés de origen tunecino Hatem Ben Arfa nunca le faltó calidad, sino más bien disciplina, cuestión que ha lastrado toda su carrera. Triunfó en el Olympique de Lyon, de donde se marchó al Marsella y, de ahí, a Newcastle, Stade Rennais, Real Valladolid, Girondins y Lille. Así, el que iba a ser uno de los referentes de Francia, quedó en eterna promesa.
Altidore despuntó en la MLS como uno de los delanteros estadounidenses más prometedores. Fruto de ello se marchó a La Liga para recalar en el Villarreal, pero no triunfó y estuvo cedido primero en el Xerez, de segunda división, en el Hull City inglés y el Bursaspor turco. El resto de su carrera pasó por el AC Alkmaar neerlandés, el Sunderland inglés, en la MLS en Toronto y New England Revolution y en el Puebla mexicano.
Además de una de las grandes promesas del fútbol ruso, fue uno de los baluartes de la cantera del Real Madrid y llegó a jugar algún partido en el primer equipo, aunque nunca encontró su sitio y, tras pasar por Sevilla, Villarreal y Valencia, acabó siendo traspasado al Venezia de la Serie B italiana y, a sus 33 años, se encuentra sin equipo
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Uno de tantos jugadores de la Masía que, en su momento, hizo volar la imaginación de los aficionados culés. Lo llegaron a comparar con Puyol, pero la realidad es que Muniesa terminó yéndose por la puerta de atrás. Pasó por el Stoke City y el Girona, pero con 27 años se marchó al Al-Arabi de Qatar. De ahí al Lyngby BK danés y de nuevo a Qatar para defender los colores del Al-Shahaniya.
Otra de las joyas de la cantera del Barça que se quedó por el camino. Y es que, aunque Ilaix Moriba ha seguido jugando en primera división, en Alemania con el RB Leipzig (equipo al que pertenece) y en España con Valencia y Getafe, en todos ellos lo ha hecho como un actor secundario, entre cesiones y pocos minutos de sobre el césped.
Uno de los niños prodigio del fútbol croata (y de la cantera del Barça) que quedó en nada fue Alen Halilović. Su larga trayectoria lo ha llevado por España (Sporting de Gijón y Las Palmas), Alemania (Hamburgo), Italia (Milán), Bélgica (Standard Lieja), Países Bajos (Heerenveen), la Premiership inglesa (Birmingham y Reading) y Croacia (HNK Rijeka), para terminar en el Fortuna Sittard neerlandés.
Tras despuntar en el Tottenham, se marchó al Guangzhou Evergrande atraído por el proyecto millonario del fútbol chino de 2015. De allí lo rescató el Barça por 40 millones de euros, aunque no cuajó y terminó regresando al conjunto asiático. Y, de ahí, al Al-Ahli saudí y al Corinthians de Brasil. Hoy sin equipo, completó una carrera muy lejos de las expectativas que generó en su día.
Otro brasileño y que también se dejó seducir por los millones de China en 2017 fue Oscar. El centrocampista llegó al Chelsea desde Brasil por 30 millones de euros como una de las grandes estrellas de su país, pero decidió marcharse al Shanghái Port FC chino, donde continúa jugando, aunque se le ha perdido la pista dentro de la élite del fútbol.
En 2009 el F.C. Barcelona apostó fuerte por él para apuntalar su defensa. Llegaba al club culé como una de las grandes figuras jóvenes del fútbol ucraniano, pero su papel en La Liga no fue nada nuevo y regresó al Shakhtar Donetsk, su equipo de procedencia. Desde entonces, jugó también en su país en el Dnipro y en Grecia en el AEK Atenas y el Ionikos, para terminar volviendo en 2023 al Shakhtar.
Otra de las grandes joyas del Barça que terminó como un nómada del fútbol sin terminar de triunfar en ningún sitio. En su trayectoria descendente pasó por Roma, Milán, Ajax, Stoke City, Mainz, Alavés, Montreal Impact y Vissel Kobe. En la selección española también se le vio como una futura estrella, pero su presencia en la ‘Roja’ ha brillado por su ausencia.
Otro brasileño que tenía muy buena pinta, tanto que el F.C. Barcelona lo fichó por 40 millones de euros en 2018. Sin embargo, terminó siendo un fracaso y, tras una temporada en las filas culés, se fue a Rusia para unirse al Zenit de San Petersburgo, equipo con el que hizo carrera hasta que, en 2023, se unió al Al-Hilal atraído por los petrodólares saudíes.
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