El día que la Unión Soviética venció a Estados Unidos en baloncesto
El equipo de baloncesto masculino de EE. UU. está considerado como una potencia en este deporte y cuenta con numerosas victorias a lo largo de generaciones. A menudo son los claros favoritos, aunque ocasionalmente experimentan errores inesperados en la cancha. Uno de los momentos más polémicos se produjo el 10 de septiembre de 1972, cuando el "Dream Team" no logró superar ante la Unión Soviética en una final muy disputada, dejando a los aficionados al borde de sus asientos.
El equipo masculino de baloncesto de Estados Unidos consideró que fue perjudicado tras perder 51-50 ante la Unión Soviética en la final olímpica de 1972 en Múnich. Este polémico partido puso fin a una racha de 36 años sin derrotas para los estadounidenses, dejando una profunda huella en la historia del baloncesto olímpico.
El equipo estadounidense ganó todos los partidos y todas las medallas de oro desde que el baloncesto se unió a los Juegos Olímpicos en 1936, poniendo fin a una histórica racha invicta. ¿Cómo lo lograron los soviéticos?
En Múnich, los estadounidenses se enfrentaron a un equipo soviético más veterano y experimentado, una oportunidad para provocar una gran sorpresa.
Doug Collin logró dos tiros libres decisivos, dándole al equipo estadounidense su primera ventaja del partido en los últimos momentos del partido.
A pocos segundos del final, un pase soviético desde la banda es desviado en el centro del campo, y los aficionados invaden la cancha en celebración.
Sin embargo, el cronómetro aún mostraba unos segundos de tiempo de juego restantes. Según ESPN, "un alto funcionario internacional de baloncesto, William Jones, declaró que el reloj debía reiniciarse, añadiendo tres segundos adicionales".
Los estadounidenses, dirigidos por Henry Iba, estaban furiosos con los árbitros y criticaron al operador del marcador por reiniciar el reloj. El entrenador estadounidense amenazó con abandonar la cancha junto a su equipo. Según The New York Times, en medio del caos, un aficionado robó también la cartera de Iba cerca de la cancha.
El cronómetro fue reiniciado y se reanudó el juego con balón para los soviéticos. Aleksandr Belov se impuso a dos estadounidenses para recibir el pase desde la banda y logró una canasta histórica, dando a la Unión Soviética una victoria sorprendente.
El equipo estadounidense intentó apelar la decisión, pero no tuvo éxito. Desde entonces, decidieron por unanimidad boicotear la ceremonia de entrega de medallas, lo que les llevó a perder incluso las medallas de plata.
"No tenemos ganas de aceptar la medalla de plata porque sentimos que valemos el oro", afirmó Bill Summers, presidente del Comité Olímpico de Baloncesto de Estados Unidos, según The Guardian.
El polémico final del partido abrió una investigación dentro de la FIBA, y hasta el día de hoy hay indicios de "posible corrupción política", informa ESPN. La Guerra Fría todavía permanecía en el fondo, lo que la convertía en algo más que un simple partido de baloncesto...
En 2012, la selección estadounidense se reunió en Múnich, 40 años después de la polémica final. Los jugadores estaban sentados en una mesa redonda televisada, y los 12 jugadores presentes "se mantuvieron firmes en su decisión de rechazar sus medallas de plata", informa The New York Times.
Kenny Davis compartió durante la entrevista que agregó una cláusula a su testamento, "impidiendo que cualquiera de los miembros de su familia lo acepte póstumamente en su nombre", informa además The New York Times.
Rusia todavía celebra la medalla de oro de 1972 conseguida en Munich como un gran logro deportivo. En 2017 se estrenó la película "Going Vertical” (saltando verticalmente), que conmemora un importante momento deportivo.
"Nuestras medallas están en Lausana, y para el 60º aniversario seremos menos los que estemos presentes. La historia se desvanece con el tiempo," comentó Tom McMillen en una entrevista. El exjugador de la NBA, que luego se convirtió en congresista, ¡eso sí que es una canasta segura!