Auge y caída a los infiernos de Jan Ullrich: trágica vida de un ciclista

Fue uno de los grandes líderes del pelotón mundial entre finales de los 90 y principios de los 2000. Jan Ullrich fue un ciclista todoterreno, siempre candidato a todo y que puede presumir de haber ganado dos de las grandes pruebas del mundo del ciclismo, Tour de Francia y Vuelta a España. Un deportista de éxito que terminó de la peor manera posible.

La suya ha sido una historia llena de éxitos y de capítulos oscuros que hoy, con el tiempo, prefiere olvidar. Repasemos la trayectoria de este genial ciclista alemán al que la vida parece haberle dado una nueva oportunidad.

El ciclista alemán corrió prácticamente toda su carrera –entre 1994 y 2006- en el mismo equipo, el Telekom/T-Mobile, a excepción de la temporada 2003, que defendió los colores del Team Coast, también conocido en sus últimos meses de existencia como Team Bianchi.

Antes de todo aquello, ya en 1988 ganó el campeonato juvenil de ruta de la RDA, pero su escuela cerró inmediatamente en 1989, cuando se derrumbó el Muro de Berlín. Luego se unió al RG Hamburgo.

Rápidamente demostró capacidades extraordinarias y, en 1993, se proclamó campeón del mundo amateur en Oslo, cuando sólo tenía 20 años. Fue entonces cuando el equipo de Telekom se fijó en él y lo contrata como pasante. Allí hizo maravillas, terminando tercero en el Campeonato Mundial de 1994 contra el mundo.

El joven demostró, a pesar de su corta edad, una gran madurez y unas cualidades excepcionales, de modo que, después de un décimo puesto en el Tour de Suiza en 1995, su manager, Walter Godefroot, accedió a lanzarlo a participar en el Tour de Francia de 1996, con sólo 23 años.

En su primera Grande Boucle, el alemán superaría a Miguel Indurain en la contrarreloj y terminaría segundo en la clasificación general, detrás de su compañero Bjarne Riis. Jan Ullrich reveló entonces que tenía un potencial excepcional. Sería el inicio de su idilio con la ronda gala...

El Tour de Francia fue su carrera fetiche, donde subió al podio ataviado con el maillot amarillo en el año 1997, aunque no fue su único podio, ya que fue cinco veces segundo, en los años 1996, 1998, 2000, 2001 y 2003; y una vez tercero, en 2005.

Fue el primer y único alemán hasta la fecha que ha ganado la Grande Boucle. En 2000, 2001 y 2003 terminó segundo, siempre detrás del estadounidense Lance Armstrong.

Fue además designado como el mejor ciclista joven de la ronda gala hasta en tres ocasiones, en los años 1996, 1997 y 1998, un récord que mantuvo junto al luxemburgués Andy Schleck hasta 2023, cuando ambos fueron superados por el esloveno Tadej Pogačar.

No fueron, ni mucho menos, sus únicos éxitos dentro del mundo del ciclismo. A ellos hay que sumar su victoria en la Vuelta a España de 1999, sus dos victorias en el Mundial de Contrarreloj, en 1999 y 2001, y sus dos medallas –oro en ruta y plata en contrarreloj- en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000.

De su larga trayectoria como ciclista se recuerda su eterna pelea con el estadounidense Lance Armstrong, al que nunca logró superar en todos aquellos años en los que alemán solo alcanzaba el segundo puesto en el Tour.

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Pero lejos de aquellos grandes éxitos deportivos, la vida de Jan Ullrich tampoco ha sido de color de rosa. Ya en mayo de 2002, cuando aún se encontraba en lo más alto, sufrió un accidente de coche tras el que le retiraron el carnet de conducir por ir al volante bajo los efectos del alcohol.

Sólo un mes después de aquello, en junio de 2002, le hicieron un análisis de sangre por el que Ullrich dio positivo en sustancias ilegales para practicar deporte, una grave situación que le supuso seis meses de sanción y que su equipo, el Telekom/T-Mobile, rescindiera el contrato que los unía.

Aunque esos problemas venían de antes. Y es que, durante la pretemporada del Tour de Francia de 1998, el público descubrió otra cara del corredor alemán: un hombre carente de profesionalidad que llegaba a las carreras con un sobrepeso considerable y que ya empezaba a preocupar a ciertos sectores de la prensa especializada.

Ya en el año 2006, a pocas semanas del inicio del Tour de Francia, se relacionó al ciclista alemán con la denominada ‘Operación Puerto’, una trama de dopaje que fue liderada supuestamente por el médico español Eufemiano Fuentes.

Ullrich siempre negó su implicación en la ‘Operación Puerto’ ni que tuviera relación alguna con Eufemiano Fuentes, pero, lamentablemente para él, fue excluido del Tour de Francia un día antes de que diera comienzo, el 30 de junio de 2006.

Las cosas fueron empeorando para Ullrich y el 20 de julio de 2006 fue su equipo, el T-Mobile, quien decidió expulsarlo de sus filas.

La pesadilla para Ullrich continuaría en el mes de agosto de 2006, cuando Werner Franke, experto en el tema del dopaje, declaró ante los medios de comunicación de todo el mundo que el alemán se había gastado nada menos que 35.000 euros año en productos dopantes.

Y la situación llegó a su punto límite cuando la policía alemana irrumpió en la vivienda particular de Jan Ullrich el 14 de septiembre de 2006 para hacer un registro y obtener ADN de cara a probar su participación en esta serie de delitos. Y todo ello… ¡mientras estaba de luna de miel con su esposa Sara!

Ya con 34 años a sus espaldas y con la presión que había sobre él en torno al tema del dopaje, Ullrich decidió echarse a un lado y pasar página, por lo que el 26 de febrero de 2007 anunció su retirada como ciclista profesional asegurando, eso sí, que “nunca hice trampa como ciclista”.

Ya retirado, el 4 de abril de 2007 se confirmarían todas las sospechas al comprobarse que el ADN obtenido por la policía alemana en su vivienda coincidía con el de 9 bolsas de sangre que fueron incautadas a Eufemiano Fuentes y que tenían como nombres en clave ‘Jan’, ‘número 1’ e ‘hijo de Rudicio’.

Con todo ello, el 9 de febrero de 2012, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) impuso una sanción de dos años, entre mayo de 2005 y el mismo mes de 2007 y por la que se anulaban todos los resultados, victorias, etc. obtenidos en ese periodo, incluido su podio en el Tour de Francia de 2005 (en la imagen).

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Un año después, el 24 de julio de 2013, se publicó un informe publicado por el Senado francés en el que se hacían públicos los nombres de 30 ciclistas, entre los que estaba Jan Ullrich, que habrían dado positivo en el Tour de Francia de 1998 (donde fue segundo), tras analizar las muestras de orina de aquel año con métodos más modernos.

A sus casos de dopaje se suman otros tantos incidentes que Ullrich protagonizó en su vida privada tras su retirada, como fue su arresto en 2014 por conducir ebrio y provocar un accidente con dos heridos.

El 14 de septiembre de 2017 fue condenado por aquel accidente a 21 meses de prisión condicional y al pago de una multa de 10.000 francos suizos.

2018 fue un año duro para él en ese sentido. Tras su separación de su segunda esposa, Sara Steinhauser, fue detenido hasta en dos ocasiones, la primera, según publicó Bild, por entrar en la casa de su antiguo vecino, el actor Til Schweiger, y presuntamente amenazarlo; y la segunda, por agredir a una mujer en un hotel de lujo de Frankfurt.

Todo aquello acabaría con Jan Ullrich ingresado en una unidad psiquiátrica de donde salió pronto para comenzar una terapia de desintoxicación en un centro especializado de Miami.

Con motivo de la celebración de su 50 cumpleaños, el 2 de diciembre de 2023, Amazon Prime estrena un documental en el que repasa el descenso a los infiernos de Ullrich que siguió a su retirada como profesional del ciclismo.

En el documental, titulado ‘Jan Ullrich: el cazado’ (2023), el propio ciclista lo confiesa abiertamente: "Abusé de algunas sustancias y bebía casi hasta llegar al borde de la muerte".

También habló sobre todo ello en una entrevista con la revista Stern, donde el mayor rival de Lance Armstrong recordó los años del dopaje en el ciclismo, pero también sus problemas con algunas sustancias y toda la presión de este entorno.

"La mezcla de estas sustancias me helaron el corazón. Es algo que te convierte en un monstruo, saca todo lo peor de ti. Y si ya no tienes corazón, ya no eres humano", explicó a Stern sobre su comportamiento violento.

Jan Ullrich explica también que, desde sus primeros días en el mundo profesional, comprendió que era necesario consumir sustancias ilegales: "El sentimiento general en aquel momento era que, sin ayuda, era como ir a un tiroteo armado sólo con un cuchillo. Si querías permanecer en la partida, tenías que participar".

También admite las razones por las que nunca denunció el dopaje organizado en su momento: "¿Por qué no dije nada? No quería ser un traidor. No quería salir de verdades y menos de toda la verdad". . Había vidas en juego, familias, amigos. Los abogados me dijeron: 'O sales y lo derribas todo, o no dices nada en absoluto'. Desde el punto de vista actual, debería haber hablado. Habría sido muy difícil un tiempo, pero luego la vida habría sido más fácil".

Ahora recuperado de todo aquello, Ullrich piensa en su futuro dentro del mundo del ciclismo, como contó en una entrevista a Bild en diciembre de 2022: "Obviamente, no seré el director deportivo de un equipo, pero si alguien me necesita, estoy abierto a cualquier cosa. He conseguido construir de nuevo un entorno estable a mi alrededor".

Jan Ullrich, una figura del ciclismo que vio como el dopaje y los excesos que llenaron su vida tras su retirada pudieron acabar no solo con su reputación sino con su propia vida, pero que ha sabido finalmente encauzarla para comenzar un nuevo camino.

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