¿Por qué los hijos de Steve Jobs no recibieron su millonaria herencia?
Fue en octubre de 2011 cuando el genio de la tecnología y fundador de Apple, Steve Jobs, fallecía a causa de un cáncer de páncreas.
El genio que cambió el mundo tal y como lo conocemos, dejó un legado tecnológico que, a día de hoy, sigue más que vigente y la muestra palpable es el iPhone.
Obviamente, como cabeza visible de Apple, Steve Jobs también dejó una considerable herencia que, según Forbes, se estima en unos 8.300 millones de dólares de la época.
Gran parte de este patrimonio correspondía a los 5,5 millones de acciones que poseía de Apple y los 138 millones de acciones que tenía de Disney.
Por poner en contexto, Steve Jobs poseía el 7% de Disney por aquel entonces, en una época en la que la empresa no paraba de crecer, gracias a sus acuerdos con Marvel, Star Wars y Pixar.
Casado con Laurene Powell desde 1991, su esposa le acompañó hasta el último de sus días, así como también hicieron los tres hijos que tuvo la pareja: Reed Paul, Eve y Erin Siena.
Lógicamente, cualquier pensaría que fueron sus tres hijos quienes recibieron, junto a Laurene Powell, el grueso patrimonial de Steve Jobs al fallecer. Nada más lejos de la realidad.
Lo cierto es que sus tres hijos no recibieron un sólo dólar de la herencia, pues ésta fue a parar a manos de dos personas: Laurene Powell y Lisa Brennan-Jobs. ¿Quién?
Lisa Brennan-Jobs fue la primera hija que tuvo Steve Jobs, en una relación con Chrisann Brennan, previa a su matrimonio con Laurene Powell, como la propia Lisa Brennan contaba en una entrevista a 'New York Post'.
Durante muchos años, y hasta 1991, Steve Jobs se había negado a reconocer a Lisa Brennan como su hija.
Para compensar esos años de falta de reconocimiento, falta de apoyo económico y menos aún disposición sentimental, Steve Jobs dispuso que la herencia se repartiera entre su esposa y su primera hija.
La pregunta obvia que todo el mundo se hace es, ¿por qué repartir solo entre dos personas, habiendo herencia suficiente para hacerlo entre cinco y que todos ellos sigan siendo multimillonarios?
Según Lisa Brennan, su padre consideraba que sus otros tres hijos ya eran profesionales de éxito en sus distintos campos y no iban a necesitar ese dinero. Y razón no le faltaba.
Erin Siena ha sido la más discreta de los tres hermanos desheredados, guardando su identidad y su profesión de los medios, para vivir una vida alejada de los focos. Reed Jobs se graduó con honores en Stanford y encontró acomodo en el Emerson Collective, donde trabajan para dar igualdad de condiciones a colectivos desfavorecidos.
Mientras, Eve Jobs, la pequeña, es jinete de hípica profesional, que a punto estuvo de ir a los Juegos Olímpicos de Tokyo, además de modelo en DNA Model Management con campañas para Louis Vuitton y portada de la edición japonesa de 'Vogue'.
Por cierto, en la entrevista, Lisa Brennan, quien es periodista y escritora, confirmó que la herencia recibida se dedicó a causas benéficas, a través de 'Waverley Street Foundation' y 'Emerson Collective'. Sí, en el que trabaja su hermanastro.