El cerebro de los guardametas no funciona como el del resto de los mortales
"Un guardameta es alguien extraño, diferente al resto, alguien que siempre está preparado para salvar la situación", eran las palabras del que es considerado uno de los mejores guardametas de la historia del fútbol, Gigi Buffon. Sus palabras fueron citadas en la página web de la Dublin City University y resumen perfectamente el concepto desarrollado por los investigadores de un curioso nuevo estudio.
Durante un partido, un guardameta de fútbol tiene que estar dispuesto a tomar decisiones de forma rápida, a menudo sin contar con toda la información. Este aspecto tan fundamental de su papel ha llevado al equipo de investigadores de la Dublin City University a profundizar sobre la cuestión.
El estudio buscaba indagar sobre la mente de los guardametas, demostrando su modo diferente de percibir el mundo, comparándolo con personas que no han vivido este tipo de experiencias.
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"A diferencia del resto de futbolistas, los guardametas deben tomar miles de decisiones muy rápidas basadas en información sensorial limitada o incompleta", eran las palabras de Michael Quinn en The Guardian. Quinn es uno de los autores del estudio y exguardameta de la Premiership irlandesa, que en la actualidad está estudiando un máster en neurociencia del comportamiento en la Dublin City Unirversity.
Imagen: Omar Ram / Unsplash
El estudio contó con la participación de 60 voluntarios, entre los que se incluían guardametas profesionales, jugadores profesionales y personas de diferentes edades sin experiencia futbolística.
Los tres grupos de voluntarios fueron sometidos a diferentes estímulos mediante la presentación de imágenes que podrían aparecer en la pantalla con o sin señal acústica (estímulo auditivo).
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Los resultados de las pruebas han demostrado que los guardametas de fútbol profesionales presentaban diferencias significativas con respecto al resto de participantes, especialmente en lo referente a su capacidad de elaboración multisensorial.
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Esta diferencia consistía en una capacidad notablemente afinada y veloz a la hora de valorar los tiempos relativos a las señales sonoras y visuales, acompañada de una propensión más marcada para distinguir entre diferentes tipos de estímulos sensoriales.
Es decir, respecto al resto de jugadores y de personas sin experiencia futbolística, los guardametas tendían menos a fundir conjuntamente las percepciones de los estímulos de luces y sonidos.
"Ser guardameta significa tener una actividad multisensorial. No solo requiere información visual, sino también auditiva; en algunos casos, no son capaces de ver en absoluto el balón y solo disponen [del sonido] del golpeo del balón para adivinar donde va a acabar", explicaba, según The Guardian, el Dr. David McGovern, psicólogo de la Dublin City University, que ha dirigido el estudio.
Por lo tanto, los guardametas deciden qué información, visual o sonora, usar, basándose en la que llega a ellos más rápidamente. No unifican estos dos datos diferentes, sino que eligen el sentido más rápido para reaccionar.
"Aunque muchos jugadores y aficionados de fútbol de todo el mundo pueden hacerse una idea de que los guardametas son sencillamente 'diferentes' a los demás, este estudio podría ser la primera evidencia que tenemos para demostrar científicamente esta afirmación", comentaba McGovern, según la página web de la Dublin City University.
Francesco Di Russo, profesor de psicofisiología y neurociencia cognitiva de la Università degli Studi di Roma Foro Italico, habla sobre la plasticidad cerebral en una entrevista con GQ: "En los deportistas se da una mayor plasticidad cerebral. Se entrenan de forma diferente, especializándose en su cerebro, centrando los recursos cerebrales en las zonas que necesitan".
Según la explicación del Dr. Di Russo, la plasticidad cerebral es la capacidad extraordinaria del cerebro para modificarse y adaptarse para poder desarrollar mejor sus funciones.
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Lo que aún no está claro es si esta habilidad surge tras años de duro entrenamiento o si se trata de una capacidad innata que precisamente ha llevado a estos deportistas a convertirse en excelentes guardametas de fútbol.
Según el portal de Dublin City University, McGorvern afirma que "habrá que realizar más investigaciones para seguir la trayectoria de desarrollo de los guardametas noveles e indagar sobre estas posibilidades".
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El estudio se realizó contemplando solo la participación de voluntarios masculinos, pero el equipo de investigación está pidiendo financiación para realizar el estudio a las jugadoras del fútbol femenino, tal y como señalaba en su artículo The Guardian.
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