Regimientos rusos enteros desertan en Ucrania
En febrero de 2022, el presidente ruso Vladímir Putin desató consternación global al ordenar la movilización de tropas hacia Ucrania, marcando el inicio de una invasión a este país vecino.
El Kremlin prometió una guerra rápida contra Ucrania, tomando rápidamente la región del Dombás y rodeando Kiev, la capital del país.
Sin embargo, Putin fue el que se sorprendió al descubrir que el pueblo ucraniano, bajo el liderazgo del presidente Volodímir Zelenski, era mucho más resistente de lo que había esperado.
Ahora, casi tres años después del inicio de la invasión, Moscú y Kiev están desgastados, sus respectivas poblaciones están hartas y cansadas del conflicto y no se vislumbra un final para esta guerra.
Newsweek escribe que un regimiento entero compuesto por más de 1.000 soldados desertó de la 20 División de Fusileros Motorizados de la Guardia de las Fuerzas Armadas Rusas, estacionada en Volgogrado.
Aunque la cifra puede parecer elevada, Newsweek informa que algunas fuentes afirman que hasta 18.000 soldados rusos han abandonado sus puestos y que las cifras alcanzarán un nuevo máximo en julio de 2024.
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Mientras Ucrania libra una guerra por la supervivencia, la “operación militar especial” del Kremlin parece menos justificada a los ojos del pueblo ruso.
Aunque Putin siempre ha gozado de una enorme popularidad entre el pueblo ruso, no son pocas las voces que han expresado su preocupación a medida que la guerra se prolonga.
Es imposible saber con certeza cuántos soldados ha perdido Rusia en la guerra de Putin, pero Newsweek cita estimaciones de las autoridades ucranianas que sitúan el número de muertos y heridos por encima de los 720.000.
La revista The New York Times Magazine escribió en septiembre que es casi imposible conocer el número real de desertores rusos, ya que sus comandantes no quieren dar la alarma a sus superiores sobre tropas insubordinadas.
Del mismo modo, los soldados que han desertado de las Fuerzas Armadas rusas y han logrado encontrar refugio en otros países generalmente han tratado de mantener un perfil bajo y evitar hablar con la prensa.