No es un 'hijo de papá': conociendo a Mick Schumacher
Su apellido es su mejor carta de presentación, aunque quizás en alguna ocasión el peso de ser hijo de Michael Schumacher (siete veces campeón del mundo de Fórmula 1) haya podido ser demasiado para Mick Schumacher (1999).
Puede que por ello, el hijo de Michael Schumacher, decidió comenzar su carrera como piloto con el apellido de soltera de su madre, Corinna Betsch. La intención de sus padres era que el pequeño Mick fuera creciendo y desarrollándose en el mundo automovilístico sin la presión de ser el “hijo de”…
El parecido físico con su progenitor es innegable y, como él, Mick Schumacher también ha heredado de él su pasión por las carreras y la velocidad.
“Mi padre siempre me apoyaba mucho en todo lo que yo estaba haciendo en el karting. Por supuesto. Yo creo que él intentó aportarme diferentes enfoques para ver lo que era mejor para mí y, al final, él me decía siempre: ‘haz lo que amas’”, contó el propio Mick en 2022 en una entrevista a Mundo Deportivo.
Mick Schumacher proviene de una gran familia de pilotos. Además de hijo de Michael Schumacher, es sobrino de los pilotos Ralf Schumacher y Sebastian Stahl y primo del también piloto David Schumacher (hijo de Ralf).
No cabe duda de que el automovilismo corre por sus venas y, tal y como ha contado él mismo en distintas entrevistas, ya estaba subido a un Go Kart con tan solo dos años.
Mick nació y creció en Suiza, pero tiene la nacionalidad alemana por sus padres, ambos originarios de Alemania.
Sus inicios en el mundo del karting le llevan a competir en Cataluña, concretamente en el OpenRacc (un campeonato de karts para los jóvenes debutantes de 7 a 11 años ) de la mano de Genís Marcó, mentor de Fernando Alonso en el karting. Su etapa con los karts llegó a su fin a los 16 años.
Fue entonces cuando se pasó a la ADAC Fórmula 4. Y si bien en su primer año no brilló, en el segundo logró ser subcampeón.
En 2017 dió el salto a la Fórmula 3 Europea. Y una vez más, los comienzos no le fueron fáciles, aunque, a partir de 2018, las victorias comienzan a llegar, y se hizo con el campeonato.
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En 2019 ingresó en la Academia de Pilotos de Ferrari para formar parte de un programa para jóvenes talentos del automovilismo. Y, en abril de ese mismo año, ya pudo ponerse al volante de un Ferrari SF90 en los entrenamientos posteriores al Gran Premio de Barhéin, consiguiendo el segundo mejor tiempo. Un paso previo a formar parte de la Fórmula 1, su verdadero sueño.
A partir de 2019 Mick compitió con la escudería italiana Prema en la Fórmula 2, alzándose con el título de campeón en la temporada 2020.
Ese prometedor ascenso le hace pasar a la Fórmula 1 en 2021 de la mano de la escudería estadounidense Haas.
En su carrera, su rendimiento no siempre ha sido el mismo, lo que en ocasiones le ha generado algunas críticas, aunque el joven piloto lleva bien la presión y asegura que le ayudan a crecer y aprender a ser mejor piloto.
Como curiosidad, en una entrevista para F1-Insider, contó que tiene una manía cuando se sube a su monoplaza. ¿De qué se trata? Hablar consigo mismo para mejorar su concentración y poder rendir al máximo nivel.
El accidente que sufrió su padre esquiando en los Alpes en diciembre de 2013, ha impedido a Michael Schumacher poder seguir de cerca los pasos de su hijo, pero su madre, la campeona europea de reining Corinna Betsch, está muy pendiente de la carrera de Mick.
Según confesó en una entrevista a La Gazzetta dello Sport, su padre es su ídolo, aunque Mick busca trazar su propio camino. No obstante, siempre que ha tenido ocasión le rinde homenaje, como cuando Liberty Media (la compañía estadounidense que posee los derechos de la Fórmula 1) le ha permitido conducir algunos de los coches que pilotó su padre (el Benneton B194 en Bélgica 2017 o el Ferrari F2004 en Hockenheim en 2019 y en Mugello 2020).
En 2022 se conoció que Mick Schumacher no iba a ser renovado por Hass. Pero, en 2023, a falta de un equipo, se ha convertido en piloto reserva de McLaren-Mercedes (la escudería en la que su padre terminó su carrera).
Mick Schumacher ha demostrado haber heredado el talento familiar, pero en la Fórmula 1 la competitividad se lleva a otro nivel y tener un apellido no garantiza una carrera de éxito. Deberá seguir trabajando para mantenerse a la altura. No le queda otra opción.
Y si no siempre le quedará el fútbol, que no se le da nada mal, como a su padre, que tras dejar la Fórmula 1, hizo sus pinitos como futbolista en algún que otro partido...
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