Enfados, egos, cambios de guion... así fue el desastroso rodaje de 'American History X'

De lo mejor de los 90
Olía a éxito
Una estrella en ciernes
Una estrella en caída libre
Un reparto sensacional
Tony Kaye, sin filtros
Prefería a Joaquin Phoenix
La productora quería a Edward Norton
Entregado al papel
Rechazó una película legendaria
Los planes de Tony Kaye
Problemas con el montaje
¿Tony? Gracias por todo
La furia de Kaye
Un trabajo sensacional con consecuencias
¿Humpty Dumpty?
Una reunión memorable
Un plan con fisuras
Demanda multimillonaria
Tres peajes demasiado altos
De lo mejor de los 90

Es una película de culto, entra fácilmente en el top 10 de mejores películas de los 90 y sus dos actuaciones principales quedarán para el recuerdo. Lo que no todo el mundo sabe es que el rodaje de 'American History X' (América X / Historia Americana X, 1998) fue un absoluto infierno.

Foto: New Line

Olía a éxito

Tan sólo había que leer el guion para saber que el proyecto iba a ser un pelotazo. La historia de redención de un joven supremacista blanco quien intenta evitar que su hermano pequeño siga sus pasos, los mismos que lo llevaron a la cárcel.

Foto: New Line

Una estrella en ciernes

Para los papeles principales, se eligieron a dos de las estrellas más potentes de Hollywood. Por un lado, Edward Norton quien, a sus 28 años, venía de estar nominado al Oscar por 'Las Dos Caras de la Verdad' (Primal Fear / La Raíz del Miedo / La Verdad Desnuda, 1996). Quizás, el actor más prometedor de la nueva hornada.

 

Una estrella en caída libre

Por otro lado, Edward Furlong, cuyo papel en 'Terminator 2' (1991) aún le mantenía con un estatus de estrella que, poco a poco, había ido perdiendo por sus malas decisiones a la hora de elegir proyectos.

Un reparto sensacional

Junto a ellos, Elliot Gould, Stacy Keach, Fairuza Balk y Beverly D'Angelo. Un increíble reparto que iba a demostrar que la elección de todos fue todo un acierto.

Foto: New Line

Tony Kaye, sin filtros

Con Tony Kaye en la dirección, la película no tuvo problemas en mostrar la crudeza de la violencia racial, con escenas para la historia como la famosa 'Sonrisa del Joker' o un final absolutamente alejado de los felices a los que Hollywood estaba acostumbrado.

 

Prefería a Joaquin Phoenix

Resulta chocante que la película acabara siendo tan redonda con la cantidad de problemas que hubo en el rodaje. Problemas que comenzaron incluso antes de poner la cámara en marcha, pues Tony Kaye no quería a Edward Norton como protagonista, sino a Joaquin Phoenix.

La productora quería a Edward Norton

Por un lado, Joaquin Phoenix se apartó del proyecto porque no quería vincularse a un proyecto de temática supremacista. Por otro, la productora, Turman-Morrissey Company insistió sobremanera en que Edward Norton fuera su protagonista.

Entregado al papel

Parece lógico pensar que a Edward Norton no le hizo demasiada gracia que Tony Kaye hubiera preferido a otro actor antes que a él. Y a pesar de que lo dio todo por su personaje (se rapó la cabeza, ganó 14 kilos de masa muscular...) y que su papel es uno de los mejores de la historia de Hollywood, llevó las cosas al extremo con el director.

 

Rechazó una película legendaria

Por cierto, Edward Norton rechazó participar en 'Salvar al Soldado Ryan' (Saving Private Ryan / Rescatando al Soldado Ryan, 1998), por dar vida a Derek Vinyard. Acertó de pleno. O no.

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Los planes de Tony Kaye

En principio, Tony Kaye tenía previsto que Daniel Vinyard, el personaje de Edward Furlong, fuera el protagonista de la película. Esto no gustó demasiado a Edward Norton quien consiguió que, poco a poco, la historia fuera virando más hacia su personaje, Derek Vinyard.

Problemas con el montaje

A pesar del choque de egos, la película acabó por rodarse. O eso pensaba todo el mundo. Al ver la versión final, de 95 minutos, Edward Norton montó en cólera porque le habían quitado la mayoría de sus escenas.

 

¿Tony? Gracias por todo

¿Qué pasó? Que la productora no quiso enfadar a quien apuntaba a ser una estrella tremenda en Hollywood y le dejó a cargo de un montaje final que se fue a 118 minutos y que acabaría siendo la película tal y como se conoce hoy en día.

La furia de Kaye

Es más, llegaron a prohibir a Tony Kaye la entrada en la sala de edición, lo que provocó que Tony Kaye diera un puñetazo a una pared y se reventara la mano.

Un trabajo sensacional con consecuencias

Por un lado, la crítica se deshizo en elogios con los dos protagonistas y con la película en general, pero esto, lejos de beneficiar a Edward Norton, le dejó señalado como un actor problemático, por lo que muchos directores se negarían a trabajar con él.

 

¿Humpty Dumpty?

De hecho, Tony Kaye se negó a que su nombre apareciera en los créditos, pidiendo que en su lugar pusiera Humpty Dumpty o Ralph Coates (jugador del Tottenham de los 70), pero el estudio no aceptó.

Una reunión memorable

Para el recuerdo quedará la reunión previa al estreno de Tony Kaye con New Line Cinema, a la que llevó un monje budista, un cura y un rabino para que le apoyaran. No funcionó.

 

 

Un plan con fisuras

De hecho, su prometedora carrera quedó también encallada, pues el director tampoco dudó en intentar boicotear la película, como cuando intentó que fuera exhibida en el Festival de Cine de Toronto.

Demanda multimillonaria

Tampoco ayudó que demandara al estudio por 200 millones de dólares, en una jugada que quedaría en papel mojado.

 

Tres peajes demasiado altos

Resulta curioso que dos de los tres protagonistas de una de las mejores películas de los 90, quedaran tan marcados negativamente por ella. El tercero, Edward Furlong, no necesitó de nadie para boicotear su propia carrera.

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