Ataques con K-Pop de Corea del Sur contra Corea del Norte
Corea del Norte y Corea del Sur llevan años sin conversaciones, en una Guerra Fría que desde fuera puede parecer menor pero que podría desembocar en un conflicto mayúsculo que, de momento, se limita a poner la música muy alta y enviar globos con basura.
Obviamente, todo es más complicado que una guerra entre vecinos. La batalla psicológica que mide a las dos Coreas puede dar un paso más allá en cualquier momento y ahí sí que no habría marcha atrás.
Por el momento, según recoge 'AP News', Corea del Sur ha recuperado un arma que no usaba desde hace seis años: el K-Pop. Para ello, ha desplegado altavoces gigantescos por la frontera entre países y ha comenzado a poner éxitos de BTS a todo volumen.
Entre canciones como 'Butter' o 'Dynamite', Corea del Sur cuela previsiones del tiempo, noticias sobre Samsung o críticas a Corea del Norte, por su programa de misiles o su política de represión contra vídeos extranjeros.
Desde la Administración surcoreana apuntan a esta medida como represalia por los globos llenos de basura y heces que Corea del Norte lanzó a sus vecinos recientemente. En la foto, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol.
La contrarréplica de Corea del Norte apunta en el mismo camino, pues también habrían desplegado altavoces junto a la frontera que, de repetir lo de 2018, emitirían elogios al sistema del país, atacando las políticas de Corea del Sur. En la foto, Kim Jong Un, presidente de Corea del Norte.
Y lo que podría parecer una batalla menor, la de los altavoces, también tiene su relevancia. Por ejemplo, en Corea del Sur defienden la potencia de sus altavoces y presumen de un alcance que, de noche, llegaría a 24 km, mientras que señalan que los altavoces de Corea del Norte no se oyen en muchas áreas de Corea del Sur.
Es más, algunos soldados norcoreanos que habían desertado, confesaron a funcionarios de Corea del Sur que habían disfrutado de las canciones de sus vecinos y habían aprovechado sus partes meteorológicos para adaptar su ropa a lluvia, frío o viento.
Eso sí, allá por 2015, cuando se retomaron las transmisiones altoparlantes entre países, Corea del Norte acabaría por lanzar proyectiles a través de la frontera, provocando la respuesta de Corea del Sur. Por suerte, no se reportaron víctimas.
No obstante, este ejemplo reciente deja claro que la línea que separa un altavoz a todo volumen de un bombardeo es muy fina y ambas Coreas parecen dispuestas a sobrepasarla, especialmente tras confirmar que su acuerdo de 2018 para reducir tensiones ya no está vigente.
Lo complicado será explicar a generaciones venideras que, de producirse, la Guerra del K-Pop no se libró sobre los escenarios, sino en la frontera de las dos Coreas.
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