Del cielo al infierno: auge y caída de Dennis Rodman
Confesaba Michael Jordan en el documental 'Dennis Rodman: para lo bueno y para lo malo' ('30 for 30: Rodman: For Better or Worse') de ESPN que no confiaba en que su compañero en los Chicago Bulls, Dennis Rodman, llegara vivo a los 40 años.
"Viendo el estilo de vida que llevaba, nunca pensé que llegaría a los 40. Quemó la vela por ambos extremos". Sin embargo, el increíble pivot de los Bulls cumplió los 60 el pasado 2021 y, a día de hoy, sigue fiel a su estilo de vida. Porque ya saben, el Gusano, como le conocían en el mundillo, es eterno.
Dennis Rodman ha sido el mejor ejemplo de la mezcla entre figura de la NBA y estrella del Rock que ha pasado por un deporte con una clara tendencia a endiosar figuras humanas de gran envergadura. Rodman sublimó este culto al personaje sin dejar de rendir en la cancha.
Pero, ¿de dónde viene esta obsesión por salirse de lo establecido, por llamar la atención y por ser siempre único, incluso opacando al mejor jugador de la historia de la NBA? En el documental de ESPN lo explican de maravilla.
Dennis Rodman vio como su padre abandonaba su hogar cuando tenía sólo tres años, por lo que se crió con su madre y sus dos hermanas. Estas solían vestirle de niña a diario, le maquillaban y le sacaban a la calle en tacones.
Mientras, en el colegio, tal y como recoge 'Dennis Rodman: para lo bueno y para lo malo', otros compañeros le pegaban casi a diario, ante la apatía defensiva del joven Rodman.
Todo cambió en plena adolescencia, cuando Dennis Rodman creció más de 30 centímetros, elevando su envergadura a niveles sobrehumanos. Se acabaron los abusos y se abría una puerta prometedora: el baloncesto.
Con 20 años y 2,07 metros de altura, Dennis Rodman comienza a jugar en Oklahoma, donde hace su primer amigo: Bryn Rich. Esta amistad sería clave para el devenir del jugador.
La familia Rich, caucásicos de manual, adoptó a Dennis Rodman y le acogieron en su casa. El interminable pívot, a cambio, trabajaba horas y horas en su huerta.
Por aquel entonces, Dennis Rodman ya dejaba entrever que su capacidad física era de otro mundo. Michael Jordan alucinaba con la capacidad de Rodman para ir a entrenar o a un partido sin dormir y poder "correr como una gacela".
Dennis Rodman era excesivo en todo. En su vida personal, pero también en la cancha, donde los límites de la pista se le quedaban pequeños y, casi en cada partido, acababa cayendo sobre el público, para locura del mismo.
Rodman fue elegido el número 27 de la segunda ronda del Draft de 1986 por Detroit Pistons, donde daría con el entrenador Chuck Daly. Este recuerda en el documental que Rodman "no le temía a nada ni a nadie".
Daly llegó a ser la figura paterna que Rodman jamás tuvo. Con él y su familia pasaba las fiestas relevantes del año, como Navidad o Acción de Gracias. No bebía alcohol y era todo un profesional.
Rodman ganó el título de Mejor Defensa de la NBA y dos anillos de campeón con los Pistons, en 1989 y 1990. Un año más tarde, Chuck Daly dejaría al equipo y Dennis Rodman entró en depresión.
La marcha de su padre oficioso, mezclado con la batalla con su ex mujer por la custodia de su hija, le llevaron a estar a punto de quitarse la vida en febrero de 1993, con un rifle en su furgoneta. No lo hizo porque se quedó dormido.
A pesar de no apretar el gatillo, "ese día maté al Dennis Rodman que intentaba agradar a todo el mundo", confiesa en sus memorias. Ese mismo año, ficha por los San Antonio Spurs y se presenta ante su afición con una cresta rubia tras ver a Wesley Snipes en la película 'Demolition Man'.
Image: Warner Bros.
Dennis Rodman comenzaba a ser una 'estrella del rock' y este estatus se multiplicó cuando comenzó a salir con Madonna en 1994. Rodman adoraba la fama y la fama adoraba a Rodman.
En una entrevista para Playboy, el pívot confesó que Madonna y él rompieron ante la negativa de Dennis Rodman a tener un hijo con la Reina del Pop, como ella le pedía.
Sí, Dennis Rodman se permitió el lujo de romper con una de las mujeres más deseadas de la historia en el momento álgido de su popularidad. Y el monstruo mediático que había creado aún tenía que crecer...
De la mano de su agente, Dwight Manley, Dennis Rodman abrazó un cambio radical de look. Comenzó a ponerse el pelo de colores, a aparecer con las uñas pintadas y vistiendo con ropa femenina.
Todo ello quedó inmortalizado en la legendaria portada de 'Sports Illustrated' de 1995, donde apareció con un short de cuero, un corpiño y un loro. Historia de la moda.
Su cambio de imagen vino acompañado de declaraciones explosivas: bares de ambiente, vestuarios NBA muy calientes, relaciones con mujeres trans o un beso en directo con RuPaul.
Todo este maremoto estilístico se coronó con la presentación de su biografía, 'Bad As I Wanna Be' (1996), donde apareció vestido de novia para casarse consigo mismo.
Y no, no fue algo improvisado o tóxico. Ni mucho menos. Kevyn Aucoin, maquillador de artistas como Cher o Madonna, fusionó su interminable masculinidad con su lado más femenino.
El libro arrasó en ventas, su fama no paraba de crecer y, para rematar su racha, fichó por unos Chicago Bulls a los que volvía Michael Jordan tras su periplo olvidable por el mundo del béisbol.
Tres años estuvo El Gusano en los Bulls de Jordan y su balance no pudo ser más positivo: tres anillos de campeón y el respeto eterno del mundo del baloncesto como gregario de Air Jordan.
¿Qué le faltaba a Dennis Rodman? La llamada de Hollywood, que llegó en 1997 de la mano de Jean-Claude Van Damme y 'Double Team'.
Ese año, Rodman ganaría 10 millones de dólares fuera de las canchas, tres más de los 7 millones que le pagaban los Bulls. El Chico Malo de la NBA arrasaba fuera de ella.
Por aquel entonces, la Policía acudía todas las semanas a su casa por quejas de los vecinos. Fue detenido en varias ocasiones por conducir ebrio, por escándalo público o peleas callejeras. No podía parar.
Pero llegó un momento en que el público se cansó de sus excesos. Dejó los Bulls en 1998, pasando por Lakers y Mavericks antes de abandonar la NBA en el año 2000 con menos ruido del esperado.
Eso sí, en 2011 se ganó un sitio en el Hall of Fame, junto a sus dos legendarios compañeros: Pippen y Jordan.
Sus últimos intentos por llamar la atención incluyeron una boda express con Carmen Electra en 1998 (duraron 9 días casados) o cambiarse el nombre por 'Orgasmo'. De poco sirvió. La estrella de Rodman empezaba a dejar de brillar...
Obviamente, sus ingresos comenzaron a menguar y su tren de vida se vio reducido. A pesar de haber ganado más de 27 millones de dólares, sólo en la NBA, en la actualidad cuenta con un patrimonio de 500.000 dólares, según Celebrity Net Worth.
Esa necesidad de ingresos y atención le llevó a aceptar un contrato para mejorar la imagen de Corea del Norte en Occidente. Cuando su agente supo que Corea del Norte era lo que era, el contrato ya estaba firmado.
Resulta que Kim Jong-Un era fanático de los Bulls desde que estuvo en un internado en Suiza en los años 90. Cosas de la vida, ambos se hicieron amigos y han mantenido buena relación desde entonces.
A día de hoy, Dennis Rodman suena más a recuerdo de un pasado glorioso de finales de siglo. Un exponente de aquellos maravillosos y locos 90 que encumbraron a gente como Pamela Anderson o Jason Priestley.
Tras varios pasos por rehabilitación, cinco biografías publicadas y un sinfín de polémicas, El Gusano ha pasado los 60 años y su espíritu rebelde ha dado el salto a otra fase.
Seleccionado entre los Mejores 75 Jugadores de la Historia de la NBA, Rodman tendrá el honor de haber sido un auténtico revolucionario del negocio del baloncesto norteamericano, tanto dentro como fuera de la cancha.