Entre las favelas y el lujo: la historia de Adriano
Adriano Leite fue uno de los grandes delanteros brasileños de la primera década de los 2000, un portento físico con una zurda incomparable que brillo en Italia con el Inter de Milán y en la ‘Canarinha’, pero al que la depresión y otros tantos problemas personales le arrastraron a un oscuro final del que ahora parece redimirse.
Nacido en Río de Janeiro el 17 de febrero de 1982, se formó en la cantera del Flamengo, donde debutó como profesional a 15 días de cumplir los 18 años, el 2 de febrero del año 2000. Sus aficionados pudieron disfrutar de él allí apenas un año que, además, le valió para ser incluido en el Salón de Fama de Maracaná.
Su tremenda primera temporada en el Brasileirao con el Flamengo hizo que un gigante europeo se fijara rápidamente en él para reclutarlo en sus filas. Fue el Inter de Milán, que se gastó nada menos que 13 millones de euros en el año 2001 para ficharlo.
Su estreno en el Calcio, sin embargo, no sería en el Inter, sino en la Fiorentina, equipo al que se fue cedido en la temporada 2001-2002. Un año en Florencia y otro en Parma (2002-2003) fueron suficientes para que el Inter lo recuperara para su causa en la 2003-2004 y comenzara así la época dorada de Adriano Leite.
Esos años dorados ocuparon cinco temporadas, entre 2004 y 2008, en las que Adriano se convirtió en una de las grandes estrellas del conjunto neroazzurro, en los que consiguió un total de 65 goles y títulos como dos torneos de la Serie A, dos Copas de Italia y tres supercopas italianas.
Durante esos años en el Inter fue un auténtico ídolo para la afición y era habitual decir sobre el que tenía "la capacidad goleadora de Ronaldo Nazario, la fuerza de Zlatan Ibrahimovic y la potencia de disparo de Roberto Carlos".
Pero, desde el año 2004 no todo fue de color de rosa para Adriano, porque fue entonces cuando empezaron lo problemas para el talentoso futbolista brasileño. ¿La razón? El fallecimiento de su padre, Almir, el 4 de agosto de ese año, algo que le sumió en una dura depresión.
En una entrevista años después, el que fuera su compañero en el Inter, el argentino Javier Zanetti, relató: “Lo vi llorar, tiró el teléfono y comenzó a gritar que no era posible. Desde esa llamada no volvió a ser el mismo. No lo sacamos de la depresión”.
También lo contaría el propio Adriano en una carta abierta para The Players Tribune: “Después de ese día, mi amor por el fútbol nunca volvió a ser el mismo. Me deprimí mucho. Empecé a beber mucho. No quería entrenar. Sólo irme a casa. A pesar de que marqué muchos goles en la Serie A durante esos pocos años y, aunque la afición me amaba, mi alegría se había ido”.
“A él (escribía Adriano refiriéndose a su padre) le encantaba este deporte, así que a mí me encantó. Así de sencillo. Fue mi destino. Cuando jugaba al fútbol, jugaba para mi familia. Cuando marcaba, marcaba para mi familia. Entonces, cuando murió mi padre, el fútbol nunca volvió a ser el mismo”,.
Fue en 2006 cuando se conocieron sus problemas con la bebida, e incluso con el consumo de sustancias ilegales, lo que fue mermando su rendimiento en el Inter que, a pesar de darle más de una y de dos oportunidades, acabó por cederlo en 2008 al Sao Paulo, recuperarlo un año después, y acabar traspasándolo al Flamengo en 2009.
Como publicó el diario italiano La Gazzetta dello Sport, en los últimos años en el Inter, el delantero brasileño llegaba completamente ebrio a muchos de los entrenamientos y, en ocasiones, tenía que quedarse durmiendo en la enfermería a causa de ello.
En ese último año en el Inter, la separación de su novia se sumó para ahondar más en su depresión e incluso llegó a anunciar que dejaba el fútbol en abril de 2009, pero finalmente siguió. Eso sí, sus diferencias con su entonces entrenador, José Mourinho, terminaron con su carrera como 'neroazzurro'.
Un año en el Flamengo le valió para regresar a la Serie A, en ese caso a la Roma, en la temporada 2010-2011, en lo que podía parecer un pequeño resurgimiento de la estrella brasileña, pero la realidad es que fue un espejismo y regreso de nuevo a Brasil para pasar por Corinthians (donde ganó el Brasileirao) y Athletico Paranaense.
Nada más llegar al Corinthians se sometió a una operación de hombro y sufrió una grave lesión en el tendón de Aquiles, lo que sumado a sus excesos extradeportivos hicieron que su rendimiento no fuera el esperado. Ttampoco en el Athletico Paranaense, donde tuvo que firmar una cláusula ‘anti vicios’.
En Brasil permaneció hasta 2014, momento en el que emigró a Estados Unidos para unirse al Miami United FC, un equipo de la cuarta división del país norteamericano del que compró el 40% de sus acciones y donde solo jugó un partido oficial y dos amistosos hasta 2016, año en el que se retiró oficialmente como futbolista.
Su época dorada, por cierto, brilló especialmente en la selección brasileña, en la que se convirtió en uno de sus grandes referentes y donde jugó, entre amistosos y partidos oficiales, un total de 48 partidos en los que marcó 27 goles.
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Con la ‘Canarinha’ jugó un Mundial, el de Alemania 2006 y ganó dos trofeos -la Copa América 2004 y la Copa Confederaciones 2005- erigiéndose además como la gran figura del equipo en ambos y como su máximo goleador en el caso del trofeo americano.
Sin embargo, con la selección de Brasil también tuvo sus polémicas, como pasó en 2010, cuando no participó en el Mundial de Sudáfrica por mal comportamiento.
Tras su retirada como profesional, podía parecer que Adriano encontraría la tranquilidad necesaria para huir de sus problemas, pero nada más lejos de la realidad. Surgieron nuevos conflictos, aunque nunca al nivel de lo que dejó atrás.
En 2016 varios medios publicaron una serie de fotografías de Adriano en una de las favelas más peligrosas de Brasil, donde vivió parte de su niñez, lo que llevó a muchos a pensar en que su vida se venía abajo definitivamente, tras una serie de incidentes que ocuparon numerosos titulares en la prensa brasileña.
En 2010 había comenzado la secuencia de incidentes e imágenes inquietantes, cuando fue fotografiado junto a un amigo de la favela que portaba armas. El jugador fue a la policía a testificar. Dijo que solo fueron bromas entre amigos, pero pasada una semana de aquello, compró una moto en nombre de la madre de un traficante. Fue citado nuevamente al juzgado, pero negó su participación en ningún asunto turbio.
Mucho más grave fue lo que tuvo lugar el 26 de diciembre de 2011, cuando salió de una fiesta junto a una chica de 20 años, quien acabó herida de bala, según informó el canal brasileño Globo. Ella aseguró que Adriano le disparó accidentalmente. Al día siguiente, el futbolista fue citado al juzgado.
"Siempre tienen que hablar mal de mí. Todo lo malo es por mí, yo tengo mi conciencia tranquila. Me quité mi camisa, le presté ayuda, solo cogí el arma después de que se disparara ella misma y se la di a la policía", declaró el jugador a la prensa.
Y más problemas: como cuando en 2007, según Eurosport, se denunció a dos policías brasileños por extorsionarlo amenazando con denunciarlo por “tráfico de drogas” o, ese mismo año, cuando estrelló su auto contra otro vehículo tras perder el control, tal y como informó la cadena Globo.
En febrero de 2020 surgió el rumor de que había sido asesinado en la favela de Morro de Alemao, en Río de Janeiro, pero el propio futbolista salió rápidamente a desmentirlo publicando dos fotos en Instagram en las que escribió: “Estoy vivo”.
En otra carta que escribió para The Players Tribune, el delantero describió su final a la perfección con un lamento para finalizar: "Adriano no desapareció en las favelas, simplemente se fue a casa. Soy uno de los futbolistas más incomprendidos del planeta".
Hoy, a través de sus redes sociales, se puede ver a Adriano de la misma manera en casas de auténtico lujo como en las favelas de Río de Janeiro.
Pero los titulares de prensa no cesan. En diciembre de 2022 saltó la noticia de que estaba tramitando el divorcio de su esposa Micaela Mesquita, con la que se había casado solo 24 días antes de desaparecer dos días sin dar explicaciones. El delantero se había ido a ver un partido del Mundial de Brasil contra Suiza y se retrasó más de la cuenta en volver al hogar conyugal, según Globo.
El 17 de febrero de 2023 volvería a ser noticia. Celebraba sus 41 años a bordo de un yate, con botellas de champán de casi 3.000 euros y una joven pelirroja llamada Raquel Bastos, una imagen que publicó en Instagram con el título “amiga, con todo el respeto”.
La imagen de la celebración recibió rápidamente la respuesta irónica de su ex Micaela Mesquita: “¡Oh, qué lindos! Os deseo toda la felicidad del mundo. Adriano, mándame los papeles del divorcio”, aunque de esa relación se ha hablado en la prensa brasileña de “idas y venidas”.
Poco después acabaría felicitándolo con un mensaje que terminaría borrando: “Incluso separados nunca olvido la fecha de hoy. ¡Feliz cumpleaños! Que tú, idiota, tengas toda la felicidad del mundo. Aunque me has hecho daño, te deseo lo mejor”, decía Micaela.
En 2022 se estrenó en Paramount+ ‘Adriano Imperador’, una docuserie dirigida por Susanna Lira que repasa la ajetreada vida de una estrella eclipsada por sus problemas y sus excesos…
Una vida que hoy trata de dejar en el pasado disfrutando de su retiro dorado del mundo del fútbol (y a pesar de sus noticias fuera de tono con las que nos deleita de vez en cuando y que no pueden faltar siendo Adriano el protagonista de la historia).
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