Ellos también son humanos: los más tremendos errores de guardametas
Siempre se habla de que ese defensa es como un muro, de la calidad de este centrocampista, de lo gran goleador que es aquel delantero... ¿Pero qué pasa con los guardametas? El suyo es un trabajo muy duro, porque son la última barrera que superar para marcar y un error suyo puede tener un precio muy alto para su equipo. Fallos que, dependiendo de cómo sean, pueden llegar a dar la vuelta al mundo. Repasemos, pues, los más sonoros de la historia.
Oliver Kahn ha sido, sin duda, uno de los mejores porteros de su generación y de la historia del fútbol, pero el guardameta alemán no estuvo a la altura de su reputación en la final del Mundial de la FIFA 2002 frente a Brasil.
En aquella gran final, Kahn no pudo atrapar un primer disparo de Rivaldo que prácticamente se le escapó de las manos, tras lo cual Ronaldo se le adelanto rápidamente para marcar el primer gol de los brasileños en su victoria frente a Alemania por 0-2.
André Onana tuvo un gran falló que acabó con las esperanzas del Manchester United en el partido de la fase de grupos en el que los 'Diablos Rojos' se enfrentaron al Bayern de Múnich en la Champions League de 2023.
El portero camerunés dejó pasar, prácticamente entres sus manos, un disparo aparentemente fácil del alemán Leroy Sané y allanó el camino para la victoria del conjunto bávaro por 4-3 en aquel partido.
Loris Karius es un nombre que los aficionados del Liverpool aún recuerdan muy bien y que, seguramente, quieran olvidar después de aquella terrible final de la Champions League frente al Real Madrid del año 2018.
El portero alemán cometió dos importantes errores que permitieron marcar a Karim Benzema -al que le tiró el balón al pie- y Gareth Bale -ante el que se le doblaron las manos cual mantequilla ante uno de sus disparos- y llevar al Real Madrid a la gloria europea en la final de aquella Champions League 2018.
El colombiano René Higuita es quizás el portero más espectacular de esta lista, famoso por sus dotes con los pies y como acróbata, como demostró con aquella sorprendente a la par que innecesaria parada del 'Escorpión'.
En el Mundial de la FIFA de 1990, en el partido de octavos de final que enfrentaba a Colombia con Camerún, Higuita intentó driblar a Roger Milla en una jugada sin peligro aparente, pero el delantero camerunés le robó el balón y marcó el 0-2 para los africanos y el que quizás fue el gol más fácil de la carrera del veterano delantero.
Robert Green fue el portero titular de la selección inglesa en el Mundial de la FIFA de 2010, hasta el partido que los enfrentó a Estados Unidos en el que, a causa de sus fallos, perdió la titularidad para el resto del torneo en favor de Joe Hart.
Las cosa no le fue nada bien a Green cuando el delantero estadounidense Clint Dempsey probó suerte disparando desde fuera del área y el portero de Inglaterra, para sorpresa de todos, dejó pasar el balón con torpeza entres sus manos hasta el interior de la portería.
El portero del Everton, Jordan Pickford, vivió una pesadilla en un partido de la Premier League frente al eterno rival, el Liverpool, en la temporada 2018-2019.
ADEMÁS: 50 jugadores ‘one club man’ de la historia del fútbol
Tras caer con polémica en cuartos de final ante Italia en Estados Unidos 1994, España volvía a Francia con la esperanza de hacer un gran Mundial en 1998, pero se quedó en la fase de grupos cayendo de la peor manera y con un terrible fallo de su portero, Andoni Zubizarreta.
En un contragolpe de la selección de Nigeria, el jugador Garba Lawal realizó un centro sin peligro donde no había rematadores, con tan mala suerte para Zubizarreta que, al intentar blocar el balón lo mandó para dentro de la portería.
Pickford calculó terriblemente mal en una volea de Virgil van Dijk que no consiguió atrapar y cayó directamente a la cabeza de Divock Origi, quien sólo tuvo que empujar rematando para anotar el último gol del Liverpool, que ser llevaría aquel día el derbi de Merseyside.
Lo mismo puede decirse del finlandés Peter Enckelman, que jugó en el Aston Villa de la Premier League inglesa en la temporada 2002-2003.
En el derbi frente al Birmingham City, Enckelman calculó mal un saque de banda de Olof Mellberg y dejó que el balón pasara por debajo de su pie camino de la red cuando pretendía pararlo y controlarlo, lo que dio lugar uno de los autogoles más tontos de la historia del fútbol.
De nuevo el Birmingham City fue protagonista, esta vez en la final de la Carling Cup del año 2011, donde se enfrentaban al Arsenal de Wojciech Szczęsny.
En medio de un ataque del Birmingham, en un partido que parecía encaminado a la prórroga con 1-1 (minuto 89), el portero polaco fue a agarrar el balón, pero se le escapó de las manos cuando saltó por medio su compañero Laurent Koscielny. Al delantero Obafemi Martins no le importó la falta de entendimiento entre los dos y marcó el gol de la victoria que le dio a su equipo aquel título.
Otro de los protagonistas de uno de los peores fallos del mundo del fútbol bajo los palos fue el inglés Shay Given, que jugaba en el Newcastle United en la temporada 1997-1998.
En un partido contra Coventry City, Given atrapó un centro y se preparó para volver a poner el balón en juego. Lo que no vio, sin embargo, fue que el delantero Dion Dublin venía por detrás para arrebatarle el esférico y marcar un gol de auténtico pillo.
Peter Shilton es uno de los mejores porteros ingleses de todos los tiempos, pero terminó su carrera internacional de una forma bastante vergonzosa.
El portero jugaba su último partido internacional contra Italia en el Mundial de 1990 cuando, teniendo el balón controlado en medio de un ataque, lo perdió torpemente frente a uno de sus rivales por no cogerlo con las manos, tras lo cual, Roberto Baggio marcó un gol sin esfuerzo que, a la postre serviría para que los italianos se llevaran aquel encuentro por 2-1.
Heurelho Gomes jugaba en el Tottenham cuando las cosas no salieron nada bien para él y su equipo en un encuentro contra el Fulham en el estadio de londinense de Craven Cottage.
El brasileño calculó mal un centro de Simon Davies y dejó que el balón se deslizara torpemente hacia su portería. Es solo uno de los múltiples fallos del guardameta que, más de una vez dejó ir el balón al fondo de la red al no atrapar con contundencia el esférico con sus manos.
ADEMÁS: Las mayores traiciones del fútbol