La trágica infancia del futbolista colombiano Juan Cuadrado: el fútbol le salvó la vida
Juan Cuadrado ha sido uno de los mejores futbolistas colombianos de la última década, triunfando en equipos europeos de la talla de Chelsea, Juventus o Inter de Milán. Una vida de éxito dentro del mundo del fútbol que tiene detrás una historia de superación cimentada en una infancia difícil y trágica.
Una infancia, la de Juan Cuadrado, que le duró poco, pues le tocó madurar antes de tiempo a causa de la gran tragedia que azotó a su familia con la muerte de su padre, una transportista de bebidas gaseosas, en un tiroteo a las puertas de su propia casa, como narra en su libro autobiográfico ‘Cuadrado. Panita, esta es mi historia’ (2021).
Cuadrado nació el 26 de mayo de 1988 en Necoclí, una ciudad de la región de Urabá (Antioquía). Lo hizo en el seno de una familia humilde y en un contexto de violencia, ya que era una zona donde, habitualmente, se producían tiroteos entre grupos paramilitares y narcotraficantes.
Tal era la situación que se vivía allí, que sus padres, Guillermo Cuadrado y Marcela Bello, siempre concienciaron al pequeño Juan Cuadrado a través del juego para huir de esa violencia. Para ello, le propusieron que, siempre que escuchara un tiroteo, se escondiera debajo de su cama.
Sin embargo, cuando Cuadrado tenía sólo cuatro años, llegó aquel fatídico momento. Un tiroteo volvió a resonar fuera de su casa y el pequeño, como estaba acostumbrado, se escondió bajo su cama hasta que reinó el silencio y pudo salir, esta vez con un final totalmente distinto e inesperado al del resto de veces que hacía su juego…
Como resultado de aquel tiroteo, en la calle, junto a su casa, pudo ver cómo su padre yacía muerto, víctima de las balas. Una imagen que cambió la vida de Juan Cuadrado para siempre.
Después de aquello, su madre se ocupó de proteger a su hijo y se convirtió en su guía. Se trasladaron a la ciudad de Apartadó, donde ella trabajo en las bananeras y donde comenzó a estudiar el bachillerato nocturno, con el pequeño Juan Cuadrado como acompañante.
Imagen: Instagram de Juan Cuadrado (@cuadrado)
Del mismo modo, Marcela Bello trató siempre de que se centrara en sus estudios en el colegio para labrarse un futuro, mientras Cuadrado se empezaba a interesar por el mundo del fútbol y comenzaba a soñar con convertirse algún día en una estrella mundial dentro de este deporte.
Imagen: Instagram de Juan Cuadrado (@cuadrado)
Un buen ejemplo de ello fue lo que el propio Cuadrado considera, según sus palabras, como el peor castigo de su vida. Fue cuando, jugando en una carretera, se rompió el tendón de Aquiles, lo que llevó a su madre a castigarlo durante todo un mes quitándole las botas de fútbol.
A pesar de todo, consciente de su afición por el fútbol, su madre lo apuntó a la Escuela Mingo Fútbol Club de Necoclí, desde donde, posteriormente, pasaría a formar parte de las categorías inferiores del Manchester FC de Apartadó.
Sin embargo, su ascenso dentro del mundo del fútbol tampoco fue fácil. Juan Cuadrado tardó en dar el estirón y, con 13 años, sólo medía 1,35 metros, lo que hizo que fuera rechazado por hasta cinco clubes argentinos –Boca Juniors, River Plate, Nueva Chicago, Tiro Federal y El Porvenir- cuando hizo las pruebas para entrar en ellos.
El momento clave en el inicio de su vida como futbolista llegó de la mano del ojeador Nelson Gallego, del Deportivo Cali, que fue quien lo descubrió y, enamorado de su forma de jugar al fútbol, decidió convertirse a partir de ese momento en su mentor.
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De este modo, su carrera como futbolista arrancaría en el Club Atlético Urabá, un equipo formativo de Apartadó, donde su entrenador lo reconvirtió de lateral a centrocampista, el puesto donde ha acabado triunfando en todos los equipos por los que ha pasado.
Desde allí, pasaría a formar parte de las categorías inferiores del Deportivo Rionegro, ahora conocido como Itagüí Leones F.C., equipo de la Primera B, y donde despuntó hasta convertirse en objetivo de equipos de la primera división colombiana, entre los que se encontraba el Independiente de Medellín, que, finalmente, lo ficharía en el año 2008, cuando Juan Cuadrado tenía ya 20 años.
Fue a partir de ese momento cuando Juan Cuadrado comenzó a dejar su trágico pasado atrás para escribir un futuro lleno de éxitos. Y es que, tras dos años, en la élite del fútbol colombiano, el centrocampista dio en salto a Europa, donde fichó por el Udinese, de la Serie A italiana en el verano de 2009.
Así, en sus 14 años en el futbol europeo, además del Udinese, Cuadrado pasó por clubes como el Lecce, donde estuvo cedido en la temporada 2011-2012, y la Fiorentina (2012-2015), su anterior equipo antes de fichar por el Chelsea inglés por nada menos que 35,5 millones de euros en febrero de 2015.
Sin embargo, su aventura en la Premier League –aunque ganó el título y una Carabao Cup- no fue ni muy larga, ni muy fructífera, con pocos partidos como titular y alguna que otra lesión de por medio, lo que le llevó a ser cedido a la Juventus de Turín en el verano de ese mismo año.
Unos meses después, en octubre de 2015, Chelsea y Juventus firmaron un acuerdo por 22 millones de euros para convertir su cesión en fichaje, dando continuidad a la que sería la mejor etapa de Cuadrado como futbolista profesional: ocho temporadas de éxitos con los bianconeri.
Con la camiseta de la Juventus de Turín, Cuadrado jugaría un total de 314 partidos, en los que marcó 26 goles y aportó además con 59 asistencias. Unos números los que suma la gran cantidad de títulos que consiguió durante aquellos años: 5 trofeos de la Serie A, 4 Copas de Italia y dos Supercopas italianas.
A sus 35 años y tras esa etapa histórica para él en la Juventus, Cuadrado decidió no renovar por el equipo de Turín, a pesar de que le ofrecieron de nuevo la renovación y decidió comenzar una nueva aventura para la temporada 2023-2024 con la camiseta del Inter de Milán, con quienes firmó un contrato de un año.
Su gran trabajo a nivel de clubes, le ha permitido también jugar con la selección de Colombia, convirtiéndose en uno de sus grandes estandartes en la última década desde que debutó –con gol incluido- en un partido contra Venezuela en al año 2010.
Con la elástica colombiana, Cuadrado ha disputado cinco Copas América y dos Mundiales, el de Brasil 2014 –en el que alcanzaron los cuartos de final- y el de Rusia 2018, jugando un total de 116 partidos internacionales en los que ha marcado 11 goles y en los que ha llegado a ejercer como capitán.
Mientras su retiro del mundo se acerca, porque la edad no perdona a nadie y mucho menos a los deportistas, Cuadrado disfruta de una vida de éxito forjada con el esfuerzo y sobre los cimientos de la tragedia que le golpeó cuando era niño. Una infancia, aunque imposible de olvidar, ya convertirá en mero recuerdo del pasado.
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