Sagas familiares legendarias del deporte (lo llevan en los genes)
Dicen que de tal palo, tal astilla, pero hay palos y astillas que alcanzan la élite del deporte y perpetúan un apellido durante generaciones. Estas son algunas de las sagas más legendarias de la historia del deporte.
Dell Curry fue un base meritorio que jugó casi toda su carrera en Charlotte, donde en su mejor temporada alcanzó los 16,3 puntos por partido.
Stephen Curry está en el debate por entrar dentro del grupo de los 10 mejores jugadores NBA de la historia. Su forma de jugar, lanzando triples con rango de tiro nunca visto, cambió la NBA por completo.
Realeza de la NFL con tres quarterbacks de categoría en la familia. Archie Manning fue un referente durante las 13 temporadas que estuvo en la NFL, la mayoría en los New Orleans Saints.
Peyton fue 14 veces Pro Bowl, ganó dos Super Bowl (con Colts y Broncos) y está en el Salón de la Fama. Por su parte, Eli acumuló cuatro Pro Bowls, ganó otras dos Super Bowls con los NT Giants y apunta al Hall of Fame en un futuro.
Cesare Maldini era una leyenda del AC Milan, tras defender los colores del club entre 1954 y 1966, donde ganó 4 Scudettos y una Copa de Europa. Hasta que llegó Paolo, su hijo.
Paolo Maldini jugó 24 temporadas en el Milan, sumó 902 partidos y ganó 7 Scudettos y 5 Copas de Europa, dejando una impronta de elegancia que le han llevado a ser reconocido como uno de los mejores defensas de la historia. Y de los más guapos.
Barry Bonds dejó unos números para la historia, con 762 Home Run en su carrera, 73 en una sola temporada, 7 premios MVP y 8 Guantes de Oro. Una locura de palmarés.
Su padre, Bobby Bonds, sin alcanzar sus números, se fue a 332 Home Run y 461 bases robadas en 14 temporadas en la MLB.
Para muchos, Gordie Howe es el mejor jugador de hockey de la historia. Fue 23 veces All-Star, ganó en cuatro ocasiones la Stanley Cup y fue elegido MVP seis veces. Además, marcó 786 goles en su carrera, lo que le valió entrar en el Salón de la Fama.
Mark Howe tenía muy complicado superar a su padre y no lo hizo, pero sí puede presumir de ser uno de los mejores defensas que se recuerda, además de anotar 138 goles y también tener un sitio en el Salón de la Fama.
Historia del deporte al convertirse, en 1990 y 1991, en los primeros padre e hijo en compartir equipo en la MLB, en las filas de los Seattle Mariners.
Ken Griffey Sr. se retiró con 152 Home Run, 2.143 hits y dos anillos. Su hijo alcanzó el Salón de la Fama gracias a sus 630 Home Run, su MVP de 1997 o sus 10 Guantes de Oro, entre otros premios.
Son la única pareja formada por padre e hijo que ha conseguido marcar más de 50 goles en una temporada en la NHL, además de 600 goles en toda su carrera. Genética goleadora.
Además, son los únicos padre e hijo que han ganado el Trofeo Hart y el Trofeo Lady Byng.
ADEMÁS: Tragedia mortal en el negocio familiar de Michael Owen
Floyd Mayweather Jr. es uno de los mejores púgiles de la historia, ganando títulos en cinco divisiones y terminando su carrera sin una sola derrota: 50-0, con un 26-0 incluido en las peleas de Campeonato Mundial.
Floyd Mayweather nunca llegó a luchar por el trono mundial, pero acabó su carrera con un estimable récord de 28-6-1 y 17 victorias por KO, una de ellas contra Sugar Ray Leonard. Como entrenador siguió brillando tras retirarse.
Ken Norton Sr. fue, durante mucho tiempo, uno de los mejores boxeadores de la historia, infligiendo a Muhammad Ali la segunda derrota de su carrera y dejándole con la mandíbula rota, en marzo de 1973. Fue campeón mundial de pesos pesados en 1978.
Ken Norton Jr. optó por el fútbol americano y arrasó como tackle defensivo, convirtiéndose en el primer jugador en ganar tres Super Bowl consecutivas.
Julio César Chávez es considerado el mejor boxeador de la historia de México. Campeón mundial en tres categorías, defendió el título con éxito en 27 combates y entró en el Salón de la Fama en 2011.
Chávez Jr. llegó a ser campeón de peso medio del Consejo Mundial de Boxeo en junio de 2011 pero, un año después, Sergio Martínez se lo arrebató y jamás volvió a ser el mismo.
Realeza del mundo del motor, con un palmarés que abruma. Mario Andretti fue campeón de Fórmula Uno, IndyCar, 500 Millas de Indianápolis y Daytona. Una leyenda.
Mientras, Michael Andretti siguió sus pasos y fue campeón de la CART PPG Indy Car World Series 1991, donde sumó 42 triunfos, y llegó a ser compañero de Ayrton Senna en McLaren.
Calvin Hill es una leyenda de los Dallas Cowboys, tras ser el primer running back en superar las 1.000 yardas en una temporada. Elegido para cuatro Pro Bowl, ganó una Super Bowl con los Cowboys.
Su hijo, Grant Hill, arraso en la Universidad con Duke, mientras que en la NBA todo fue de maravilla, hasta que en sus sexta temporada se lesionó el tobillo, algo que jamás le dejó volver a rendir como podía. A pesar de ello, jugó 18 temporadas en la NBA y promedió 16,7 puntos por partido.
Padre e hijo tienen dos elementos en común: la Fórmula 1 y haber sido capaces de ganar ambos un campeonato mundial. Eso sí, en distintas escuderías.
Mientras Keke Rosberg lo hizo en 1982, a manos de su flamante Williams, Nico Rosberg lo ganó en 2016, con un Mercedes que volaba.
Para quienes pudieron verle, Arvydas Sabonis fue el mejor europeo que ha pasado por la NBA, un jugador a quien, sin embargo, las lesiones lastraron toda su carrera.
Domantas Sabonis se ha convertido en una de las estrellas indiscutibles de la NBA. Un ala pívot versátil que, primero en Indiana, y luego en Sacramento, está dejando su sello.
Graham Hill es una leyenda de la Fórmula 1 que llegó a ganar dos campeonatos del mundo allá por el año 1962 y 1968. También ganó las 500 Millas de Indianápolis (1966) y las 24 Horas de Le Mans (1972).
Damon Hill también se proclamó campeón del mundo de Fórmula 1, pero sólo en una ocasión, en 1996, conduciendo un Williams. Fue subcampeón en 1994 y 1995, acumulando 22 victorias y 42 podios en su carrera.