Recetas de Halloween con calabaza
Calabaza asada. La más sencilla: una vez limpia, se trocea la calabaza en tajadas y se deja cocinar en el horno, a fuego lento y rociada con una mezcla de aceite de oliva, sal, pimienta y romero. Se puede comer sola, a modo de entrante, o emplear como guarnición de platos de carne.
Ensalada templada de calabaza, granada y queso feta. Simple y deliciosa: tras pochar la calabaza con un poco de mantequilla y dejar que se temple, se incorporan la granada y el queso feta junto con unos piñones y unas hojas de menta. En el aliño, se mezclan aceite de oliva, sal y un chorrito de miel de flores que le aportará aroma.
Crema de calabaza. Para conseguir la textura ideal, basta con triturar calabaza, patata y cebolla blanca previamente hervidas e ir incorporando nata líquida de manera gradual; hasta que quede una pasta cremosa. El siguiente paso es salpimentar la mezcla. Se sirve en boles individuales y muy caliente; adornado con hierbas al gusto.
Chips de calabaza con parmesano y especias. Esta receta hará las delicias de los más pequeños de la casa. El truco está en cortar las rodajas de calabaza muy finas para después hornearlas a potencia máxima durante unos diez minutos (y sobre un papel de horno para que no se peguen).
Risotto de calabaza. Es Halloween, ¿por qué no añadirle unos dados de calabaza al clásico risotto italiano? Cuanto más madura esté la primera, más sabroso resultará el segundo. También se le pueden agregar pipas de calabaza y una pizca de albahaca para darle un toque personal.
Pastel de calabaza. Tal vez, el pumpkin cake sea el postre de Halloween más conocido. Existen tantas versiones como familias que lo incluyen en su menó del 31 de octubre. ¿Nuestra sugerencia? En formato mousse, con una base de galleta machacada y recubierto por un glaseado de calabaza y zanahoria. ¡Está espectacular!
Mini calabazas rellenas. Lo más importante de esta receta es escoger varias calabazas pequeñas de diferente forma y color y combinarlas en el plato. Para el relleno, hay que rehogar carne mechada, pisto de verduras y arroz blanco ya cocido con un puñado de almendras machacadas, aceite de oliva y sal. Se puede acompañar de pan de pita o biscottes.
Lasaña de calabaza. Es como una musaka griega pero, en lugar de sustituir las placas de pasta por berenjena, se sustituyen por calabaza. Su sabor dulce y afrutado combina a la perfección con el beicon, el queso gouda y una bechamel especiada. Mejor sin tomate.
Rigatoni con calabaza y manzana roja. Para la salsa, se saltea la calabaza en trozos pequeños con la manzana (sin quitarle la piel), un diente de ajo y mantequilla. Se puede terminar con unas pipas de calabaza o unas nueces.
Sopa de pollo con calabaza. Reconfortante y perfecto para los días de frío, este plato de puchero incluye ave, vegetales, pasta y/o legumbres. También se le puede añadir queso rallado. El cocinarlo a fuego lento es imprescindible.
Ensalada con flores de calabaza. Pica en gajos tomates de varios tipos y mézclalos con hojas de lechuga. Al mismo tiempo, limpia bien las flores de calabaza, sálalas y rebózalas en huevo y harina en aceite muy caliente. Colócalo todo en el plato y alíñalo con una vinagreta de aceite de oliva virgen extra, mostaza, sal y pimienta.
Merluza con salsa de calabaza. Prepara la merluza a la plancha y resérvala. Para la salsa, sofríe dados de calabaza y calabacín, cebolla blanca y un puñado de perejil. Añade vino blanco, sal y pimienta y deja reducir a fuego lento. Luego, tritúralo hasta obtener una crema ligera. Cubre con ella el fondo del plato, coloca encima del pescado y adórnalo con vegetales frescos aliñados con aceite de oliva y sal.
Confitura de calabaza. Para darle un toque diferente, además de con calabaza, elabórala con un poco de canela, ralladura de limón y mantequilla. ¡Ten paciencia! La confitura es mejor hacerla a fuego muy lento, despacio, dejando que todos los ingredientes suelten el azúcar y se liguen bien entre ellos.
Cóctel Pumpkin Vandal. Lleva una parte de sirope de calabaza, dos de ron añejo y una cuarta parte de zumo de limón recién exprimido. Para la decoración, corta láminas de calabaza muy finitas y mételas en el horno a fuego fuerte entre dos tissues para que queden crujientes.
Pollo asado con reducción de calabaza. Asa el pollo al horno con aceite de oliva, sal, un chorrito de naranja y especias al gusto. Para la salsa, pocha la calabaza con un diente de ajo, chalotas y mostaza en grano. Añade nata líquida, déjala reducir y, después, pásala por el pasapurés.
Raviolis de calabaza. Prepara la masa con harina, agua y yema de huevo. Para el relleno, mezcla calabaza con espinacas y un poco de queso ricotta. Puedes servirlo con queso rallado y mantequilla derretida por encima.
Tostadas francesas al aroma de calabaza. Empapa rebanadas gruesas de pan de molde en una mezcla hecha con huevo batido, leche y azúcar moreno. Dóralas en una sartén con mantequilla hasta que cojan color y reserva. Por otro lado, haz unos chips de calabaza y machácalos con las manos hasta obtener una especie de migas crocantes. Añade un chorro de miel a las tostadas y espolvorea con la calabaza antes de servir.
Bizcocho de calabaza. Se trata de un bizcocho tradicional, solo que con un (inconfundible) toque de calabaza. Un buen truco para aportarle dulzor (y hacerlo más bonito) es, una vez frío, glasearlo. Ideal para desayunos y meriendas.
Penne con hierbas y calabaza. Después de cocer y escurrir la pasta, prepara un sofrito con ajo en láminas, calabaza en daditos, perejil picado, orégano, albahaca, aceite de oliva, sal y pimienta blanca. Agrega los penne, mezcla bien y sirve inmediatamente.
Calabaza marinada. Deja la calabaza un par de horas marinando en aceite de oliva, vinagre de módena, ajo, sal y cebolla. Escúrrela bien y pásala por una plancha muy caliente para después espolvorearla con un poco de cebollino fresco.
Solomillo de ternera con verduras confitadas. Haz el solomillo a la plancha, al gusto, con una pizca de aceite y sal gruesa. Confita calabaza, pimiento rojo, patata y cebolla en aceite y soja (no añadas sal, ya que la soja es salada de por sí). Emplátalo muy caliente y añade unos brotes verdes para darle frescor.