El Pequeño Nicolás no irá a la cárcel por hacerse pasar por representante del Gobierno y la Casa Real
Buenas noticias para Francisco Nicolás Gómez Iglesias, mejor conocido todas y todos como “el Pequeño Nicolás”, dentro del embrollo judicial en el que se haya inmerso en los últimos años…
¿La razón? Ha sido absuelto por la sala de lo penal del Tribunal Supremo de los delitos de ursupación de funciones públicas y de cohecho por los que fue condenado a tres años de cárcel por la Audiencia Provincial de Madrid.
Hay que remontarse a un episodio del pasado, concretamente hay que viajar al Real Club Náutico de Ribadeo (Lugo) en agosto de 2014, cuando el Pequeño Nicolás se hizo pasar por un enlace del gobierno y la Casa Real para reunirse a comer con un empresario.
Además, para dicha reunión, contrató a un agente de la policía municipal, que comunicó a sus compañeros gallegos el viaje y diseñó el dispositivo de seguridad. Así, tal y como queda reflejado en el documental de Netflix 'Pícaro: el Pequeño Nicolás’, llegó a la comida escoltado, armando gran revuelo.
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"Quería tirarme el pisto", reconoció el Pequeño Nicolás en 2021 durante la celebración del juicio.
El caso es que los magistrados consideran que el comportamiento de Gómez Iglesias fue una única acción de suplantación. “Se realizó un simple acto de jactancia, atípico penalmente”, señala la Sala Segunda, quien también indica que se trataba de “una comida sin contenido político o económico, que no encaja en el concepto de acto oficial”. Además el Pequeño Nicolás decía ostentar un cargo inexistente (enlace entre vicepresidencia del gobierno y Casa Real).
Y en lo que se refiere al delito de cohecho, desde el alto Tribunal se apunta a que dar una retribución a un agente de policía local por organizar un servicio de escolta ajeno a toda función pública “no es constitutivo de delito de cohecho, sin perjuicio de las responsabilidades a que hubiere lugar en el ámbito administrativo”, ya que el delito de cohecho exige que la retribución sea por actos que tengan relación con el ejercicio del cargo desempeñado.
Por otro lado, los servicios prestados por el agente local ocurrieron fuera de la localidad en la que trabajaba y fuera de sus horas de servicio.
En cualquier caso, la pesadilla judicial del Pequeño Nicolás no acaba aquí, pues todavía tiene pendiente otras dos sentencias que aún no son firmes. Por un lado, la condena de cuatro años y tres meses de prisión y multa de 4.200 euros por haber accedido a información confidencial en bases de datos policiales en 2014; y por otro, la condena de tres años y cinco meses por hacerse pasar por un miembro del gobierno en la compraventa de la finca La Alamedilla.
Hasta la fecha, la única condena firme que tiene es la del caso del DNI, de un año y nueve meses, que al ser inferior a dos años no conllevaba su ingreso. De momento, al haber sido absuelto por el caso Ribadeo, podrá permanecer en libertad.
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