El escándalo que podría dejar a España sin el Mundial de Fútbol de 2030
Desde que el futbolista brasileño Vinicius Jr. abordara el tema, se ha intensificado el debate sobre si España, que organiza el Mundial 2030 junto a Portugal y Marruecos, debe ser anfitrión del torneo en medio de preocupaciones por el racismo en el país. Las declaraciones de Vinicius han provocado que aumente el número de personas que cuestionan si sus preocupaciones son legítimas.
"Hasta 2030 tenemos un gran margen de evolución. Espero que España pueda evolucionar y entienda lo grave que es insultar a una persona por el color de su piel. Porque, si hasta 2030 las cosas no evolucionan, creo que el Mundial tendría que cambiar de lugar", dijo en delantero del Real Madrid en una entrevista en la CNN.
Vinicius, que lleva tiempo enarbolando la bandera contra el racismo desde su posición de futbolista de La Liga española y como víctima directa de insultos racistas en varios de los campos españoles en los que ha jugado, agregó que "si los jugadores no se sienten a gusto y no se sienten con confianza de jugar en un país en el que pueden sufrir racismo, es muy complicado".
Pero, ¿es realmente España racista como afirma el futbolista del Real Madrid? ¿O lo es más que otros países que ya hayan acogido anteriormente una cita mundialista? Y, aún surge una cuestión más: ¿sería esa una razón de peso para no ser sede de la edición de 2030?
Además de los episodios racistas que han tenido como objetivo a Vinicius, en los estadios de España se han podido presenciar otros tantos con otros futbolistas como protagonistas. Ya en los años 90 se recuerdan casos como los de Wilfred Agbonavbare o Roberto Carlos, increpados por aficionados rivales, o el del ‘Tren’ Valencia, insultado por su propio presidente, Jesús Gil.
De la primera década de los 2000 se recuerdan especialmente casos como los de Darío Silva, que agredió a un aficionado rival por decirle "todos los negros deberíais estar muertos"; Samuel Eto'o, que quiso abandonar el campo en un partido contra el Real Zaragoza; Carlos Kameni, increpado en ese mismo estadio; o Ronaldo Nazario, que recibió insultos racistas en Málaga.
Entre los más recientes, no se puede olvidar aquel episodio en el que lanzaron un plátano desde la grada de El Madrigal a Dani Alves, que denunció que solían llamarle "mono" en muchos campos, y se le comió. Un caso al que se sumaron otros como el de Nyom en Elche, Paulao en Sevilla, Pape Diop en Valencia, Marcelo en Madrid contra el Atlético o Umtiti contra el Espanyol.
Son muchos los casos que se han vivido en el fútbol español, aunque en este caso se ha tendido a generalizar, algo por lo que el propio Vinicius suavizó sus palabras recordando que "hay muchas personas en España, o incluso la mayoría, que no son racistas, pero hay un pequeño grupo que acaba afectando a la imagen de un país que es tan agradable para vivir".
Ante la pregunta de si España es racista, desde Amnistía Internacional daban dos puntos de vista en una entrevista con el portal Infobae. Por un lado, apuntan, "algunas personas se preguntan esto con sorpresa, lo cual no deja de ser un grave síntoma de lo interiorizado y normalizado que están muchas actitudes y comportamientos racistas y xenófobos".
Por otro, continúan desde la ONG, "otras personas directamente lo niegan considerando que los insultos recibidos por Vinícius no son más que una anécdota protagonizada por cuatro radicales, y que, por lo tanto, debería quedarse como tal".
Desde Blvck Pvper, un medio digital que lucha de forma activa contra la discriminación racial en España, su coordinador, Guillermo Akapo Bisoko, daba un paso más al hilo de esta polémica, asegurando en Infobae que "el racismo va más allá de la mera cuestión de condenar a una persona por proferir cánticos racistas a un jugador de futbol".
Akapo Bisoko denuncia que la estructura social en España es en sí racista y explica que "más allá del fútbol y del deporte, algo está fallando cuando los últimos datos indican la tendencia ascendente de normativas, prácticas y comportamientos racistas y xenófobos en los últimos años, y seguimos sin un compromiso claro para luchar contra el racismo y la discriminación".
Su denuncia también fue dirigida a los otros países organizadores, Portugal y Marruecos, donde también denunció casos similares como los de Moussa Marega y Chancel Mbemba, respectivamente, mientras recuerda que "el problema del racismo en el deporte español es que se ha normalizado a tales niveles, que incluso han normalizado el silencio del deportista".
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Y, aunque desde 2007 la ley en España condena cuestiones como los insultos racistas dentro y fuera de los estadios, Akapo Bisoko lamentó que "la falta de voluntad y acción de las instituciones responsables manifiestan una limitada efectividad de la aplicación legal", como refleja que "apenas se suspenden partidos ni se clausuran gradas o cierran estadios".
A pesar de todo, la ocurrencia de Vinicius ha hecho que muchos profesionales del mundo reacciones en contra de ella, como es el caso de su compañero de equipo Dani Carvajal, quien sentenció que "España no es un país racista"; o del hispano brasileño Donato, que ha dicho que "debería pedir perdón por sus palabras".
En este contexto, también surgen las comparaciones. ¿Hay más racismo en España que en otros países? Es difícil afirmar que exista un solo país en el mundo en el que no exista discriminación por el color de la piel y buenos ejemplos de ello son las cuatro últimas sedes que han acogido el Mundial de fútbol o las dos que están por hacerlo.
Hablamos de Sudáfrica, Brasil, Rusia, Qatar, Estados Unidos y Arabia Saudí, países en los que la discriminación y el racismo, según Amnistía Internacional, supera con creces a la que puede verse en España. En ese sentido, denuncian el doble rasero de la FIFA, que elige sus sedes, entre otras cosas y según sus propias palabras, bajo la bandera de la lucha contra esta lacra.
"Instituciones como FIFA, que proclaman que la celebración de la Copa Mundial deja un legado positivo para los derechos humanos en los países receptores. Sin embargo, la realidad es bastante diferente", apuntan desde Amnistía Internacional.
En su 74º Congreso, celebrado en mayo de 2024, la FIFA abordó la adopción de sanciones concretas para casos de racismo como la denominada ‘derrota automática’ en los partidos afectados, además de que pueda ser constituyente de un delito penal. Cuestiones de base para un problema que va mucho más lejos y sobre el que tienen mucho trabajo por hacer.
Incluso el propio país de origen de Vinicius, Brasil, que fue sede del Mundial 2014, tiene graves problemas con el racismo. "Tiene, a día de hoy, problemas endémicos relacionados con la discriminación (…) Debido al racismo sistémico se dan abusos policiales que afectan de forma desproporcionada a la población negra", apuntan desde la ONG.
"Tienen uno de los niveles más elevados de desigualdad del mundo. Este racismo sistémico afecta a los derechos civiles, políticos, culturales, económicos y sociales de la población negra, especialmente a las mujeres, que se enfrentan a multitud de obstáculos para acceder a sus derechos", añaden.
El tema del racismo es un problema que sufren en todos los países del mundo y que requiere de una concienciación a nivel global para terminar con él. Si es una razón o no de peso para quitarse a España el Mundial de 2030 ya es un tema abierto y muy debatible, especialmente si se compara con sus precedentes.
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