Polémica en los Juegos Olímpicos: este es el grave riesgo que corren los atletas en París
Los Juegos Olímpicos de París, una de las grandes citas deportivas del año, se encuentran envueltos en la polémica. El responsable tiene nombre y apellido: calor extremo.
Las preocupaciones crecieron en las últimas semanas ante las previsiones climáticas: de hecho, podría convertirse en el evento olímpico más caluroso jamás registrado, tal y como cuenta Euronews.
Las altas temperaturas plantean dudas no solo entre los expertos, sino también entre los atletas, sobre los efectos en la salud de los participantes en los juegos.
Recientemente, la Asociación Británica para el Deporte Sostenible y Atletas Líderes, elaboró un informe junto con Climate Central y Front Runners, titulado Rings of Fire: Heat Risks at the 2024 Paris Olympics que recoge los testimonios de deportistas, así como las opiniones de médicos y expertos, que revelan las consecuencias del calor extremo en los atletas.
De hecho, la peligrosidad del fuerte calor en estas citas deportivas no es una novedad. Según el estudio, las temperaturas de 34 grados que se registraron en los Juegos de Tokio en 2021 ofrecen “una ventana a un modelo alarmante y creciente de lo que podría repetirse en los Juegos Olímpicos de Verano”.
“A medida que las temperaturas superaron los 34°C y la humedad alcanzó casi el 70%, los Juegos en Japón se convirtieron en "los más calurosos de la historia", se lee en el estudio.
Las fotos que dejaron esos Juegos Olímpicos no dejaron espacio a interpretaciones. Uno de los tenistas más fuertes del mundo, el ruso Daniel Medvedev, dijo durante una competición: “Puedo acabar el partido, pero podría morir”, tal y como recoge la agencia AP.
La jugadora española Paula Badosa, en cambio, abandonó la cancha en silla de ruedas y tuvo que retirarse del partido contra Marketa Vondrousova por un golpe de calor.
El tenista Marcus Daniell, que ganó una medalla de bronce en los Juegos de Tokio, también expresó su miedo a morir en el terreno de juego durante los partidos.
El marchista japonés y campeón mundial de 2019, Yusuke Suzuki, explica a los autores del informe “cómo las consecuencias duraderas de la enfermedad por calor descarrilaron sus sueños olímpicos en Tokio y tuvieron un profundo impacto personal y profesional, afectando tanto su salud física como mental”, se lee en el informe.
Según el informe Rings of Fire, desde 1924, cuando París fue sede de los Juegos Olímpicos por última vez, las temperaturas anuales en la capital francesa han aumentado en 1,8°C. La zona de París ha experimentado 50 olas de calor desde 1947 hasta 2023, las cuales han aumentado en frecuencia e intensidad como resultado del cambio climático.
Asimismo, el calor del verano se intensifica en la capital francesa por el efecto de isla de calor urbano, es decir, las áreas urbanas tienden a ser más cálidas que las áreas rurales circundantes, tal y como explica el estudio.
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Además, el estudio detalla que estos juegos este año se celebran en las mismas fechas en las que, en 2003, Francia sufrió una ola de calor que llevó a la muerte de 14.000 personas. “En ese momento, la temperatura máxima registrada en París fue de 39,5 grados. Veranos extremadamente calurosos similares al de 2003 ahora son diez veces más probables debido al cambio climático”, explican.
Las consecuencias en el cuerpo de los deportistas son evidentes. “Las condiciones de calor y/o humedad dificultan la pérdida de calor y hacen más difícil regular la temperatura interna del cuerpo. Esto afecta el rendimiento físico, especialmente cuando la exposición es prolongada” y se requieren un ritmo de ejercicio sostenido y alto, destaca el estudio.
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“El calor ambiental elevado y la humedad pueden causar impactos adicionales dañinos: desde quemaduras solares y calambres por calor, hasta agotamiento por calor o incluso colapso por golpe de calor, lo que potencialmente pone en riesgo la salud y el bienestar. Esto puede ocurrir en atletas, pero también en oficiales y espectadores”, alertan los expertos.
Otra de las preocupaciones de los atletas es el descanso. Las altas temperaturas, de hecho, afectan la calidad del sueño. Y las Olimpiadas de París, que pretenden ser las más ecológicas, no prevén aire acondicionado en edificios como la Villa Olímpica, el complejo residencial donde se albergan los deportistas. En cambio, prevé un sistema de refrigeración geotérmica. No obstante, la organización asegura que los atletas dispondrán de ventiladores, recoge Euronews.
Tal y como explica Euronews, aunque en el exterior la temperatura sea de 39 grados, los organizadores afirman que podrán alcanzar una temperatura interior de 23 a 26 grados. Sin embargo, delegaciones como Grecia y Australia no lo consideran suficiente y han sugerido que sus deportistas llevarán sus propios aparatos de aire acondicionado portátiles.