¿Por qué la princesa Sofía de Suecia siempre lleva la misma tiara?
El joyero de la casa real sueca es de los más envidiados de Europa. Un despliegue de piezas plagadas de piedras preciosas absolutamente deslumbrante. Y entre ellas se encuentra la tiara Palmette, que habitualmente usa la princesa Sofía de Suecia, esposa del príncipe Carlos Felipe.
Pero lo llamativo es que, desde que Sofía Hellqvist se convirtiera oficialmente en princesa tras su matrimonio en 2015 con el hijo mediano de los reyes Gustavo y Silvia de Suecia, esta tiara es prácticamente la única que ha lucido.
Y son muchas las especulaciones sobre por qué la princesa sueca no lleva alguna de las otras valiosas tiaras históricas de la familia Bernadotte.
Entre los medios suecos, como la revista Svensk Dam, se apuesta mayoritariamente a que, dada la supuesta mala relación entre Sofía y sus cuñadas (especialmente con la princesa Magdalena de Suecia), el acceso al joyero real estaría más que restringido.
Sea como fuere, la pieza, conocida como la tiara Palmette, es una auténtica maravilla, plagada de diamantes y con la posibilidad de personalizarla coronándola con una u otras piedras preciosas.
La tiara, conocida entre algunos círculos como la tiara "transformer" por su versatilidad, puede lucirse con perlas, turquesas o esmeraldas.
E incluso en alguna ocasión, la princesa la ha lucido sin ninguna otra piedra, haciéndola parecer más una corona que una una diadema.
¿Cuál es su historia? Pues tiene poco recorrido, porque lejos de otras tiaras, diademas y coronas de la casa real sueca, esta se remonta a un tiempo muy cercano. Concretamente a 2006. Y en realidad ni siquiera era una tiara.
En 2006, en un viaje oficial a Tailandia, la suegra de Sofía Hellqvist, la reina Silvia de Suecia, recibió una gargantilla como obsequio por parte del rey Bhumibol Adulyadej, pero decidió no estrenarla. O, por lo menos, no la lució públicamente.
En su lugar, la reina Silvia de Suecia tomó la decisión de reconvertirla en tiara y entregársela a la que iba a ser su nuera como regalo de boda.
La boda entre Sofía Hellqvist y Carlos Felipe de Suecia se celebró en Estocolmo el 13 de junio de 2015 ante las autoridades suecas y los representantes de la realeza europea.
Y Sofía Hellqvist brilló como nunca antes, en parte, gracias a esta joya ideada especialmente para ella.
Aquella fue la primera vez que la esposa del hijo de los reyes de Suecia lucía esta preciosa gargantilla reconvertida en tiara y lo cierto es que, posteriormente, ha sido su mejor aliada.
Las malas lenguas del reino sueco aseguran que se le regaló esta pieza sin pasado histórico para que no tuviera que acceder al joyero real de los Bernadotte, pero es algo que no está confirmado, ya que sí ha podido usar otras joyas reales en otras (contadas, eso sí) ocasiones.
Un ejemplo es esta sencilla diadema, propiedad de la princesa Victoria, que pudo llevar en 2016 en la entrega de los Premios Nobel, una de las citas más importantes de la casa real sueca.
Y en 2017 la vimos con esta otra (la tiara de los Seis Botones) en la cena de gala en honor a los reyes Harald y Sonja de Noruega, con motivo de la celebración conjunta de su 80 cumpleaños.
Por ello, no queda claro que la verdadera razón sea a la que apuntan los medios suecos. Quizás solamente se trate de que la princesa Sofía se siente más cómoda llevando esta pieza que es de su propiedad.
Otras princesas europeas, como Marie Cavallier, también opta por llevar casi siempre la que recibió como regalo de boda (en su caso de manos de la reina Margarita, en 2008, con motivo de su boda con el príncipe Joaquín). Una práctica que podría estar más relacionada con una decisión personal que una imposición real.
Cada tiara tiene una historia detrás y esta que hemos contado es (más o menos) la de la princesa Sofía de Suecia.
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