Secuelas permanentes: deportistas que sacrificaron su salud por el deporte
En muchas ocasiones, los aficionados al deporte no perciben el extraordinario esfuerzo que implica competir a nivel élite. Los atletas enfrentan entrenamientos diarios y compiten contra los mejores del mundo, lo que implica sacrificios titánicos que, eventualmente, pueden tener consecuencias físicas y emocionales.
Es cierto que con los avances tecnológicos en el ámbito del deporte, la salud de los jugadores está más medida que nunca y esto deriva no sólo en una mejor y más prolongada carrera, sino en una retirada y una vida post deporte más o menos normal, dentro de las circunstancias de cada atleta.
A pesar de ello, hay algunos deportista que, ya fuera por lesiones, esfuerzos por encima de sus posibilidades, genética u otros motivos, han acabado con secuelas permanentes tras su retirada.
La autobiografía del tenista Andrea Agassi (titulada 'Open' y escrita en colaboración con por el premio Pulitzer J. R. Moehringer) se convirtió en un impactante pieza literaria de culto, entre otras cosas, por cómo relataba el calvario de dolor que la competición causó en todo un icono del deporte.
Al comienzo de 'Open' puede leerse: "Estoy tendido en el suelo junto a la cama (...). De madrugada me he bajado de la cama y me he estirado aquí. Lo hago casi todas las noches. Me va mejor para la espalda. Si paso muchas horas sobre un colchón mullido, siento un dolor insoportable".
Y añade Andrea Agassi en ese arranque una frase que resume las secuelas permanentes de haber competido de modo extremo en las pistas de tenis: "Soy un hombre joven, relativamente joven. Tengo treinta y seis años. Pero despierto como si tuviera noventa y seis".
En plena lucha por ser el mejor tenista de la historia, Rafa Nadal cuenta con el hándicap de una lesión crónica que lleva años lastrándole: el síndrome de Müller-Weiss, también llamado osteocondritis del escafoides.
El propio Rafa Nadal ha confesado en alguna ocasión que ha tenido que jugar con el pie anestesiado para mitigar el dolor gracias a inyecciones de radiofrecuencia. Una vez se retire, la lesión se quedará con él, como lo hará su excelso palmarés.
El linebacker de los Steelers vio como su vida cambió en diciembre de 2017. Un golpe en la cabeza le produjo una lesión de espalda que, en circunstancias normales, le habría dejado en silla de ruedas para siempre.
A pesar de todo y, aunque con movilidad reducida, Ryan Shazier ha podido volver a caminar y sigue dando gracias a la NFL. "Amo este deporte y estoy agradecido por lo que me ha dado", aseguraba en redes sociales, el día de su retirada.
Ver a Van Basten sobre el césped era como ver 'El lago de los cisnes', elegancia y arte en estado puro. Lo que no todo el mundo sabía era que sus tobillos estaban destrozados y el dolor resultaba insoportable, tal y como expuso crudamente en su biografía 'Basta'.
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"El dolor era físico, pero me afectó mentalmente. Me quedaban muchos años de futbolista, pero no pudo ser", señalaba. Se retiró a los 30 años, pero desde los 28 no jugó un sólo partido oficial. A día de hoy, las secuelas son evidentes al verle caminar con dificultad.
Guga era un tenista diferente, divertido y dominador de la ATP a principios de siglo. Casi un año como número uno, tres Roland Garros y base tenística para dominar el deporte durante una década, pero su espalda y su cadera se lo negaron.
Acabó retirándose a los 31 años, con el cuerpo hecho trizas por las continuas intervenciones. "Ya no puedo ni correr. No sé lo que es vivir sin dolor, aunque no me arrepiento. Cuando estás dándolo todo, no piensas en cómo será tu vida en 10 años", confesaba a la web brasileña UOL.
Ocurrió el 5 de septiembre de 1993. Wayne Rainey y Kevin Schwantz luchaban por el Campeonato de 500 cc. A falta de tres carreras, tocaba ir a Misano, en el GP de Italia, la pista favorita del piloto norteamericano.
Pero el destino quiso que una grave caída de Wayne Rainey, le provocara una lesión en la médula espinal tras golpearse con el suelo, lo que le dejó inmovilizado de cintura para abajo para toda su vida. El mundial fue para Kevin Schwantz, la terrible tragedia para Wayne Rainey.
En el Gran Premio de Hungría de 2009, Felipe Massa volvió a nacer. Literalmente. En plena Q2, a más de 200 km/h, un tornillo del coche de Rubens Barrichello le golpeó de lleno en la cabeza, dejándole sin conocimiento.
El piloto brasileño acabó chocando de frente contra el muro y con una fractura de cráneo, incluso a pesar del casco. A pesar de haberse recuperado, la cicatriz de la cabeza siempre recordará a Felipe Massa que tiene derecho a celebrar dos cumpleaños anuales.
Leyenda del deporte, 21 temporadas en la NBA y un retiro, allá por 2019, que llegó dos años tarde, como el propio Dirk Nowitzki confesó en el podcast de Toni Kroos. "No dejo de darle vueltas a que, seguramente, esos dos últimos años en la NBA no merecieron la pena". Porque, según relata, su cuerpo está entumecido y con dolores tras años de duro deporte.
El motivo de su lamento es que, según declaró en el podcast de Toni Kroos, "si me hubiera retirado antes, ahora podría moverme mejor. Podría jugar al fútbol de vez en cuando con los niños. Ahora ni puedo hacer eso".
El futbolista español tuvo que retirarse a los 26 años cuando su cuerpo le dijo basta. Ex de Atlético de Madrid o Borussia Monchengladbach, entre otros, se sometió durante su carrera a hasta cinco intervenciones quirúrgicas en la espalda y fue diagnosticado por tres hernias discales.
Retirado desde 2016, el ex futbolista reconoció al periódico español ABC que hace vida normal, a pesar de su complicado pasado y teniendo más cuidado del habitual con su maltrecha espalda.