El día en que secuestraron a Quini
Era una época convulsa en España. La democracia aún estaba en pañales e intentaba cuajar entre continuos atentados terroristas de ETA y GRAPO o el intento de golpe de Estado del 23-F. Y, en medio de todo eso, se produjo un secuestro que conmocionó a todo el país, el del futbolista Enrique Castro ‘Quini’. Sucedió en 1981.
‘Quini’, al que apodaban ‘El brujo’ fue uno de los futbolistas más destacados de los años 70 y principios de los 80. De hecho, fue fichado por el FC Barcelona procedente del Sporting de Gijón por 82 millones de pesetas (unos 493.000 euros), una cifra muy alta para la época.
En la imagen, abajo, el segundo por la derecha.
Quini había sido máximo goleador de la Liga Española de Fútbol en tres ocasiones (1974, 1976 y 1980) -la última ya como jugador del FC Barcelona- a las que había que sumar otras dos en Segunda División (1970 y 1977). Un logro que llegaría a obtener dos veces más, en 1981 y 1982.
Su estatus de estrella nacional del fútbol le convirtió en el objetivo de tres hombres que el 1 de marzo de 1981 lo secuestraron en una gasolinera y lo trasladaron de Barcelona a Zaragoza, donde lo mantuvieron encerrado en un zulo durante 25 días.
Sus captores eran Fernando, Víctor y Eduardo, tres hombres que no eran delincuentes habituales, sino tres parados que, movidos por la desesperación, decidieron secuestrar a ‘Quini’ para pedir por él un rescate y poder salir así de la terrible situación económica en la que se encontraban.
Imagen: recorte de El Heraldo de Aragón
De hecho, el propio futbolista, en declaraciones posteriores a su liberación, aseguró que los tres secuestradores eran “buena gente” y los perdonó rápidamente e incluso se reunió con uno de ellos años después, tal y como publicó Mundo Deportivo. Eso sí, el perdón de Quini nada más salir de su cautiverio no libró. a sus captores de pasar 10 años en la cárcel.
El día de su secuestro, Quini marcó dos goles en la victoria de su equipo, el FC Barcelona, por 6-0 frente al Hércules, en un partido clave, ya que los catalanes mantenían una dura pugna en la clasificación con el Atlético de Madrid, en aquel momento líder de la Liga.
Tras el partido, el futbolista fue con su Ford Granada a una gasolinera para llenar el depósito y allí se encontró con dos de sus captores que, tras encañonarlo con una pistola, lo obligaron a volver a entrar al vehículo para salir de allí.
Antes, junto al mercado de Les Corts de Barcelona, los secuestradores lo pusieron una capucha en la cabeza y le obligaron a meterse dentro de una caja de madera en una furgoneta que conducía el tercer secuestrador. Y allí y así lo trasladarían hasta el zulo donde estuvo retenido, en un taller de la calle Jerónimo Vicente de Zaragoza.
La primera en dar la voz de alarma fue la mujer de ‘Quini’, Mari Nieves, que esperaba al futbolista en el aeropuerto de El Prat y, al ver que no llegaba ni tampoco estaba en su casa, informó rápidamente de todo tanto a la Policía como al FC Barcelona.
Imagen: portada de La Vanguardia
Desde el FC Barcelona, con el presidente Josep Lluís Núñez a la cabeza, contactaron rápidamente con el entonces gobernador civil, Josep Coderch, quien activó la acción de la Brigada de Investigación Criminal. Al día siguiente, el club emitió además un comunicado oficial dando a conocer públicamente la noticia y promoviendo la colaboración ciudadana.
Una vez se conoció la noticia, fueron muchos los aficionados que se movilizaron exigiendo en las calles y frente a su casa su liberación con lemas como ‘Por Quini venimos a los que sea. Endavant Barça!’, o en el propio estadio al grito de ‘¡Quini libertad!”
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El 3 de marzo llegó la primera llamada en la que Fernando, uno de los captores, pedía un rescate. Querían 100 millones de pesetas (600.000 euros), mientras que aseguraban que el futbolista se encontraba en perfectas condiciones.
Imagen: recorte de El Heraldo de Aragón
Las llamadas se sucedieron en los días sucesivos y las conversaciones ayudaron a la Policía a ver que los secuestradores no eran profesionales, ni mucho menos terroristas y eran claramente aragoneses, ya que tenían un acento muy marcado.
Imagen: recorte de El Heraldo de Aragón
En medio de aquellas llamadas surgieron incluso anécdotas como la que contaba Andreu Martín (en la imagen) en el libro ‘Sociedad negra’ y en la que decía que los secuestradores exigieron celeridad en el pago del rescate porque se quedaban sin presupuesto para bocadillos y “’Quini’ come como una lima”, decían.
Hubo varias figuras del FC Barcelona que participaron activamente en la operación de rescate. Los jugadores y amigos de ‘Quini’, José Ramón Alexanko y Bern Schuster, y Josep Lluís Núñez, Nicolau Casaus y Joan Gaspart, presidente y vicepresidentes del club, respectivamente.
El alemán Bern Schuster actuaría como negociador de la familia y representante ante los secuestradores. Llegó a decir, según recogió La Vanguardia: “No jugaré. Además de piernas tengo corazón, sólo quiero que vuelva ‘Quini’”.
De hecho, Alexanco participó en una primera operación para efectuar el pago del rescate a los secuestradores. Él mismo era el encargado de hacer la entrega de un maletín con el dinero, pero el hecho de que se negara a hacerlo en territorio francés hizo que se acabara suspendiendo.
Tras ello, la Policía ejecutaría el plan perfecto. Convencieron a los secuestradores de que los abonarían el dinero en una cuenta bancaria de Suiza a través de la empresa de relojes Omega y con la excusa de que hacían un pago al FC Barcelona.
Hasta Ginebra (Suiza) viajaron tres supuestos representantes de Omega y el vicepresidente del FC Barcelona Nicolau Casaus como supervisor de la operación en las oficinas de la Credit Suisse, entidad en la que uno de los secuestradores había abierto una cuenta para recibir en ella el dinero.
Las policías española y suiza habían acordado el levantamiento del secreto bancario dentro de la operación y, gracias a ello, en el momento en el que Víctor Manuel Díaz retiró tres millones de pesetas de una sucursal en Suiza, se pudo conocer su identidad, lo que llevó a su inmediata detención y a conocer el paradero del zulo donde ‘Quini’ estaba encerrado.
La noche del 25 de marzo de 1981, en medio de la retransmisión del amistoso entre Inglaterra y España en el viejo Wembley, las radios dieron la noticia al grito de “¡Han liberado a Quini! ¡Han liberado a Quini!!” y el día siguiente fue portada de todos los periódicos, incluso alguna internacional como la de La Gazzetta dello Sport, en Italia.
Imagen: portada Mundo Deportivo
Tras aquella terrible experiencia, ‘Quini’ no tardó en regresar a los terrenos de juego para seguir haciendo lo que mejor supo hacer siempre: marcar goles. Ese año no pudo conquistar la Liga, pero sí la Copa frente a su querido Sporting y marcado dos goles… además de volver a convertirse en el máximo goleador con 20 goles.
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