Las faltas más escandalosas de la historia del fútbol

El fútbol es un juego precioso y noble. Casi siempre. En ocasiones, los jugadores deciden pisotear el reglamento, no sin antes hacer lo propio con algún rival. Algunas agresiones sobre el césped han sido tan terrorífica que pasaron a la historia: ¿te apetece repasarlas?

Zinedine Zidane siempre fue un jugador elegante, dentro y fuera del campo. El Mundial de Alemania 2006 no había sido una excepción. Zizu llevó a los Bleus a la final contra Italia, donde marcó de penalti, en un partido que se fue a la prórroga, tras un gol de Marco Materazzi.

Pero todo se fue al traste cuando Zidane agredió a Materazzi, después de que el defensa italiano comentara algo sobre su hermana. Zizu respondió con un cabezazo en el pecho de Materazzi y fue expulsado del campo en su último partido con Les Bleus. Para colmo, Francia acabó perdiendo en los penaltis.

Su fama precedía a Nigel de Jong y en una cita como la final del Mundial de Sudáfrica 2010 tuvo la ocasión de demostrar que su fama de tipo duro no era casual. Le pregunten a Xabi Alonso, a quien propinó una patada en el pecho que no te la firma un campeón de kárate.

Nigel de Jong era ampliamente considerado como uno de los jugadores más duros y desagradables del deporte, y el holandés estuvo a la altura de ese estatus en la final de la Copa del Mundo de 2010 cuando atacó al español Xabi Alonso como un verdadero campeón de kárate.

Corría el minuto 28 y, para sorpresa del mundo entero, Howard Webb no expulsó a De Jong. Saldó una patada en el pecho con una simple amarilla, evitando que Holanda jugara más de una hora con un jugador menos. El partido acabó 1-0 a favor de La Roja, con gol de Iniesta en el minuto 117 de la prórroga.

Roy Keane fue el capitán, el sheriff y el justiciero del otrora glorioso Manchester United. Para él no había medias tintas y todo el que no fuera de rojo, era enemigo. Literalmente. Solo así se entiende la colección de expulsiones que acumuló, aunque pocas tan merecidas como la que retiró a Alf-Inge Haaland, el padre de Erling.

La víctima de Keane fue Alf-Inge Haaland, el padre de Erling y también jugador del Manchester City, que había atacado al irlandés cuatro temporadas antes por fingir una lesión que realmente tenía. Keane apuntó su matrícula y tomó represalias con una entrada horrible que llevaría a Haaland a retirarse de forma prematura.

Resulta curioso que Marco Materazzi, un defensa duro, vaya a salir en dos ocasiones como víctima en este ranking. En esta ocasión, de una agresión espectacular de un tipo aún más duro que él: Zlatan Ibrahimovic. Ocurrió en la temporada 2010/2011, en pleno derbi milanés.

El delantero sueco, directamente, lanzó una patada estéticamente perfecta de Kung-Fu al defensa del Inter, a la par que le dio un codazo. Materazzi fue trasladado directamente al hospital y, eso sí, jamás se volvió a meter con Ibrahimovic.

Cuando una entrada concreta sirve para ganarte el apodo de 'El Carnicero de Bilbao', es que esa entrada merece ser recordada, que no repetida. La entrada de Andoni Goikoetxea fue a Diego Armando Maradona en 1983, cuando militaba en las filas del Barcelona.

Fue en la cuarta jornada de Liga, en septiembre de 1983, cuando el defensa vasco reventó el tobillo al Pelusa, tras una durísima entrada. Maradona estuvo tres meses de baja y Goikoetxea tuvo 18 partidos de sanción que, finalmente, fueron reducidos a 6. Cosas de la vida, el mismo defensa ya se había cargado a Schuster, también en el Barcelona, temporadas antes.

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Axel Witsel no es, precisamente, un jugador duro, polémico o marrullero. Todo lo contrario, su carácter tranquilo es patente pero allá por 2009, en un partido entre RSC Anderlecht y Standard de Lieja, ocurrió algo que jamás olvidará.

En un duelo por el balón, Witsel se olvidó del esférico y se fue directo a la rodilla de Marcin Wasilewski. El resultado: fractura de tibia y peroné y 12 meses de baja para el defensa polaco. A Witsel le sancionaron con 8 partidos y los aficionados del Anderlecht llegaron a amenazarle de muerte.

Otra falta infame en el fútbol se produjo en la semifinal del Mundial de España 1982, entre Alemania Occidental y Francia, cuando el portero Harald Schumacher se llevó por delante a Patrick Battiston, sin ninguna intención de jugar el balón.

El defensa francés tuvo que ser retirado en camilla con dos dientes rotos y tres costillas rotas, además de varias vértebras dañadas. Incluso llegó a caer en coma y, a día de hoy, confirma que sigue teniendo secuelas de aquella infame entrada. Bien, pues el árbitro neerlandés Charles Corver no señaló ni falta y el portero alemán fue fundamental en la victoria de su equipo en los penaltis de aquella semifinal.

Una entrada injustificable. Una agresión clarísima que debió suponer una sanción mucho más dura para Ben Thatcher, quien propinó un codazo en la cara a Pedro Mendes, dejándole inconsciente y en tal estado que tuvo que recibir oxígeno en el campo.

El jugador del Manchester City arreó el codazo a Pedro Mendes en carrera y con todas sus fuerzas, dejando al jugador del Porstmouth convulsionando en el suelo. Lo más sonrojante es que el árbitro solo le mostró amarilla. Tuvo que se la FA quien le sancionara con ocho partidos, a los que se sumaron seis más impuestos por el propio Manchester City.

Kevin Muscat también fue considerado uno de los jugadores más sucios del fútbol cuando volvió a perder el control en 2011, jugando para el Melbourne Victory contra el Melbourne Heart y derribando a Adrian Zahra con una horrenda entrada.

Fue una entrada infame, pegada a la banda, sin ánimo de jugar el balón y a la altura de la rodilla de su rival. Imperdonable y castigada con 8 partidos de sanción que se antojan pocos para la dureza de la entrada.

Por último, pero no menos importante, Ryan Shawcross merece un lugar en esta lista. Shawcross jugaba para el Stoke City en 2010, enfrentándose a Aaron Ramsey y al Arsenal en la Premier League, cuando las cosas se complicaron de forma inesperada.

Ryan Shawcross no fue a mala fe. El balón estaba dividido, Ramsey se adelantó por milímetros a Ryan Shawcross y éste se llevó su pierna por delante, provocándole una doble fractura de tibia y peroné. El defensa del Stoke City se fue llorando del campo, consciente del daño que había causado. Por suerte, el delantero galés volvió meses más tarde y lo hizo a un nivel estratosférico.

Padres e hijos en el mundo del fútbol