La vida de película de Andy Warhol
Andy Warhol está más de actualidad que nunca. El año 2022 nos ha traído de la mano de Netflix ‘Los diarios de Andy Warhol’, la adaptación a la pequeña pantalla sus ‘Diarios’ publicados de manera póstuma en 1989 y en los que se pueden conocer muchos de los secretos de la vida del rey del ‘pop-art’. ¿Cómo llegó a convertirse en uno de los artistas más icónicos del siglo XX y un referente en la historia del arte?
Andy Warhol -o más bien Andrew Warhola, que era su auténtico nombre- nació en Pittsburg el 6 de agosto de 1928 y fue el tercer hijo de una pareja de emigrantes eslovacos que se trasladaron a Estados Unidos a buscarse una vida mejor.
Imagen: Museo de Andy Warhol en Pittsburg (Estados Unidos)
La infancia de Andy Warhol no fue fácil. Estuvo marcada por la corea de Sydenham o ‘mal de San Vito’, una enfermedad neurológica causada por una infección bacteriana que le provocaba convulsiones y manchas en la piel.
Imagen: Museo de Andy Warhol en Pittsburg (Estados Unidos)
No fue solo el hecho de padecer una enfermedad como esta que le obligó a pasar largas temporadas ingresado en hospitales, sino que además aquello provocó la incomprensión de sus compañeros de colegio, lo que hizo que también fuera forjando su controvertida personalidad.
Durante esos años de encierro y soledad fue cuando Andy Warhol empezó a dibujar y a crear su particular mundo que, posteriormente, plasmaría en sus obras.
El talento de Andy Warhol quedó patente desde muy pronto. Con solo 17 años se graduó en la Schenley High School llevándose de allí bajo el brazo y como credencial de su exitoso futuro el premio Scholastic Art and Writing, un reconocimiento escolar centrado en los campos del arte y la narrativa.
Su salto al mundo universitario iba enfocado a estudiar educación artística, pero finalmente, Andy Warhol acabaría estudiando Arte Comercial en la Carnegie Mellon University. Allí se uniría además a dos grupos artísticos, la Modern Dance Club y la Beaux Arts Society y fue director artístico de la revista de arte estudiantil ‘Cano’.
Tras superar sus estudios, Andy Warhol se trasladaría a Nueva York, la ciudad donde acabaría viviendo el resto de su vida y triunfando como artista. Allí, empezó a trabajar dentro del mundo del arte comercial y publicitario.
De repente, los zapatos se convirtieron en algo fundamental en la vida de Andy Warhol. No los suyos, sino en general, porque tras recibir un encargo de la revista Glamour para el diseño de unos zapatos a finales de la década de los años cuarenta, acabaría por trabajar para la firma de calzado Israel Miller.
Por aquel entonces, Andy Warhol iba compaginando su vida laboral con su vena artística y, en ese contexto, fue cuando desarrolló la ‘línea seca’, la técnica pictórica que define su arte y por la que alcanzaría fama mundial.
La ‘línea seca’ consistía en aplicar tinta en el papel y luego secarla mientras aún estaba húmeda, algo parecido al grabado, pero más rudimentario. Con ello, comenzó a usar papel de calco y tinta para hacer infinitas reproducciones de una misma imagen, pero con diferentes colores o tonalidades.
Esta habilidad para el dibujo moderno le llevó a trabajar también como artista publicitario en revistas de gran prestigio en Estados Unidos como Vogue, Harper's Bazaar, Seventeen y The New Yorker.
A principios de los años cincuenta, Andy Warhol aterrizó en las galerías de vanguardia, primero en 1952 en la Hugo Gallery de Nueva York, donde organizaron su primera exposición bajo el título ‘Quince dibujos basados en la obra de Truman Capote’ y, posteriormente, en el mismísimo Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), que incluyó una de sus obras en una exposición colectiva. Sería el principio de una larga carrera exponiendo en innumerables galerías.
Hacia 1962 Andy Warhol crearía en la quinta planta del número 231 del East 57th street de Nueva York ‘The Factory’, un estudio de arte abierto hasta 1984, y de donde salieron las obras más conocidas del artista y por donde pasaron las ‘Superestrellas de Warhol’.
David Bowie, Lou Reed, Mick Jagger, Nico, Ultraviolet, Velvet y, por supuesto, su gran musa, Edie Sedgwick, son algunos de los nombres que conformaron aquel grupo de las ‘Superestrellas de Warhol’, celebridades del momento que pasaron por ‘The Factory’ para trabajar mano a mano con el que ya se había convertido en el rey del ‘pop-art’.
La obra de Andy Warhol destaca por su crítica (¿o exaltación?) de la superficialidad de la sociedad de consumo norteamericana y sus excesos, centrada en su técnica de la ‘línea seca’ y con elementos procedentes de la cultura de masas, relacionadas con el consumo o los medios de comunicación y que repetía de todas las formas posibles.
En otras ocasiones, sin embargo, Andy Warhol plasmó en sus obras -con las mismas técnicas- situaciones dramáticas de la vida real que incluían temáticas como peleas, accidentes, suicidios o funerales.
Una de sus obras más conocidas. Es un claro ejemplo de su crítica a la sociedad de consumo, utilizando un objeto de consumo que repitió en 24 cuadros exactamente iguales, realizados en 1962 mediante serigrafía.
La serie con la mítica actriz como protagonista, sirvió para criticar la hipocresía de Hollywood, en el sentido de cómo va destruyendo a los iconos como Marilyn Monroe a lo largo del tiempo. Para ello, partiendo de una imagen original más nítida, la va desdibujando, cambiándola con distintos trazos y colores.
La política acaba llegando en todos los rincones y también lo hizo en la obra de Andy Warhol. Los años sesenta estuvieron muy marcados por la Guerra Fría y esta serie del líder chino, Mao Tse-Tung, sirvió de crítica frente a los crímenes de las dictaduras comunistas. Aunque tal vez (como casi todo en Warhol) la serie fuera un divertimento frívolo sin mayor carga crítica.
Los ‘ocho Elvis’ es una de las series más conocidas de Andy Warhol. La hizo en 1963 y la vendió por nada menos que 100 millones de euros, rompiendo todos los récords en la venta de una obra de ‘pop-art’. Aun hoy sigue siendo una de las obras más caras de la historia del arte.
En los años sesenta a Andy Warhol se le asoció con la banda The Velvet Underground, de la cual, por cierto, se convirtió en manager en 1965. Esta banana, obra del artista de Pittsburg, fue la imagen que se utilizó para la carátula del álbum debut de la banda, llamado ‘The Velvet Underground & Nico’.
Andy Warhol también utilizó su propia imagen para algunas de sus obras, como fue el caso su ‘Autorretrato’, en el que también utilizó la técnica de la serigrafía.
La serie ‘Skulls’ muestra una colección de calaveras de muchos colores, al más puro estilo Warhol, que por la vivacidad de estos podría romper con la imagen macabra de su contenido. Muchos historiadores lo relacionan directamente con su intento de asesinato, ya que lo hizo después de aquel suceso.
‘Race Riot’ responde a esa serie de obras alejada de la cultura pop y en las que trataba la realidad con más crudeza. En este caso haciéndose eco de los enfrentamientos raciales que tuvieron lugar en Estados Unidos en 1963. d
Dentro de su extensa colección de series de famosos se encuentran actores como Arnold Schwazenegger, cantantes como Prince y actrices como Liz Tylor o Ingrid Bergman a la que retrató como si fuera una monja.
Otra referencia al consumo, pero, en ese caso, en vez de pictórico, con cierto toque escultórico. Se trata de una montaña de cajas apiladas que representarían a las que contenían esponjas para lavar la vajilla
El arte pictórico no fue el único que experimento Andy Warhol a lo largo de su vida, sino que también probó suerte en el mundo del cine junto a su socio, el director de cine Paul Morrissey.
La carrera de Andy Warhol en el mundo del cine comenzó en el año 1963 y, en ella, utiliza la misma técnica que aplicaba a la hora de pintar sus obras: la repetición. Eso y el uso de contenido subido de tono en muchas ocasiones.
En la foto: Warhol (a la izquierda, junto al director de cine Paul Morrissey (en el centro).
Entre su filmografía podemos encontrar títulos como ‘Kiss’ (1963), ‘Empire’ (1964), ‘Chelsea girls’ (1966), ‘The loves of Ondine’ (1967) y ‘Women in revolt’ (1970).
El peor momento de la vida de Andy Warhol y que le marcaría durante los 19 años que le restarían de vida desde entonces, fue el intento de asesinato que sufrió de manos de Valerie Solanas, una mujer que se cruzó en su vida para presentarle un guion para una obra de teatro y que terminó por intentar matarlo con una pistola.
Andy Warhol perdió aquel guion que Solanas le hizo llegar y, para compensarlo, le ofreció un papel en su película ‘Yo, un hombre’. Sin embargo a ella no le sentó nada bien todo aquello, empezó con acusaciones y amenazas y terminó por entrar pistola en mano en ‘The Factory’ el 3 de junio de 1968 e hiriendo de gravedad a Warhol y al crítico de arte Mario Amaya.
El resultado de aquel ataque del que Andy Warhol sobrevivió fue, sin embargo, terrible para el artista. Durante años sufrió grandes dolores y en 1987 se vieron obligados a operarle para extirparle la vesícula, que tenía seriamente dañada.
La operación a la que se sometió Andy Warhol duró cinco horas y, aunque parecía que todo iba bien, acabó muy mal, porque una arritmia repentina terminaría acabando con su vida con solo 58 años.
Aquel intento frustrado de acabar con su vida llevaría a Andy Warhol a documentar su vida a través de un diario personal que terminaría por publicarse de manera póstuma en 1989 con el título ‘Diarios’, una obra que treinta años después ha llegado a Netflix en formato documental coincidiendo también con los 35 años de su muerte.