Un árbitro asegura que le perdonó la expulsión a Messi a cambio de un regalo
En torno a la carrera del destacado futbolista argentino Leo Messi circulan múltiples especulaciones, abarcando discusiones sobre sus numerosos Balones de Oro y partidos decisivos, así como teorías que sugieren que el Mundial de Qatar fue manipulado para favorecer su éxito. Estas conjeturas contribuyen a alimentar la narrativa de que existe una cierta indulgencia y favoritismo hacia Messi, lo que, de acuerdo con algunos críticos, podría haber inflado desmesuradamente su leyenda en la historia del fútbol.
Pero, ¿qué hay de cierto en estas afirmaciones usadas hasta la saciedad por sus detractores? La realidad es que pruebas empíricas de ello no hay… o al menos eso se pensaba hasta ahora después de que un ex árbitro internacional haya contado una anécdota que no ha dejado en muy buen lugar al que algunos consideran como el mejor de todos los tiempos.
El colegiado es cuestión es el chileno Carlos Chandía, que se retiró en 2009, dos años después de un encuentro, el de las semifinales de la Copa América 2007, en la que se enfrentaban Argentina y México, y en la que, como confesó en ESPN FShow en Chile, Messi recibió un trato de favor de su parte con un trasfondo de lo más inaudito.
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Argentina llegaba a aquella semifinal con un equipo de altos vuelos, con jugadores de la talla de Tévez, Verón o Riquelme, y donde empezaba a despuntar un jovencísimo Leo Messi. La Albiceleste buscaba su primer trofeo continental en 14 años y lo hacía arrasando, con 16 goles a favor y sólo 3 en contra a sus espaldas durante el campeonato.
Según Chandía, en aquel importante partido, en el que los argentinos lo tenían ya todo encarrilado, pues vencía por un contundente 3-0 al combinado azteca, perdonó al entonces futbolista del F.C. Barcelona una tarjeta (la segunda amarilla) que lo hubiera privado de disputar la final del torneo.
Se estaban disputando ya los últimos minutos, cuando el encuentro agonizaba en medio del tiempo añadido del segundo tiempo. Fue en ese momento cuando Messi, que había marcado el segundo de Argentina, se llevó la pelota con la mano de forma intencionada, una infracción que el árbitro señaló, pero por la que no le llegó a amonestar a pesar de que lo dijera el reglamento.
"Ocurre que Messi estaba con una tarjeta amarilla y yo había dado tres minutos de tiempo agregado. Argentina le iba ganando 3-0 a México y Messi, de la nada, peleando una pelota, se la lleva con la mano. Pero eso fue en mitad de cancha", explicaba Chandía a ESPN.
"No le mostré la amarilla porque faltaban dos minutos y medio y estando 3-0, yo había dado tres minutos y era cortarle la posibilidad de jugar la final de la Copa América del 2007", reconoció.
"No había ninguna posibilidad de un gol del equipo mexicano, ni nada por el estilo. Entonces, ¿qué ocurrió? Que yo le dije: 'Bueno, esta jugada es amarilla, pero te va a costar la remera'", añadió el colegiado chileno.
Y así fue tal cual lo contó. El que fuera juez de campo de aquel encuentro no mostró esa tarjeta a Leo Messi y, al finalizar el partido, recibió de manos del futbolista argentino su camiseta con el dorsal 18 que antes llevó en la Albiceleste el mítico Juan Román Riquelme.
"Me la fue a dejar al camarín después. Incluso se la quería sacar en la cancha. Le dije: 'No, no, no, no…'. Y llegó al camarín con la camiseta no más, me la llevó allá", agregó el chileno en su entrevista con la cadena estadounidense.
Chandía ganó con aquel gesto poco ético una camiseta de Leo Messi, pero perdió toda su credibilidad y se llevó un buen castigo: "Al final, esa tarjeta amarilla a mí me significó no arbitrar la final de la Copa América en Venezuela".
A pesar de todo, la presencia de Messi como titular en aquel último partido del campeonato de poco serviría. Argentina se vio las caras en aquella final con Brasil donde vieron como la ‘Canarinha’ los arrasó con un contundente 3-0 con goles de Julio Baptista, Dani Alves y Roberto Ayala en propia meta.
La realidad es que Leo Messi nunca debió jugar aquel partido, porque tuvo que ser expulsado en las semifinales ante México y, para la historia, aquel episodio quedará como una pequeña mancha -que ahora hemos conocido- y es un perfecto combustible para las teorías conspiranoicas en torno a su figura.
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