Trump pone en la mira a China
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planea establecer prohibiciones al uso de drones fabricados en China. De acuerdo con France24, Trump argumenta que estos equipos representan un riesgo para la seguridad nacional por posibles maniobras de espionaje y también afectan la competencia justa en el ámbito tecnológico.
La mayoría de los drones comerciales que se venden en Estados Unidos se fabrican en China y se teme que con la llegada de Trump a la Casa Blanca aumenten las restricciones a estos pequeños aviones no tripulados en el marco de la guerra comercial entre los dos gigantes.
El Congreso de Estados Unidos ya vetó en diciembre de 2024 la compra de drones chinos por parte de las agencias federales, aunque con algunas excepciones. Además, varios Estados han prohibido que los programas financiados con fondos públicos utilicen drones de origen chino, recoge Infobae.
“Es estratégicamente irresponsable permitir que la China comunista sea nuestra fábrica de drones”, ha argumentado Elise Stefanik, que ha sido elegida por Trump para ser embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, recoge Infobae.
El equipo de Gobierno de Trump teme que los drones chinos sean globos espía que se dediquen a recopilar datos o transportar cargas dañinas por Estados Unidos, lo que supone un riesgo para las bases militares y las infraestructuras clave.
Skydio es el mayor fabricante estadounidense de drones con sede en San Mateo, California. Es la gran esperanza de Trump para reducir la dependencia del sector de las cadenas de suministro de China. Entre los clientes de Skydio se encuentra el Ejército estadounidense, recoge The New York Times.
Ante las promesas de Trump durante la campaña electoral de imponer aranceles y sanciones a China, el Gobierno de Xi Jinping decidió cortar el acceso a suministros esenciales de baterías a la empresa Skydio, que está buscando nuevos proveedores. Pekín no está dispuesto a quedarse de brazos cruzados y contraataca así a Trump.
"Esto socava la seguridad y la estabilidad de la producción global y la cadena de suministro. Tomaremos todas las medidas pertinentes para salvaguardar firmemente nuestros derechos legítimos y nuestros intereses", ha advertido la responsable de Exteriores del Gobierno chino a Trump, según Infobae.
China, en su papel de fábrica del mundo, se ha ido preparando desde el primer mandato de Trump y ha ido redactando leyes parecidas a las de Estados Unidos, incluyendo listas negras de "entidades no fiables" y privando de recursos críticos a las empresas americanas.
Xi Jinping quiere poner coto al acceso mundial de materiales críticos, siendo China el país que más dispone de ellos, como las tierras raras: un grupo de elementos químicos utilizados para fabricar productos tecnológicos y armamento. Estos materiales son esenciales para los teléfonos móviles o vehículos eléctricos, entre otros.
La guerra comercial entre China y Estados Unidos no tiene visos de parar, pero ambos países deben ser cautelosos. Si China llega demasiado lejos en la penalización de las empresas extranjeras, podría ahuyentar a los inversores. Además, las empresas chinas siguen necesitando lo que ofrece Estados Unidos, como los microchips.