La quema de basura en la India asfixia a los residentes de la capital
La India se enfrenta, desde hace años, a importantes retos en la gestión de residuos, debido a su gran población y a la enorme cantidad de basura que genera: alrededor de 62 millones de toneladas cada año, según el Ministerio de Medio Ambiente, Bosques y Cambio Climático.
Para solucionar el problema de la basura, el gobierno ideó una iniciativa que parecía revolucionaria y respetuosa con el medio ambiente: construir una planta donde se incineren las montañas de basura y luego se conviertan en electricidad.
Sin embargo, una investigación de The New York Times descubrió que la quema de basura en realidad está envenenando el aire y a las personas que lo respiran; hasta un millón de residentes en Nueva Delhi, la capital de la India.
Según el NYT, a menudo se ven camiones descargando las cenizas ilegalmente en barrios residenciales, junto a escuelas, parques y casas.
Los residentes de los barrios aledaños reportan tener bronquitis, asma, ataques de tos y tos con flema negra; además de sufrir migrañas y dolorosas ampollas y cortadas en las manos, según la investigación.
Además, una ginecóloga que trabaja en la zona desde 1999, dijo al medio estadounidense que había visto un aumento en abortos espontáneos y defectos de nacimiento desde que la planta abrió en 2012.
Los investigadores recogieron más de 150 muestras de cenizas de basura y las analizaron en laboratorios de Nueva Delhi. Los resultados mostraron sustancias tóxicas con niveles muy por encima de los estándares de seguridad.
Los resultados, que también fueron compartidos con científicos de la Universidad Johns Hopkins, fueron calificados de “alarmantes” por los expertos.
Los productos químicos y metales pesados en el aire y el suelo pueden causar defectos de nacimiento, cáncer y otras enfermedades potencialmente mortales, según los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
Según la investigación del NYT, el gobierno de la India es plenamente consciente de la toxicidad que provoca la planta. Informes internos del gobierno muestran que esta emite hasta diez veces la cantidad legal de dioxinas, un ingrediente clave del infame herbicida Agente Naranja utilizado por el ejército estadounidense en la guerra de Vietnam.
La planta de Okhla está dirigida por una de las familias de empresarios más ricos de la India, los Jindal, que lograron obtener la certificación de la ONU en 2011, para vender créditos de carbono en el mercado global porque la planta utiliza basura, en lugar de combustibles fósiles, para generar electricidad.
Y aunque el concepto de convertir los residuos en energía es bueno y necesario para nuestro planeta, se deben tomar muchas medidas de seguridad para operar. Pero según los trabajadores actuales y antiguos de la planta de Okhla, estas medidas se han omitido para reducir los costos.
En Europa, las plantas de conversión de residuos en energía mezclan las cenizas con cemento antes de transportarlas, para que no se escapen al aire. Luego se depositan en vertederos diseñados para evitar que se filtren al suelo y a las aguas subterráneas.
En la capital de la India, por otro lado, estas plantas son esencialmente fogatas de basura a cielo abierto que dejan que las cenizas vaguen libremente por el aire, contaminando gravemente el ambiente y enfermando a las personas que viven a su alrededor, según muestra la investigación.
Varios residentes incluso han presentado una demanda ante el Tribunal Supremo de la India para detener la planta, pero el caso se ha demorado durante años. También escribieron a las Naciones Unidas para protestar por los créditos de carbono que estaba recibiendo la planta, pero dicen que la ONU los ignoró.
Por otra parte, el gobierno indio, aunque consciente de las enfermedades que está provocando la planta, parece más preocupado por la estética de las montañas de basura de Delhi, consideradas una vergüenza nacional, según dijeron los residentes al NYT.