Raphaël Varane advierte sobre un peligroso hábito dentro del mundo del fútbol
Los graves problemas que acarrean las conmociones cerebrales están más de actualidad que nunca en el mundo del deporte. Las muertes del rugbier Billy Guyton y del ex jugador de hockey Chris Simon ya han dado las primeras señales de alarma y, ahora, ha sido el futbolista Raphaël Varane el que ha querido advertir sobre sus consecuencias.
En una entrevista con el diario L’Equipe, el central francés, ex jugador del Real Madrid y, actualmente, en las filas de Manchester United, ha querido alertar sobre el gran peligro que supone para los deportistas que lo sufren, asegurando que, en su caso, llegaron a afectar a su rendimiento tanto con Francia como con el equipo blanco.
"Después de llevarse varios golpes en la cabeza, decir al día siguiente de un partido que estás cansado cuando todo ha ido bien es más complicado. Muchas veces, como jugadores, no lo entendemos, ni siquiera pensamos en hacernos una prueba", lamenta el futbolista en el diario galo.
En ese sentido, explicó Varane, "reconocer una conmoción cerebral y tratarla bien es un verdadero desafío. Es un problema de salud real, incluso puede ser vital. Las cosas van cambiando poco a poco, pero aún podemos avanzar en este ámbito".
Y recordó además que "en el Manchester United nos recomendaron no dar más de 10 cabezazos al balón por entrenamiento", añadiendo además que "mi hijo de 7 años juega al fútbol y le aconsejo que no dé cabezazos".
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Y es que, Raphaël Varane sabe de lo que habla, porque, a lo largo de su carrera ha sufrido varias conmociones cerebrales a lo largo de su carrera como profesional del mundo del fútbol.
"Si repasamos tres de los peores partidos de mi carrera, hay al menos dos en los que había sufrido una conmoción cerebral unos días antes: contra Alemania en los cuartos de final del Mundial de 2014 y con el Real Madrid ante el Manchester City en los octavos de final de la Liga de Campeones 2020", aseguró en L’Equipe.
Del primero de los eventos sobre los que pone el foco, el que sufrió durante el Mundial de Brasil 2014 y que tuvo lugar en el enfrentamiento ante Nigeria de los octavos de final, Varane dijo no recordar nada del partido tras su choque, asegurando que lo terminó "en modo piloto automático".
"Sentí fatiga ocular. Mirando hacia atrás, me pregunto si lo habría dicho, aunque eso significara no jugar el siguiente partido de cuartos contra Alemania, si hubiera sabido que era una conmoción cerebral", dijo el defensa francés.
La realidad es que nadie sometió entonces a Varane a ningún tipo de prueba para corroborar las consecuencias de aquel golpe, por lo que, él mismo se cuestionaba: "¿Cómo podía medir en ese momento mi capacidad para jugar o no contra Alemania en cuartos?".
En el segundo de los casos a los que hace referencia, el golpe que sufrió el central a causa de un balonazo tras un saque de córner que sufrió durante un partido de Liga contra el Getafe y por el que se vio obligado a abandonar el partido.
Aquí, aunque siguió el protocolo de recuperación recomendado para estos casos, no llegó a hacerse ninguna prueba y, una vez que reanudó los entrenamientos con el equipo blanco, no dejó de sufrir una profunda fatiga que hoy relaciona directamente con aquella conmoción y que le afectó para el siguiente partido que disputó contra en Manchester City en Champions League.
"Quizás si hubiera hecho una prueba para evaluar mis capacidades para recuperarme, habría pospuesto mi regreso a los entrenamientos haber vuelto a jugar con un nivel de energía normal", recalcó Varane en su entrevista con L’Equipe.
La denuncia de Varane recuerda mucho a todo lo que se ha hablado después de que se diera a conocer que el ex jugador de rugby neozelandés Billy Guyton murió en 2023 a causa de la encefalopatía traumática crónica (CTE), una enfermedad degenerativa provocada por los golpes en la cabeza y las continuas conmociones cerebrales que sufrió durante su carrera deportiva.
Una muerte que vino precedida de años de problemas en los que, entre otras cosas, Guyton no era capaz de soportar los ruidos ni la luz, además de que comenzó a tener problemas que le impedían poder jugar con su hija pequeña.
Poco después se conoció también la noticia de que el mítico jugador de la NHL Chris Simon se había quitado la vida el 18 de marzo de 2024 a los 52 años ahogado por la depresión y la ansiedad que padecía desde hace años a causa de la CTE que sufría, también derivada de los golpes y las conmociones de sus años sobre el hielo.
Y son casos como los de Guyton y Simon por los que las palabras de Raphaël Varane cobran aún más fuerza para poner en alerta también al mundo del fútbol, donde la cabeza de los jugadores sufre especialmente en contacto con el balón, por remates, despejes, balonazos, etc.
"Cuando sabes que las conmociones cerebrales repetidas tienen un efecto potencialmente fatal, te dices a ti mismo que las cosas pueden salir muy mal. En ese momento no era un hombre de familia, pero hoy, con 30 años y tres hijos, pienso diferente", concluyó Varane.
Desde los sindicatos de jugadores de deportes como el rugby y el hockey sobre hielo, ya están en pie de guerra ante esta situación y es el momento de que otras disciplinas empiecen también a moverse para prevenir sus fatales consecuencias, en este caso por una práctica tan habitual en un deporte como el fútbol.