¿Qué ha sido de Anna Kournikova?
Anna Kournikova sopló las 41 velas de su tarta el pasado 7 de junio aunque, viendo las fotos de sus perfiles sociales, cualquiera diría que sigue siendo la veinteañera que revolucionó el tenis a finales de los 90.
Para quien no lo recuerde, cabe mencionar que Anna Kournikova fue un talento precoz de la raqueta en Moscú que no dudó en emigrar a Estados Unidos, siendo aún una niña, para ponerse en manos de Nick Bollettieri, quien ya había formado a campeones como Monica Seles, Andre Agassi o su compatriota Maria Sharapova.
Y todo parecía ir de maravilla. Con 15 años alcanzó la cuarta ronda del US Open de 1996. Un año más tarde llegaría a semifinales de Wimbledon. Y con 17 años, ya estaba, por derecho propio, en el top 10 del ranking WTA.
En paralelo, la fotogenia y carisma de esta adolescente atrajo a a cierta prensa frívola y las revistas de moda. Eso tuvo un efecto a nivel deportivo.
En un momento dado de su carrera, tuvo más portadas de revistas (Sports Illustrated, Vogue, FHM o Maxim) que títulos de Grand Slam. Quizá la atención a los medios provocó que desatendiese su excelencia deportiva.
Por parejas obtuvo sus mejores resultados y sí conquistó dos Open de Austrlia (1999 y 2002) y dos WTA Tour Championships (1999 y 2000), haciendo dupla con la otra niña prodigio del circuito, Martina Hingis.
A pesar del estancamiento, Anna Kournikova siguió jugando hasta 2007 y su retirada no vino provocada por los resultados, sino por una lesión reiterada de espalda. Por aquel entonces, la tenista ya llevaba seis años de relación con el cantante español Enrique Iglesias.
La pareja se había conocido durante el rodaje del videoclip 'Escape', uno de los hits del cantante, y ya no se separaron.
Curiosamente, todo lo que había sido una sobreexposición a los medios durante su carrera como tenista, se convirtió en un hermetismo absoluto en su relación con Enrique Iglesias.
Anna Kournikova era portada constante de las revistas de moda, imagen de todo tipo de campañas (Adidas u Omega) y un reclamo publicitario del más alto nivel para el tenis femenino que, lógicamente, le reportaron millones. Y, de pronto, prefirió la discreción.
Incluso llegó a ser la deportista más buscada en Google o a aparecer en uno de los capítulos de 'Friends'. Eso sí, no tuvo el suficiente impacto como para que la llamaran en 'Friends: The Reunion'. Desde que consolidase su relación con Enrique Iglesias, desapareció casi por completo de los medios.
ADEMÁS: ¿Eres fan de 'Friends'? Demuéstralo con este Trivial para expertos
Una ausencia que se hizo más notable con la llegada de los tres hijos que la pareja tiene en común.
Nicholas y Lucy, nacidos en 2017, y Mary, quien llegó el 30 de enero de 2020.
Cómo será el nivel de blindaje de la vida privada de la pareja que, tras más de 20 años juntos, el mundo no sabe si se han casado o no.
Sí se sabe que los Iglesias-Kournikova viven en una espectacular mansión con bahía privada en un exclusivo residencial de Miami, en Estados Unidos.
Nidito de amor para una pareja discreta que, aunque suele protagonizar portadas de revistas en todo el mundo, vive su relación alejados de los focos.
También se sabe que la ex tenista rusa es muy aficionada a las redes sociales y, gracia a ello, podemos ver que su felicidad, que tiene tres hijos preciosos y que le encantan los perros. Bueno, y que mantiene una relación especial con su suegra, Isabel Preysler.
En sus redes sociales se puede ver cómo Anna Kournikova sigue jugando al tenis. Aunque no de manera profesional, la deportista suele disfrutar de un partido con sus hijos o con el propio Enrique Iglesias en la intimidad.
Por otro lado, Anna Kournikova es embajadora de la marca de ropa deportiva K-Swiss, a pesar de llevar retirada más de 14 años, y de la fundación 'Five & Alive', que se encarga de cuidar la salud de niños de hasta cinco años.
Independientemente de sus logros como tenista, el legado de Anna Kournikova se puede medir a nivel de marketing deportivo.
Los Beckham, Cristiano Ronaldo o Serena Williams tienen en la ex tenista rusa una de las pioneras en la perfecta combinación de deporte y marketing.
Cómo sería el impacto de Anna Kournikova a nivel global que llegó a poner su nombre a un cóctel (Ruso Blanco con leche desnatada en vez de nata), un videojuego, un virus informático o una mano ganadora de Póker (As y rey de palos diferentes).