Así fue el Mundial 82 que cambió España
El Mundial de Fútbol regresará a España en 2030, cuando se cumplan 48 años desde que lo acogiera por primera y única vez en su historia. Aquella Copa del Mundo de 1982 fue todo un acontecimiento, un paso más hacia la modernidad en medio de la transición democrática que se estaba viviendo en el país.
Por aquel entonces, España vivía un complicado tránsito hacia la democracia tras la muertde Francisco Franco, en medio de una sociedad preocupada por el terrorismo (sobre todo de ETA), el paro, el alto déficit público, la crisis del petróleo y una inflación del 26%. Se necesitaba algo de felicidad y qué mejor que el fútbol para proporcionarla.
La Copa Mundial de la FIFA de España 1982 fue la edición número 12 de este torneo, el más importante del mundo del fútbol a nivel de selecciones, y se disputó en 17 estadios de 14 ciudades de todo el país, siendo la edición que más campos ha aportado de toda la historia del torneo.
Hubo ciudades que aportaron varios estadios para los partidos del Mundial, como Madrid, con el Santiago Bernabéu y el Vicente Calderón; Barcelona, donde se jugó en el Camp Nou y Sarriá; o Sevilla, con el Ramón Sánchez-Pizjuan y el Benito Villamarín como sedes.
Otras ciudades, lo hicieron solo con uno: el José Rico Pérez (Alicante), San Mamés (Bilbao), el Nuevo Estadio (Elche), el Molinón (Gijón); Caros Tartiere (Oviedo); Riazor (A Coruña); La Rosaleda (Málaga); Luis Casanova (Valencia); José Zorrilla (Valladolid); Balaídos (Vigo); y La Romareda (Zaragoza).
La organización del campeonato fue de la mano de la transición democrática de España. El dictador Franco murió en 1975, año en el que la maquinaria comenzó un importante giro para el cambio de sistema político, a la vez que se ponía también en marcha una comisión de la Federación de Fútbol (entonces FEF) para dar pasos hacia el Mundial de fútbol.
No sería hasta tres años después, en septiembre de 1978, cuando el Gobierno aprobó un Real Decreto para la puesta en marcha del Real Comité Organizador del Mundial-82 (RCOM), donde trabajarían mano a mano con la FIFA para preparar la cita mundialista la FEF, el Comité Olímpico Español (COE) y el Ministerio de Cultura.
La organización de una cita internacional de tal calibre trajo importantes cambios para España a todos los niveles, incluso para su televisión pública, que renovó para la cita todos sus equipos e incluso construyó en Madrid ‘Torrespaña’, la emblemática torre de comunicaciones con las que mejorar la señal de los partidos para otros países.
Al final y, a pesar de algunos reveses que pudieron dar al traste con aquel gran acontecimiento, como fue el intento de golpe de Estado a cargo de varios miembros del ejército español el 23 de febrero de 1981, finalmente, la gran fiesta del fútbol terminaría llegando a España, del 13 de junio al 11 de julio de 1982.
Uno de los emblemas de aquel inolvidable Mundial fue su mascota, Naranjito, una naranja vestida con el traje de la selección española de fútbol creada por los publicistas María Dolores de Salto y José María Martín Pacheco y que dio lugar a una gran cantidad de merchandising, e incluso una serie de televisión.
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Naranjito reportó a sus creadores nada menos que 1.500 millones de pesetas (algo más de 9 millones de euros) y, a día de hoy se ha convertido en todo un símbolo para toda una generación y un icono vintage del pasado de España.
Sin embargo, Naranjito no formaba parte del logotipo oficial del Mundial 1982, que estaba formado por un balón de fútbol cuya estela recuerda la bandera de España, un diseño que fue realizado por Luis Díaz Ricote.
No fue el único símbolo de aquel Mundial que quedó para la posteridad. También lo hizo el ‘Tango’, el icónico balón oficial del torneo de la marca Adidas, muy parecido al del anterior torneo, el de Argentina 78, y con un diseño que perduró hasta Francia 98.
En Mundial contó con la participación de 24 países divididos en seis grupos: Polonia, Italia, Camerún y Perú (Grupo 1); Alemania Federal, Austria, Argelia y Chile (Grupo 2); Bélgica, Argentina, Hungría y El Salvador (Grupo 3); Inglaterra, Francia, Checoslovaquia y Kuwait (Grupo 4); Irlanda del Norte, España, Yugoslavia y Honduras (Grupo 5); y Brasil, Unión Soviética, Escocia y Nueva Zelanda (Grupo 6).
Fue la primera vez en la historia de los Mundiales en las que el número de selecciones participantes ascendía a 24, ya que hasta entonces había sido de 16.
De aquella primera fase se pasó a una segunda en la que se clasificaron 12 de estas selecciones, que se diputaron la clasificación en cuatro grupos: Polonia, Unión Soviética y Bélgica (Grupo A); Alemania Federal, Inglaterra y España (Grupo B); Italia, Brasil y Argentina (Grupo C); y Francia, Austria e Irlanda del Norte (Grupo D).
En esta segunda fase llegaba uno de los enfrentamientos más esperados, entre las selecciones de la Argentina de Maradona y la Brasil de Zico que, sin embargo, quedaron ensombrecidas por Italia que ganó a ambas. Entre las dos selecciones sudamericanas, la victoria fue para Brasil por 1-3.
En esta segunda fase, después de pasar segunda por detrás de Irlanda de Norte en la primera, también diría adiós al Mundial España, tras quedar última de su grupo antes Inglaterra, con la que empató (0-0) y Alemania Federal, con la que cayó derrotada 2-1.
De todos ellos, solo pasarían a semifinales los primeros de cada grupo, de modo que en la penúltima fase antes del final del torneo se enfrentarían en sendos partidos en Barcelona y Sevilla las selecciones de Polonia e Italia, por un lado (con un 0-2 para los italianos) y Alemania Federal y Francia, por otro (5-4 en los penaltis para los germanos tras empatar 3-3).
El estadio José Rico Pérez de Alicante fue el lugar elegido para la disputa del tercer y cuarto puesto del Mundial entre Polonia y Francia, un día antes de la final, el 10 de julio. Un partido que se llevó la selección centroeuropea tras su victoria por 3-2 sobre los galos.
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El 11 de julio, el estadio Santiago Bernabéu se vestía con sus mejores galas para la celebración de la gran final del Mundial de España 82 entre las selecciones de Italia y Alemania Federal y que terminó con la victoria de los transalpinos por 3-1.
En la final, el primer tiempo terminó sin goles e Italia incluso falló un penalti de la mano de Antonio Cabrini. Sería en el segundo periodo cuando llegarían los goles. Paolo Rossi adelantó a los italianos en el minuto 57 y a su gol se unieron los de Marco Tardelli en el 69 y Alessandro Altobelli en el minuto 81.
Los alemanes recortarían distancias en el minuto 83 con un gran gol de Paul Breitner pero, a esas alturas del partido, los tres goles de los italianos se volvieron ya inalcanzables para el conjunto alemán, que vieron cómo la Copa del Mundo se iba camino del sur de Europa.
El once de los italianos para aquella final –bajo las órdenes del técnico Enzo Bearzot- fue Dino Zoff, Claudio Gentile, Gaetano Scirea, Fulvio Collovati, Giuseppe Bergomi, Antonio Cabrini, Gabriele Oriali, Marco Tardelli, Bruno Conti, Francesco Graziani y Paolo Rossi, a los que se sumaron con los cambios Alessandro Altobelli y Franco Causio.
De aquella final también quedó para el recuerdo la imagen del presidente italiano, Sandro Pertini, por aquel entonces con 86 años, totalmente fuera de sí saltándose el protocolo por la victoria en el palco del Santiago Bernabéu junto al Rey Juan Carlos I de España.
Aquella victoria de Italia supuso el tercer Mundial para su selección tras las conseguidas en las Copas del Mundo de 1934 y 1938 y, la penúltima antes de su cuarto título que consiguió en el Mundial de Alemania 2006.
El Mundial de España 82 fue además el primero en el que la FIFA entregó el trofeo de la Bota de Oro al máximo goleador del torneo, que fue a manos del italiano Paolo Rossi, con 6 tantos, solo uno por encima del alemán Karl-Heinz Rummenigge. Rossi terminaría llevándose también el Balón del Oro del Mundial por delante de Falcão (Brasil).
Y hablando de goles, la mayor goleada del torneo la consiguió la selección de Hungría, que venció a la de El Salvador por nada menos que 10-1 en su partido de la primera fase del torneo, uno de los resultados más abultados de la historia de los Mundiales.
En cuanto al once del torneo, elaborado también por la FIFA, estaba conformado por Dino Zoff en la portería, una defensa formada por los brasileños Luizinho y Júnior y los italianos Claudio Gentile y Fulvio Collovati; los también brasileños Falcão y Zico en el centro del campo junto al polaco Zbigniew Boniek y el francés Michel Platini; y una delantera con Paolo Rossi y Karl-Heinz Rummenigge.
Según datos de la FIFA, el Mundial supuso para España unos beneficios brutos que alcanzaron la cifra de 60 millones de dólares, incluyendo en este caso la venta de entradas, los derechos televisivos y las publicaciones; lo que contrastaba con unos gastos muy inferiores, de algo más de 26 millones de dólares.
El Mundial 1982 no fue solo un torneo con el que España se abrió al mundo de la mano del deporte en una etapa como la que estaba viviendo, sino también un campo de pruebas perfecto para acontecimientos que llegarían más adelante y que fueron ejemplo en todo el mundo, como fueron los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
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