Theresa Zabell, de campeona olímpica de vela a política y activista por los océanos
A pesar de que sus padres eran británicos y de que nació en la ciudad inglesa de Ipswich, Theresa Zabell se fue a vivir a España a los pocos meses de llegar al mundo, un país donde consiguió no alcanzar su sueño, que era llegar a ser una deportista olímpica, sino superarlo, consiguiendo ser campeona en unos Juegos Olímpicos por partida doble.
Zabell ha pasado a la historia del deporte español como campeona en el mundo de la vela y como la única deportista española que puede presumir de tener dos oros olímpicos. Lo hizo, concretamente, en la clase 470, con la que alcanzó la gloria internacional defendiendo la bandera de su país de adopción.
Participó en dos Juegos Olímpicos, los de Barcelona 1992 y los de Atlanta 1996, dos participaciones en los que se llevó esas dos medallas de Oro de la mano de Patricia Guerra y Begoña Vía-Dufresne, respectivamente.
"Descubrí a los 11 años lo que quería ser en la vida y era ir a los Juegos Olímpicos y lo descubrí viendo la tele", le contó al diario Sport. "En aquella época, la vela femenina no estaba incluida en el programa de los Juegos igual que muchísimos otros deportes", pero eso no le impidió soñar con llegar ahí y triunfar. Un sueño que se hizo realidad a pesar de todo.
No sería lo único que ganaría a lo largo de su exitosa carrera deportiva, ya que, siempre en clase 470, conseguiría otras tres medallas de Oro (Rota 1992, Toronto 1995 y Porto Alegre 1996) y una de plata (Crozon-Morgat 1993) en el Campeonato Mundial de Vela y otras tres medallas de Oro más (Bergen 1991, Nieuwpoort 1992 y Röbel 1994) en el Campeonato Europeo.
Sus grandes éxitos a lo largo de esos primeros años de la década de los 90 le valieron a Zabell, entre otras cosas, para ser nombrada en 1994 como Regatista Mundial del Año por parte de la Federación Internacional de Vela (ISAF).
También para ser reconocida en España con otros tantos galardones que le entregó el Consejo Superior de Deportes (CSD) del Gobierno de España: dos Premios Reina Sofía (1985 y 1996) que recogió en los Premios Nacionales del Deporte de aquellos años; la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo (1994) y la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo (1997).
A finales de 1998, con 33 años, Theresa Zabell anunciaba su retirada definitiva del mundo del deporte profesional para comenzar una nueva etapa en su vida que le llevaría a entrar en política, siempre vinculada, eso sí, al mundo del deporte.
En 1999 se convirtió a lo largo de la 5ª Legislatura en eurodiputada en el Parlamento Europeo con el Partido Popular ocupando el escaño 470 -¿casualidad?- y llegando a ser Vicepresidenta de la Comisión de Cultura, Juventud, Educación, Medios de Comunicación y Deporte y miembro de la Comisión de Medio Ambiente.
Su aventura en la política europea terminó en 2004 y, tres años después, en 2007 pasaría a convertirse en la Vicepresidenta del Comité Olímpico Español (COE), un importante puesto que ocupó durante siete años, hasta 2014.
Pero no serían sus únicos logros dentro del mundo de la política, ya que, además se convirtió en consultora internacional de la UNESCO en la lucha contra el dopaje en el deporte, miembro del Jurado de los Premios Princesa de Asturias y Directora de las Relaciones Internacionales de la Candidatura Olímpica Madrid 2020.
Ha sido también presidente de la Asociación Española de Mujer, Ejecutivas y Deporte (AEMED), una organización que puso en marcha junto a otras mujeres deportistas para ayudar a las que nuevas generaciones del deporte femenino, darles formación en gestión y derribar las barreras que impiden la igualdad real dentro del deporte.
Pero la política no fue el único reto que se propuso Zabell tras dejar la competición. Con tantos años triunfando sobre el agua del mar, viviendo éxitos gracias a él, se puso entre ceja y ceja salvaguardar los océanos luchando por ellos con todo lo que estuviera en su mano.
Para ello, al terminar su carrera deportiva, el 3 de marzo de 1999, fundó la Fundación Ecomar, a través de la cual se ha dedicado a organizar talleres con niños –unos 15.000 al año, según su web- para concienciarles sobre el cuidado del medio ambiente o actividades para recoger residuos de las playas.
La fundación de Theresa Zabell no ha dejado de trabajar desde entonces bajo el lema "Cuida de los únicos dos sitios de los que no te podrás mudar jamás, tu cuerpo y tu planeta", convertida en un referente en el cuidado de los mares, "educando y concienciando para lograr un planeta mejor", según explican.
"El mar lo ha sido todo para mí desde siempre. Desde que empecé a navegar fui consciente de que el mar estaba lleno de cosas que no tenían que estar allí. Por ejemplo, cuando en la orza de mi barco se enganchaban cosas. Y entonces me preguntaba: ¿cómo es que nadie hace nada para sacar todo esto de aquí?", contó en un encuentro organizado por Iberdrola.
"Soy optimista y creo que les vamos a dejar un planeta aceptable. Pero para dejarles ese planeta tenemos que ponernos todos manos a la obra. Ahora, desde pequeños les vamos educando y les vamos concienciando de que el planeta no es ilimitado", apuntaba Zabell.
Hoy, además de en la presidencia de Ecomar, la podemos ver en infinidad de conferencias que van más allá del medio ambiente, incluyendo temas como la superación de las adversidades y la gestión del cambio, la gestión de crisis o la sostenibilidad, además de ser consejera de varios Clubes y Escuelas de Vela aprovechando su propia experiencia en este campo.
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