Yago Lamela: el trágico destino de una estrella olímpica
Yago Lamela ha pasado a la historia como uno de los mejores saltadores de longitud de la historia del atletismo español, pero también por la trágica historia que lo rodea y por la que perdió la vida en 2014, con solo 36 años.
Su historia de amor con el mundo del atletismo comenzó muy pronto, cuando solo tenía 7 años y fue gracias a una carrera de campo a través en la que participó en su ciudad natal, Avilés (Asturias). Fue la puerta para su ingreso en la Asociación Atlética Avilesina, donde comenzó a forjar su leyenda.
Y sería ya con 22 años, en los Mundiales de Maebashi de 1999, cuando dio el paso definitivo para convertirse en saltador de élite haciendo una marca en su salto de 8,56 metros, lo que obligó al cubano Iván Pedroso, el mejor de la disciplina en aquel momento, a poner todo de su parte para ganar el oro, lo que conseguiría con un salto de 8,62 metros.
Lamela se llevó entonces la medalla de plata y el récord europeo de salto en pista cubierta, un hito que permaneció en sus manos durante toda una década, hasta que el alemán Sebastian Bayer se lo arrebató en marzo de 2009. ¡Había nacido una estrella!
La carrera del atleta asturiano en la élite, sin embargo, no se alargaría más de cinco años, hasta 2004, cuando comenzó a verse lastrado por las lesiones. Eso sí, haciendo marcas siempre por encima de los 8 metros y regalando a los aficionados varios duelos épicos con Pedroso.
Ese mismo año 2004, Lamela comenzó a tener problemas con el tendón de Aquiles, una dolencia que fue a más hasta el punto de que en los Juegos Olímpicos de Atenas de aquel año, tuvo que aplicarse anestesia para poder competir, un lastre que no le impediría, por otro lado, llegar a la final olímpica.
En noviembre de 2004, fue operado con éxito del tendón de Aquiles en Finlandia de la mano del doctor Sakari Orava, considerado entonces como el mejor especialista del mundo en este tipo de lesiones. Todo fue bien, menos su recuperación que fue más lenta de lo esperado…
Pero como las desgracias nunca vienen solas, apenas un año después, en diciembre de 2005, Lamela sufriría un aparatoso accidente de tráfico por el que tuvo que ser ingresado en el Hospital General de Albacete con un fuerte golpe en la cabeza y una contusión pulmonar.
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Lamela seguiría encadenando desgracias. La siguiente llegaría en 2006, cuando, dos semanas antes de la fecha en la que había planeado su reaparición sobre la pista, se rompió los dos tendones, lo que le obligaría a pesar de nuevo por el quirófano en 2007, otra vez en Finlandia para operarse de una tendinosis.
Su siguiente objetivo era, tras regresar a la competición, poder estar presente en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012. Después de mucho tiempo, parecía que todo se ponía a su favor para pasar la hasta el momento página más oscura de su vida pero, de nuevo otra lesión, esta vez por una rotura de gemelo, acabó con todas sus esperanzas.
Justo 10 años después de su irrupción en la élite del atletismo mundial, lastrado por las continuas lesiones, Yago Lamela decidió poner punto y final a su carrera. Lo anunció el 11 de marzo de 2009…
Fue a partir de entonces cuando las lesiones físicas de Yago Lamela pasaron a convertirse en problemas psicológicos, con importantes problemas de depresión, hasta el punto de que, en junio de 2011, fue internado en la planta de Psiquiatría del Hospital San Agustín de Avilés.
Por aquel entonces quería cumplir otro de sus sueños, convertirse en piloto comercial de helicópteros, además había retomado sus estudios de Informática en la Universidad de Iowa, en Estados Unidos, pero sus problemas de salud mental le llevaron a regresar con sus padres de Asturias.
Pero el peor capítulo de su corta vida estaba aún por llegar, fue el 8 de mayo de 2014, cuando encontraron su cuerpo sin vida en su casa de Avilés. Tenía solo 36 años y, según la autopsia, falleció a causa de un infarto.
Rodeado a sus familiares, sus amigos y de muchos profesionales con los que compartió años en la élite, como Marta Domínguez, Yago Lamela fue enterrado en el Cementerio de La Carriona de Avilés.
Se iba un genio del deporte español. Dos medallas de oro, cuatro de plata y dos de bronces e increíbles marcas personales de 8,56 metros en salto de longitud y de 16,72 en triple salto. Toda una vida de esfuerzo que no tuvo recompensa por unas lesiones que acabaron lastrando su salud mental y con su vida mucho antes de lo que le tocaba.
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