Adiós a las casas flotantes de El Cairo
He aquí el álbum de fotografías de un patrimonio arquitectónico y cultural del que, muy pronto, no quedará rastro. El gobierno egipcio ha decidido eliminar las icónicas casas flotantes del Nilo a su paso por El Cairo.
Se les denomina 'awamat', casas flotantes que tuvieron su apogeo a principios del siglo XIX.
Según informó The New York Times el 29 de junio, más de dos decenas de estas viviendas flotantes ya han sido desmanteladas o remolcadas para convertirlas en chatarra. Y el proceso va muy rápido.
El gobierno egipcio quiere cambiar la fisonomía del Nilo. No cree que estas bellas estructuras arquitectónicas tengan valor alguno y apuestan por construir centros comerciales y turísticos.
A quienes aquí viven se les despojará de su hogar sin compensación económica alguna. Se trata de construcciones irregulares y, por tanto, sus habitantes no poseen derecho alguno para el gobierno.
Lo que ahora son casas con frondosos jardines y una situación privilegiada fueron, en otros tiempos, cabarets y centros de libertinaje, espacios para la disipación y el ocio nocturno.
Naguib Mahfuz, el más reputado escritor egipcio, Premio Nobel de Literatura, fue propietario de una de estas viviendas flotantes y escribió sobre las aguas del Nilo algunas de sus mejores páginas.
Entre quienes se quedan sin su hogar flotante está Saad, que lleva 35 años viviendo aquí tras regresar de un largo periplo europeo como emigrante. No le han dado otra opción que marcharse.
Ikhlas Helmy, de 88 años, lleva toda una vida viviendo sobre las aguas del Nilo. No sabe dónde irá y no quiere separarse de este río que, para ella, forma parte de su existencia.
Los vecinos que habitan las casas flotantes aseguran que el gobierno sólo está salvando a algunos bares o restaurantes. El plan, dicen, es hacer negocio con las orillas del Nilo a costa de expulsar a sus habitantes.
De hecho, ya hay awamat que funcionan como apartamentos turísticos. Yannis (en la imagen) es un turista alemán que suele alojarse en casas flotantes. Quizá la próxima vez que visite El Cairo aquí habrá un hotel.
En el siglo XIX las casas flotantes eran utilizadas por gente rica como refugio para el amor furtivo o el consumo de sustancias prohibidas. Era un lugar tranquilo, apartado.
Quizá por eso, tal y como recoge The New York Times, las autoridades egipcias han llegado a aludir a la "inmoralidad" del pasado de estas viviendas.
El Cairo va a perder un paisaje muy especial cuando se eliminen la mayoría de estas casas flotantes.
Ha habido, por supuesto, protestas y se han recogido hasta 5.000 firmas en una semana. Pero el gobierno egipcio no da marcha atrás.
Vivir flotando en las aguas del Nilo, capricho de bohemios, intelectuales y otros privilegiados, se ha convertido en algo casi imposible. ¿Sobrevivirá algún 'awamat'? Veremos. Pero El Cairo no volverá a tener la misma fisonomía después de esta decisión gubernamental.
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