El crudo final del ex del Barça Isaac Cuenca al que el fútbol destruyó
Al comienzo de la segunda década de los años 2000, se perfilaba como una de las grandes promesas de la cantera del FC Barcelona. Fue bajo la dirección de Pep Guardiola que recibió la oportunidad de estrenarse con el primer equipo culé.
Sin embargo, terminó siendo otro emigrante más formado en la Masía que, tras 11 temporadas como profesional, dejó el fútbol prematuramente a causa de las lesiones.
Dos años después de colgar las botas, el ex futbolista nacido en Reus (Tarragona) concedió una entrevista al diario catalán ARA en la que contó su triste final como futbolista, sobrepasado por las lesiones y por un deporte que, según sus propias palabras, lo destruyó.
Cuenca se adentró en el mundo del fútbol en las categorías inferiores del Racing de Carballal, de donde fue fichado por el FC Barcelona. Allí terminó de formarse y pasó un año cedido en el Sabadell –en la temporada 2010-2011- antes de irrumpir de forma fulgurante con los azulgranas.
Su gran temporada en el Sabadell y los méritos logrados en el filial del Barça, llamaron la atención de Pep Guardiola, que decidió darle la oportunidad de debutar con el primer equipo el 21 de octubre de 2011 en un partido de Liga contra el Granada.
Fue una temporada, la 2011-2012, en la que Cuenca jugó tanto con el filial como con el primer equipo del FC Barcelona, hasta que fue, poco a poco, asentándose bajo las órdenes del técnico de Sampedor.
Los problemas empezaron a llegar a la vida de Isaac Cuenta en el año 2012, aún como jugador del FC Barcelona y en un momento dulce en el que, por méritos propios, se había hecho un hueco en el primer equipo azulgrana y acababa de firmar su primer gran contrato hasta 2015.
Fue entonces, en el mes de mayo de 2012, cuando Cuenca sufrió una importante lesión en su rodilla derecha que le obligó a pasar por el quirófano para tratarse a través de una artroscopia terapéutica, una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que, además, supone una recuperación más rápida.
Sin embargo, para Isaac Cuenca la recuperación fue un suplicio. No fue bien ni tampoco fue rápida y pasarían seis meses hasta poder volver a tocar balón y ocho hasta que le dieron el alta médica, dejando pasar en ese tiempo su oportunidad de jugar con el Barça y con la selección española en los Juegos Olímpicos de Londres.
Comenzó la temporada 2012-2013 con el FC Barcelona, ya con Tito Vilanova como entrenador, pero, en el mercado invernal se marchó cedido al Ajax de Ámsterdam de la Eredivisie neerlandesa, donde las cosas fueron a peor.
Apenas dos meses después de llegar al club neerlandés, Cuenca volvió a lesionarse gravemente en la rodilla derecha, lo que supuso el adiós a la temporada y volver a pasar por una operación, esta vez en el menisco externo de esa rodilla.
No volvería a jugar hasta el 13 de mayo de 2014, ya de nuevo en las filas del FC Barcelona. Y lo hizo en la recta final de una temporada en la que su camino y el del club catalán se separarían de forma definitiva y para siempre con una rescisión de su contrato.
En el verano de 2014, Isaac Cuenca ficho por el Deportivo de La Coruña, donde jugó 29 partidos, marcó dos goles y dio dos asistencias. Fue una campaña en la que las lesiones lo respetaron, pero en la que terminó haciendo las maletas para probar suerte fuera de España…
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En aquellos años, Cuenca también sufrió el estar lejos de los suyos y de su tierra, como contaba en ARA: "Eres joven y de repente vuelta tienes que abandonar tu círculo. Ganas mucho dinero y te compras todo lo que quieres, pero también tienes mucho tiempo para que te entrenes por la mañana y después tienes todo el día. ¿Y qué pasa? Pues que te sientes solo: el dinero no evita la soledad".
En la temporada 2015-2016, Cuenca fichó por el Bursarpor de la Superliga turca, donde jugó apenas 19 partidos, marcó un gol y dio un par de asistencias. Malos número que le llevaron de vuelta a España para fichar por una temporada y media con el Granada.
En Granada pasaría dos temporadas sin pena ni gloria, con 38 partidos, 4 goles y 2 asistencias en su haber y que abandonaría en 2017 camino de Israel, para unirse a las filas del Hapoel Be'er Sheva, donde también terminó rescindiendo su contrato al año de su llegada.
La temporada 2018-2019 la comenzó haciendo la temporada con el Reus Sportiu, pero la desaparición del club catalán a principios de 2019 le obligó a buscar nuevos horizontes para seguir desarrollando su vida como futbolista.
Sus últimos años como futbolista los vivió en Japón, donde pasó por dos clubes entre 2019 y 2021: el Sagan Tosu y el Vegalta Sendai. Sin embargo, de nuevo allí una grave lesión volvió a golpearlo y terminó por rescindir su último contrato, volver a España y anunciar su retirada definitiva del fútbol el 20 de abril de 2021, una semana antes de cumplir 31 años.
"Solo podía entrenarme una vez por semana y después de los partidos se me ponía la pierna como una pelota", recuerda en ARA de su etapa en el país nipón.
Por aquella lesión, Cuenca se enfrentó a tres nuevas operaciones que sirvieron de poco. "No me recuperaba bien y el médico me animó a que probara una última intervención porque no tenía cartílago y la tibia y el fémur chocaban mucho. Necesitaba dos trasplantes y volví al quirófano, pero no funcionó, así que dejé el fútbol", se lamentaba el deportista.
Aquel adiós al fútbol, explica, fue la mejor decisión que pudo tomar porque, como cuenta, “retirarme ha sido liberador. Después de la última intervención, la rodilla me dolía tanto que dejarlo correr me alivió”.
“Claro que echo de menos el fútbol, pero el dolor físico era tan enorme que decidí que ya era suficiente. Quería tener una vida normal", destacaba Cuenca en su entrevista.
Una lección de vida que Cuenca resume perfectamente: "Lo más importante que me ha enseñado el fútbol es que no todo es como quieres. Si crees que eres muy bueno, hay otro mejor. Y si crees que eres buenísimo, quizás te lesiones y nadie te quiera. A mí me ha puesto en lugares que no me esperaba y mírame ahora, retirado con 30 años”.
Ahora, con el horizonte puesto en su nueva vida alejado del fútbol profesional, Cuenca quiere transmitir su experiencia a otros –especialmente a sus dos hijas-, dejando claro, como dijo, que “esa vida no todo es como quieres. Que la facilidad para adaptarte es lo que marca tu felicidad. Si te aferras a algo, puede acabar destruyéndote”.
Y es que Cuenca se mostró claro, “Siento que me ha pasado eso. Si me hubiera retirado año y medio antes, no habría sufrido tanto. Me he aferrado al fútbol y he acabado cayendo. Pero ahora he renacido". Una lección de vida para todos aquellos que busquen conseguir sus objetivos cueste lo que cueste.
En sus años como futbolista, Cuenca se formó en temas de Bolsa, lo que le llevó a invertir en bienes inmobiliarios que, tras revalorizarse, han dado pie al ex futbolista a montar su propia empresa enfocada al tema de la medicina deportiva bajo la marca Cold 2 Sport.
Imagen: Instagram de Isaac Cuenca (@cuencaisaac)
Un nuevo horizonte profesional que va de la mano con los obstáculos que Isaac Cuenca fue encontrando a lo largo de toda su carrera como futbolista y con el que busca mejorar la vida de aquellos deportistas a los que su gran pasión les dé un golpe de realidad en forma de lesiones, tal y como le sucedió a él.
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