¿De verdad está el Real Madrid preparado para ser (otra vez) campeón?

Parece que el hecho de ser el vigente campeón de la Liga y la Champions no es suficiente para algunos, que siguen sin considerar a este Real Madrid 2022/2023 un equipo ganador. Pero que le pregunten al Barça de Xavi si el Madrid gana o no gana. Sea como sea: ¿cuáles son los puntos débiles del equipo blando esta temporada?

La macrocampaña de fichajes veraniegos del FC Barcelona mediante las famosas palancas de Joan Laporta parece que ha surtido efecto en el ánimo de algunos analistas deportivos, que ven a los blaugranas capaces de ir creciendo en potencia y capacidad de victoria.

Mientras tanto, en Europa las casas de apuestas no es que no coloquen primeros a los blancos como aspirantes a la orejona sino que los sitúan quintos, por detrás de Manchester City, PSG, Liverpool y Bayern de Múnich, en ese orden.

Es pronto para contestar a los críticos de modo contundente pero la historia del Real Madrid es una historia de permanente superación. ¿Quién apostaba por que el conjunto blanco iba a levantar su 14ª Copa de Europa en París el año pasado?

Al Real Madrid siempre se le exige ganar todo y es un equipo que siempre compite hasta el último aliento, sobre todo a nivel continental, así que hay que tenerlos siempre muy en cuenta.

Lo que casi todos sí daban por sentado es que el delantero francés del PSG Kylian Mbappé iba a vestir de blanco esta temporada. Lo que parecía un fichaje cantado, de repente fue dinamitado desde dentro. Lo cual supuso un inevitable daño en la moral del equipo.

Nasser Al-Khelaïfi, todo el ejército de jeques de Qatar y hasta el mismísimo presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, según cuentan las crónicas de los diarios deportivos españoles, orquestaron el golpe perfecto contra el Real Madrid, para que, en el mes de mayo, el futbolista acabara anunciando su renovación por el equipo parisino con macrofiesta incluida en el Parque de los Príncipes.

Olvidado el mazazo, aunque es evidente que el Real Madrid necesita reforzar su línea de ataque, desde la casa blanca, Florentino Pérez no se ha llegado a plantear el fichaje de otro delantero y en esa posición ha habido salidas sin la llegada de recambios.

No sabemos si, en el caso de haber sabido antes que Mbappé los iba a dejar en la estacada, habrían intentado el fichaje del otro gran delantero del momento, Erling Haaland, pero la realidad es que el noruego ya lo tenía hecho con el City y ahí está ahora, hinchándose a meter goles en la Premier.

Al final, los fichajes que han llegado han sido dos: Antonio Rüdiger, procedente del Chelsea; y Aurélien Tchouaméni, del Mónaco. Con ellos se han reforzado otras dos líneas, la de la defensa y la del centro del campo.

La primera pregunta que nos hicimos tras la campaña de fichajes estivales y la conformación definitiva de la plantilla es si este Real Madrid estaba más fuerte o más débil poniendo sobre la balanza las llegadas y las salidas.

En la portería se habló de la posible salida de Lunin, pero el ucraniano, finalmente, se ha quedado, y, lo cierto es que la portería está otro año más perfectamente cubierta, con él como suplente y con el que ahora mismo podría considerarse como el mejor portero del mundo, Thibaut Courtois.

En defensa, este año continúa el mismo bloque que el anterior a excepción de la baja de Marcelo. La del brasileño no es una ausencia de peso, pues su rendimiento ya había caído en los últimos años.

Sin embargo, la defensa sí que es una línea que se ve reforzada con el regreso (de cesión) de Álvaro Odriozola, a la espera de que acabe por explotar en el equipo; y, sobre todo, por el alemán Antonio Rüdiger, que llegó con carta de libertad y que, si bien podría ser perfectamente titular en el equipo, tendrá que serlo con el permiso de la dupla Militao-Alaba y de Mendy en el lateral izquierdo.

Casemiro fue la otra gran bomba del mercado estival, al que no hemos hecho referencia porque es parte del capítulo de salidas. Parecía intocable con la ya histórica sociedad que ha formado durante los últimos años junto a Modric y Kross en el centro del campo, pero, finalmente, hizo las maletas rumbo a la lluviosa y fría Manchester.

En lugar de Casemiro, ya había llegado antes de su partida el jovencísimo francés Aurélien Tchouaméni, que  ya está haciendo olvidar (en cierta manera) al centrocampista brasileño.

Otro que dijo adiós dentro de los soldados del centro del campo fue Isco Alarcón, ya en horas bajas en las últimas temporadas, muy lejos de aquel jugador que maravilló al Bernabéu. En su caso se fue también con la carta de libertad al Sevilla y el Real Madrid no se ha reforzado para cubrir el hueco que ha dejado.

Así, en la zona del centro del campo, Carlo Ancelotti ha decidido dar galones a otros jóvenes con las que ya contaba en la plantilla como son Eduardo Camavinga, Dani Ceballos y, sobre todo, ‘El Pajarito’ Valverde.

Donde sí se podría decir que se ha debilitado en cierta manera es en la delantera. Era la zona donde más falta hacían los refuerzos y, por ello, se habían puesto todos los esfuerzos en el fichaje de Mbappé.

Sin embargo, el inesperado final que se produjo con el francés no ha dado pie a locuras y no se ha fichado a nadie (por fichar), haciendo una fuerte apuesta por lo que ya se tenía. Se fueron Gareth Bale y Luka Jovic y seguirán confiando en la fiabilidad de Karim Benzema y en la dupla carioca Vinicius Jr.-Rodrygo Goes, con algo de esperanza en Marco Asensio y con poca o ninguna en Eden Hazard y Mariano, respectivamente.

Con esta plantilla de 23 jugadores, Carlo Ancelotti tendrá que ir moviendo sus piezas para hacer frente a una temporada cargada de partidos en la que los blancos disputan nada menos que seis títulos -uno de los cuáles, la Supercopa de Europa, ya luce en sus vitrinas-, y en la que, además, hay que contar con el hándicap de que el Mundial de Catar se celebra en pleno invierno, a mitad de temporada, y son muchos los internacionales con los que cuentan en sus filas.

En primer lugar, le toca defender su título liguero en una temporada en la que el superreforzado Barça ha vuelto y llega con todo después de su larga lista de fichajes con Lewandowski a la cabeza.

Parece que puede ser una batalla épica entre un Real Madrid que ya cuenta con un bloque sólido y que se ha consolidado más para la defensa y el control del juego y un Barcelona en plena escalada y con una de las mejores plantillas del continente.

Otra competición en la que le tocará defender título a los blancos es la Champions League. Las casas de apuestas no creen en ellos, pero tampoco lo hicieron el año pasado y el Real Madrid fue destrozando apuestas partido tras partido y remontada tras remontada.

A sus rivales directos en el camino hacia la Champions League ya les hemos puesto nombre - Manchester City, PSG, Liverpool y Bayern de Múnich- y a ellos, claro, habrá que sumarles también el del Barça.

El tercer título en juego será la Copa del Rey, donde el conjunto blanco no suele tener buenas actuaciones y donde no levanta el trofeo desde la temporada 2013-2014, cuando ganó a su eterno rival en la final con aquel mítico gol de Gareth Bale en el minuto 85 destrozando a Marc Bartra por la banda izquierda. En juego estará su vigésimo título, pero habrá que ver cómo se las apaña y cuál será su empeño en ganarla.

Finalmente, aún les faltarán otros dos títulos más que disputar: la Supercopa de España, que se jugará en enero frente a Barcelona, Valencia y Real Betis; y el Mundialito de Clubes, para el que no hay aún fechas por eso del Mundial de selecciones.

Por el camino, el Real Madrid ya ha conquistado su primer título de la temporada: la Supercopa de Europa. Se la ganaron en el mes de agosto a los alemanes del Eintracht Frankfurt por 2-0 con goles de Alaba y Benzema -el quinto título en esta competición para su palmarés.

Sea como sea, al Real Madrid le espera un año duro, en el que tiene la responsabilidad moral de seguir peleando por todo y de defender los títulos que, a día de hoy, le encumbran como último campeón y enemigo a batir.

Todo ello en una temporada con pocos cambios en el equipo, donde buscan seguir consolidándose e ir dando galones a los jóvenes. Y esperando a que el Santiago Bernabéu de por fin por terminada su metamorfosis a estadio del futuro, algo previsto ya para la próxima temporada…