La trágica historia de Marvin Gaye, brutalmente asesinado por su padre
1 de abril de 1984. 12:30 horas. Marvin Gaye, el Príncipe del Soul, una referencia musical histórica, yace en el suelo de casa de sus padres, con tres balas alojadas en su cuerpo. A su lado, un hombre sostiene una Smith & Wesson 38. Es su padre, Marvin Gay. Acababa de asesinar a su hijo.
¿Qué puede llevar a un padre a disparar a quemarropa a su hijo en su propia casa? En el caso de Marvin Gay, las adicciones, deudas, agresiones y comportamientos erráticos de su hijo, una leyenda del soul y autor del mejor disco de la historia, 'What's Going On' (1971), según Rolling Stones.
Como dato estremecedor, el 2 de abril de 1984, es decir, un día después de su asesinato, Marvin Gaye habría cumplido 45 años. Nadie en la casa pensaba en ese cumpleaños, como recuerda Frankie Gaye en 'Marvin Gaye, My Brother'.
No obstante, para entender lo ocurrido en aquella casa de Los Ángeles, hay que viajar en el tiempo y recorrer la vida, el auge y la caída de uno de los más grandes artistas que ha dado la música en toda la historia.
Marvin Gaye, hijo de un pastor pentecostal y una empleada doméstica, vivía con sus tres hermanos en un suburbio de Washington. Su infancia no fue sencilla, pues su padre se excedía con la bebida y agredía habitualmente a sus hijos. Marvin Gaye huyó de casa en cuanto pudo.
Con el sueño de triunfar en la música, y con tan sólo 20 años, llegó a Detroit, donde Berry Gordy, productor que estaba montando su discográfica, le escuchó cantar y se enamoró de su voz. A su vez, Marvin Gaye se enamoró de su hermana, Anna Gordy, 17 años mayor pero con quien acabaría casado.
En 1963, Marvin Gaye comenzó su carrera al Olimpo del soul con éxitos como 'Stubborn Kind of Fellow' o la considerada por muchos críticos mejor canción de la historia: 'I Heard It Through the Gravepine'.
En paralelo, grabó duetos legendarios con artistas como Kim Weston o Tammi Terrell. Quién no recuerda 'It Tkaes Two' o la cinematográfica 'Ain't No Mountain High Enough'.
Pero todo cambió en los 70. La crisis económica, Vietnam y las luchas sociales influyeron en Marvin Gaye, quien quiso salirse de la equidistancia que había caracterizado al Motown y cantar letras sociales y comprometidas.
Así surgió 'What's Going On', cuyas preguntas retóricas y elegante sonido arrasaron. Berry Gordy, quien no quería que Marvin Gaye diera este paso, cambió de idea y exigió un álbum completo. Marvin Gaye le dio el mejor de todos los tiempos.
Temas como 'Inner City Blues', 'What's Happening Brother' o 'Mercy Mercy Me' elevaron el álbum a obra maestra atemporal y más que vigente, medio siglo después.
Y cuando Marvin Gaye había abrazado su lado más social, su siguiente trabajo hizo un doble tirabuzón y abrazó el lado más hot de la música. 'Let's Get It On' es, sin duda, una de las canciones más excitantes de la historia.
Marvin Gaye se convirtió en un artista aclamado, endiosado, aplaudido y, sobre todo, deseado. Pero ese cénit artístico supuso también el principio de su caída a los infiernos. Gastos descontrolados, infidelidades, abusos continuados de sustancias, según apunta David Ritz en 'Divides Soul', su biografía.
Poco a poco, la estrella de Marvin Gaye se fue apagando, mientras las deudas no paraban de crecer, a lo que se sumó el divorcio de Anna Gordy, a quien acabaría dedicando un glorioso álbum, 'Here, My Dear', en el que contó la historia del divorcio.
Para el recuerdo quedará la foto del libreto interno del álbum, donde se veía algo similar a un Monopoly con una mano de mujer con dinero, casas y empresas y, al lado, una mano de hombre con un billete de un dólar, discos e instrumentos musicales. En la foto junto a Janice Gaye, su segunda esposa, de la que también se divorció.
Pero el disco no gustó demasiado y, aunque el tiempo lo ha situado como la joya de las rupturas que es, en aquel momento no ayudó a su autor, quien acabaría en Ostende,Bélgica, huyendo de Estados Unidos y con la deuda de dos millones de dólares que acumulaba en impuestos.
No volvería a Estados Unidos hasta 1983, aunque sus fantasmas eran demasiados como para perderlos de vista. Marvin Gaye acabaría viviendo en Los Angeles, junto a sus padres, en la casa que les compró en época de bonanza.
Al más puro estilo ermitaño, el artista pasaba días sin salir de su habitación y a las únicas personas que veía eran a sus padres y su camello, tal y como relata David Ritz en su biografía. Sus adicciones crecían y también lo hacía su paranoia, pues estaba convencido que alguien quería matarle. No se equivocaba.
De hecho, la pistola con la que su padre acabaría disparándole, la compró él mismo y se la regaló a su progenitor en Navidad de 1983, para que le protegiera. Cuatro meses después, la usaría para acabar con su vida.
Esos meses fueron infernales en casa de los Gay. La convivencia era imposible y ambas biografías recogen hasta dos intentos de suicidio del artista: una sobredosis deliberada y lanzarse de un coche en movimiento.
Mientras, la relación con su padre había pasado de los gritos a las agresiones mutuas. El día del asesinato de Marvin Gaye comenzó con una de ellas, a causa de una documentación que Marvin Gay no encontraba.
El tono de la disputa subió, según apunta Frankie Gaye en su libro, y Marvin Gaye acabó pateando a su padre en el suelo, hasta que su madre logró separarles. De repente, se hizo el silencio.
Pasaron varios minutos en los que no se oyó un alma en casa de los Gay. Fue un disparo el que rompió ese momento de paz, previo a la tormenta. La bala entró directa al corazón del Príncipe del Soul, quien cayó al suelo fulminado. Por si acaso, el padre descerrajó dos disparos más a quemarropa.
Frankie Gay, autor de 'Marvin Gaye, My Brother', fue el primero en llegar, pues vivía en la casa contigua. Encontró a su padre sentado, en el porche, con la Smith & Wesson a sus pies, y la mirada perdida en el suelo. No se movió.
En el juicio, Marvin Gay alegó defensa propia y fue condenado a seis años de prisión. Marvin Gay aún viviría 14 años más, muriendo de un infarto en 1998, en el asilo donde estaba alojado.
Obviamente, los dos millones de dólares que debía Marvin Gaye en impuestos, fueron rápidamente cobrados con el boom de sus obras tras su muerte. De hecho, los hijos de Marvin Gaye obtuvieron más de 8 millones de dólares, tras ganar la demanda por plagio a Robin Thicke y Pharrel Williams por 'Blurred Lines'.
A día de hoy, Marvin Gaye está en el Olimpo de las voces masculinas de la historia, junto a genios como Sam Cooke, Otis Redding o Frank Sinatra. Sin duda, uno de los artistas más grandes de la historia de la música.