La dura historia del jugador del Real Madrid Eduardo Camavinga
Detrás del glamour de los focos y los millonarios contratos de los futbolistas, también hay personas. Algunas de ellas también esconden historias de superación que marcaron su pasado y su desarrollo como profesionales de este deporte. Y un buen ejemplo de ello es Eduardo Camavinga.
La infancia del talentoso centrocampista del Real Madrid no fue fácil. Camavinga nació en Angola el 10 de noviembre de 2002, en un campo de refugiados de Miconge, donde llegaron sus padres, Celestino y Sofía, huyendo de la Segunda Guerra del Congo y con el actual futbolista blanco en camino.
Su llegada allí coincidió con el final de la Guerra Civil Angoleña (GCA) un conflicto que comenzó en 1975 y concluyó ese año 2002 que vio nacer a Eduardo Camavinga. Y, a pesar del final del conflicto, tuvieron que vivir en aquel campo ya que el proceso de desarme y las gestiones con los refugiados se alargó hasta 2006.
Sus condiciones allí, llevó a su familia a trasladarse a Francia. Junto a sus padres y sus cinco hermanos inició una nueva vida en Fougères (Bretaña) –una pequeña localidad a 40 kilómetros de Renner- desde 2003, tras un breve paso por Lille, donde pasó toda su infancia y donde comenzó a jugar al fútbol.
Y no sería hasta 16 años después, el 4 de noviembre de 2019, pocos días antes de cumplir los 17 años, cuando tanto él como su familia se convirtieron en franceses de pleno derecho al obtener por sin la nacionalidad.
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Aplicado en el deporte y en los estudios, Camavinga obtuvo el título de Bachillerato en ‘Ciencias Económicas y Sociales’ en la Academia de Rennes, ciudad francesa donde comenzó también a hacer historia como futbolista.
Sin embargo, entre su llegada y sus éxitos deportivos y académicos, cuando tenía sólo 11 años, la familia de Camavinga también vivió otro momento dramático relacionado con un incendio que el futbolista contó en una entrevista con la cadena de televisión española Movistar Plus+.
"Estaba en el colegio. Por la mañana vi pasar a los bomberos cerca de mi escuela. No me imaginaba que estaría pasando algo en mi casa. Un profesor nos dijo a mi hermana y a mí que nuestra casa se había incendiado. En un principio no lo creí", explicaba en aquella entrevista.
Y es que, efectivamente, su casa se vio envuelta en llamas, lo que supuso un serio varapalo, especialmente para sus progenitores. "Esa fue la primera vez que vi llorar a mi padre", aseguraba en centrocampista franco-angoleño en Movistar Plus+.
Sin embargo, aquel mal trago sirvió para dar fuerzas a Camavinga, en quien toda su familia confiaba como el baluarte para poder tener un mejor futuro. Y es que, después de aquello, su padre, entre lágrimas, le dijo que él, gracias a su fútbol, "levantaría a la familia", contó Camavinga.
"Es una historia que ahora forma parte de mi vida y creo que es lo que me ha permitido ser el hombre que soy hoy en día", añadió el internacional francés.
Y hoy, Eduardo Camavinga es una estrella mundial del fútbol que, con sólo 16 años, el 6 de abril de 2019, cumplió su sueño y el de toda su familia debutando como profesional en la Ligue 1 como jugador del Stade Rennes.
Camavinga hizo historia convirtiéndose en el jugador más joven en vestir su camiseta; el primer jugador nacido en 2002 en debutar en las 5 mejores ligas de Europa; el ganador del jugador más joven del mes en la Ligue 1; el goleador más joven en la historia del equipo francés; y el jugador más joven del Blues durante más de medio siglo.
En las cuatro temporadas que jugó en Francia, Camavinga defendió los colores del Stade Rennes en un total de 88 partidos oficiales entre competiciones domésticas y europeas, en las que anotó dos goles y dio 4 asistencias, unos números que, en menos tiempo, han sido ampliamente superados en el Real Madrid.
Y es que su buen hacer sobre el terreno de juego que demostró en sus primeros años en Francia, donde pronto lo consideraron como una de sus grandes promesas, hizo que el conjunto blanco se fijara en él y lo fichara en la temporada 2021-2022, con sólo 19 años.
En su presentación con el equipo madridista, el presidente de la entidad, Florentino Pérez, destacó su "humildad" y el "esfuerzo" que hicieron tanto Camavinga como toda su familia en el trayecto hasta llegar allí.
Y es que, el recorrido que ha realizado Camavinga hacia el éxito como futbolista para regalar a su familia ese futuro mejor en el que siempre confiaban, no ha sido un camino de rosas, especialmente, porque ha vivido bajo la presión de ser la gran esperanza de todos ellos.
Con un largo y prometedor futuro por delante, el centrocampista franco-angoleño ha logrado convertirse en un futbolista referencial y en una pieza clave de los esquemas del Real Madrid y la selección francesa, alcanzando aquella meta ya desde que apenas tenía 20 años.
Tanto es así que su valor de mercado se ha disparado, desde los 31 millones que le costó al Real Madrid, hasta llegar a un valor actualmente situado en los 90 millones de euros, según los datos de Transfermakt, lo que le sitúan como uno de los futbolistas más cotizados del mundo y con mucho margen para seguir mejorando.
Eduardo Camavinga es el vivo ejemplo de que seguir adelante y luchar hasta el final puede ser, perfectamente, sinónimo de alcanzar tus sueños, porque, a pesar de todos los reveses que ha sufrido en su vida, ha sabido sobreponerse para acabar triunfando y, como ya dijo su padre, levantar a su familia.
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