Letizia: la periodista que se convirtió en reina
Érase una vez una periodista que un buen día decidió abandonar su amada profesión por otro tipo de amor: el amor a un príncipe (muy real) de nombre Felipe de Borbón y Grecia. Se llamaba Letizia Ortiz Rocasolano, hija de un periodista y una enfermera (también nieta de taxista republicano) y aparentemente nada tenía que ver con las princesas de los cuentos.
Letizia Ortiz Rocasolano (Oviedo, 1972) se dio a conocer en España por su trabajo periodístico entre los últimos años de la década de los 90 y los primeros años de los 2000. Comenzó en los canales televisivos Bloomberg y CNN+ para después dar el gran salto a Televisión Española.
La actual reina de España se licenció en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid y muy pronto comenzó a tener éxito realizando su labor periodística. Prueba de ello es el Premio Mariano José de Larra a Mejor periodista menor de 30 años, que en el año 2000 le otorgó la Asociación de la Prensa de Madrid. Ese mismo año se incorporó a la televisión pública española.
Letizia, periodista de raza, no dudó en ejercer distintas labores, entre las que se encontraban las de redactora, presentadora o reportera.
Y cada día entraba en las casas de los españoles, presentando los informativos de la Televisión Española. Y entre quienes la veían estaba el por entonces heredero a la Corona de España, Felipe de Borbón, El príncipe, según las crónicas, quedó prendado de la periodista asturiana en cuanto la vio a través de la pequeña pantalla.
Felipe de Borbón, que por aquella época era uno de los solteros de oro entre la realeza europea, no dudó en pedir a amigos en común que planearan una cita a ciegas con la periodista. El periodista Pedro Erquicia, según la versión más extendida, fue el encargado de organizar una cena con amigos en común, como Luis Mariñas o Fermín Bocos. La conexión entre príncipe y periodista fue (dicen) instantánea.
Los comienzos de la pareja no fueron fáciles: Letizia era una mujer divorciada, pues ya había estado casada anteriormente, entre 1998 y 1999, con Alonso Guerrero, su profesor de Literatura en el madrileño Instituto Ramiro de Maeztu. En una institución tan conservadora como la monarquía española ese detalle suponía un obstáculo.
E incluso había algún episodio de su vida pasada que podían comprometerla. Sirva como ejemplo todo lo que se contaba sobre ella del tiempo que pasó en México mientras completaba sus estudios periodísticos en Guadalajara. Hubo quien consideró un escándalo que la futura reina de España hubiera sido azafata para marcas de tabaco en México como modo de ganarse la vida.
Sin embargo Felipe se puso firme y no dio opción a sus padres, los reyes Juan Carlos y Sofía, de intervenir en el desenvolvimiento de su relación con Letizia, algo que sí había ocurrido anteriormente con otras novias del príncipe como Isabel Sartorius o Eva Sannum (romances rotos por imposiciones institucionales). Pronto Letizia pasaría a ser la prometida de Felipe y a ocupar las portadas de todos los periódicos.
El 1 de noviembre de 2003 Casa Real anunció de manera oficial el compromiso del heredero con la periodista Letizia Ortiz y cinco días más tarde, el 6 de noviembre de 2003, tenía lugar la pedida de mano en el palacio madrileño de El Pardo. Allí tuvo lugar uno de los momentos más recordados: aquel en el que Letizia le dijo a su prometido: “déjame terminar”, pidiéndole (de modo poco protocolario) que le permitiera explicarse.
Comenzaba entonces una ardua labor de aprendizaje para preparar su futuro papel como princesa de Asturias consorte.
Unos días antes de su enlace con Felipe de Borbón tenía lugar otras nupcias reales: las de Federico de Dinamarca y la abogada australiana Mar Donaldson (a quien precisamente había presentado el propio príncipe Felipe de Borbón). Esta fue la presentación oficial de Letizia ante la realeza del viejo continente.
El día de la boda, Letizia superó con nota el examen de la prensa que analiza looks deslumbrando con un impresionante vestido rojo de Lorenzo Caprile y un recogido con ondas al agua que le daba un aire de estrella del Hollywood clásico.
La boda entre Felipe y Letizia se celebró un lluvioso 22 de mayo de 2004 en la catedral de La Almudena de Madrid, ante la presencia de los representantes de la realeza y personalidades de todo el mundo. La novia eligió para este día un sencillo vestido con cuello chimenea de Pertegaz.
En sus primeros años como princesa, Letizia se esforzó por adaptarse a un mundo en el que a menudo no se sentía cómoda. Pero ella lo intentaba, aunque lo de esquiar, por poner un ejemplo, no fuera algo que le gustase especialmente (afición que Felipe de Borbón adora).
Uno de los momentos más importantes de su vida fue sin duda la llegada al mundo de su hija mayor, la princesa Leonor, que venía al mundo el 31 de octubre de 2005.
El nacimiento de su segunda hija, Sofía, en abril de 2007, estuvo marcado por uno de los sucesos más trágicos en la vida de Letizia: la muerte de su hermana pequeña Erika Ortiz, que decidía quitarse la vida un 7 de febrero de 2007. A Letizia le faltaban apenas dos meses para dar a luz.
Letizia fue poco a poco transformándose, tanto en lo relativo a su forma de ser como en lo que respectaba a su físico.
En agosto de 2008, la princesa se sometió, por recomendación de los servicios médicos del palacio de la Zarzuela, a una septorrinoplastia. Según informó entonces la Casa del Rey, con ello se pretendía corregir sus problemas respiratorios a consecuencia de la desviación de su tabique nasal. Aunque hubo quien sugirió que la intervención tenía que ver más con motivos estéticos. La foto pertenece a su aparición ante los medios tras el fatal accidente aéreo del avión de Spanair en el aeropuerto de Barajas, apenas unos días después de su operación.
La llegada al trono como consorte de Felipe VI se produjo el 19 de junio de 2014. Un momento en el que los escándalos de su suegro, el rey Juan Carlos por su relación con su amiga “entrañable” Corinna Larsen, o el proceso judicial en el que se encontraban inmersos Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina por el caso Nóos, hacían que la utilidad de la institución se viera en entredicho.
Tanto Felipe como Letizia se han preocupado por intentar devolverle a la institución el prestigio y el brillo de antaño, apostando por la transparencia y un perfil bajo alejado (casi siempre) de todo tipo de controversias.
Para ello, Letizia no ha dudado en poner líneas rojas (sobre todo en lo que a la educación de sus hijas se refiere) e imponer su modelo de trabajo y su manera de concebir su labor como reina de España, tomando sus propias decisiones.
Pero alguna controversia sí ha tenido a Letizia como protagonista. Como aquel episodio en abril de 2018 a la salida de la catedral de Palma de Mallorca, cuando Letizia se interpuso entre los fotógrafos, su suegra y sus hijas, Leonor y Sofía, impidiendo que tomaran una foto de ellas juntas. Su suegra insistió en hacerse la foto pero Letizia impuso su criterio: no más fotos con sus niñas.
Según publicaron entonces distintos cronistas reales, como la periodista y escritora Pilar Eyre, a raíz de este suceso, el rey Juan Carlos animó a su hijo a divorciarse de Letizia. No en vano, es de dominio público que la relación entre suegro y nuera nunca ha sido especialmente buena.
A consecuencia de ello, le salió una enemiga pública de primer orden: Marie Chantal Miller (esposa de Pablo de Grecia, primo de Felipe de Borbón), quien no dudó en salir en defensa de la reina Sofía.
Puede que este fuera el momento más bajo de su popularidad. Le pasó factura, pero el paso del tiempo y el compromiso firme de Letizia con su labor institucional como reina de España han conseguido casi hacer olvidar este gesto con el que, según comentan algunos de sus allegados, solo pretendía proteger a sus hijas de una exposición excesiva en los medios. Aunque para el periodista argentino Leonardo Faccio el motivo sería otro: Letizia quiere que sus hijas transmitan una imagen laica.
Esto dijo Sagrario Ruiz de Apodaca, amiga de Letizia, sobre el comentado episodio en un documental de la reina en la televisión pública alemana: “Se olvidó de dónde estaba y de quién era. Se equivocó, pero considero que la reacción fue desmesurada. Es una escena que no fue afortunada, pero es verdad que luego el linchamiento al que se sometió a Letizia en los medios de comunicación, la cantidad de tinta en los periódicos hablando de esto, en las noticias... Creo que fue excesivo”.
Luego, la relación entre Letizia y la reina Sofía (de quien en sus primeros momentos como princesa dijo que era un ejemplo de quien poder aprender), se ha reconducido, como dejan ver sus cómplices escenas en las que ambas aparecen juntas. Un ejemplo son sus paseos y posados estivales por las calles de Palma.
La Reina, además de estar centrada en su faceta como madre, otorgando siempre relevancia a todo lo concerniente a la educación y protección de la imagen de sus hijas, se ha volcado en su papel como reina de España haciendo gala de ese carácter perfeccionista y concienzudo que a menudo se le atribuye.
Aunque en muchas ocasiones han sido sus looks los que han robado el protagonismo, Letizia es también noticia por su compromiso con diferentes causas, como las que tienen que ver con promover la alimentación saludable, con dar visibilidad a personas que sufren las conocidas como “enfermedades raras”, la defensa de la salud mental, la lucha contra el cáncer o el impulso de la lectura, especialmente entre los más jóvenes.
Ha pasado el tiempo y este 15 de septiembre de 2022 la reina Letizia cumple 50 años. Cinco décadas en las que le ha dado tiempo a vivir dos vidas. En una de ellas fue periodista; ahora pasar a ser la protagonista de los informativos que en otro tiempo presentaba.
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