Los palacios reales más impresionantes de Europa
Hemos crecido escuchando historias de príncipes, princesas y reyes que habitaban en palacios de cuento. Lo mejor de todo es que esos palacios existen e impresionan por su belleza y monumentalidad. ¿Dónde se encuentran los palacios reales más impresionantes de Europa?
Tras el incendio del Real Alcázar de Madrid, el rey Felipe V ordenó construir un gran palacio que fuera la envidia de Europa y que mostrara el poder de la monarquía hispánica. El resultado fue el Palacio Real de Madrid, diseñado por los arquitectos Filippo Juvarra y Juan Bautista Sacchetti, y construido entre 1738 y 1759. Allí vivieron todos los reyes españoles hasta Alfonso XIII ya que, después, ni Juan Carlos I ni Felipe VI decidieron residir en él (en su lugar prefirieron el palacio de la Zarzuela) y sólo lo usan para las recepciones institucionales. Tiene 135.000 metros cuadrados, lo que le convierte en el palacio real más grande de la Europa occidental.
Versalles es uno de los conjuntos palaciegos más impresionantes de Europa. Fue ordenado construir por Luis XIV sobre un antiguo pabellón de caza de Luis XIII y está situado a unos 19 kilómetros al oeste de París. Es Patrimonio de la Humanidad y alrededor de 15 millones de personas se sorprenden cada año al visitarlo. Imperdonable no visitar la Galería de los Espejos.
Aunque no se puede visitar por dentro, es uno de los palacios más famosos del mundo por su cambio de guardia, de la que cada año disfrutan millones de turistas. Buckingham terminó de construirse en 1703 y tiene 77.000 metros cuadrados y 775 habitaciones.
Fue la residencia de verano de la familia imperial austríaca y está en Viena, la capital del país. Es un perfecto ejemplo de la arquitectura barroca y rococó y en 1996 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata de una auténtica joya cultural y allí, por ejemplo, Mozart realizó, a los seis años, su primer concierto, ante la emperatriz María Teresa.
Sanssouci es el nombre de un conjunto de edificios y jardines que incluyen el antiguo palacio de verano del rey prusiano Federico II el Grande, en Alemania. Se trata de una joya del rococó que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1990.
En Portugal es visita obligada el Palacio Nacional da Pena, una de las residencias principales de la familia real portuguesa en el siglo XIX. Lo encontramos en la ciudad de Sintra y es un perfecto exponente del estilo romántico del siglo XIX. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995.
A unos 29 kilómetros de San Petersburgo, en la orilla meridional del Golfo de Finlandia, encontramos el Palacio de Peterhof, que forma parte del lugar Patrimonio de la Humanidad conocido como “Centro histórico de San Petersburgo y conjuntos monumentales anexos”, cuyo mayor protagonismo lo acapara el Palacio Grande, de estilo rococó y construido en la terraza marítima.
El Palacio Real de Caserta, obra del arquitecto Luigi Vanvitelli, está situado a pocos kilómetros de Nápoles y cuenta con 1.200 habitaciones. Fue construido teniendo como inspiración el Palacio de Versalles de los reyes de Francia y el Palacio de El Escorial de Madrid y, como curiosidad, es la residencia real más grande del mundo y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.
El Palacio Real de Oslo es la residencia habitual de los reyes de Noruega, el rey Harold V y la reina Sonia. Fue diseñado por el arquitecto Hans Linstow y terminó de construirse a mediados del siglo XIX. Desde entonces ha sido la residencia oficial de los reyes de Noruega. Para quienes quieran visitarlo, está permitido hacerlo de junio a septiembre.
Los reyes de Holanda, Guillermo Alejandro y Máxima, junto a sus hijas, las princesas Amalia, Alexia y Ariane, viven principalmente en el Palacio Huis ten Bosch, situado en La Haya. Su construcción comenzó el 2 de septiembre de 1645 bajo la dirección de Bartholomeus Drijffhout, según el diseño que trazaron Pieter Post y Jacob van Campen.
Los reyes Felipe y Matilde de Bélgica residen normalmente en el Palacio Real de Laeken, ubicado a las afueras de Bruselas. Fue construido a finales del siglo XVIII y destaca por su arquitectura neoclásica y sus impresionantes lagos, jardines y fuentes.
Al rey Jorge IV le encantaba Brighton, por lo que en 1787 decidió encargar al arquitecto británico Henry Holland que construyera esta palacio que está claramente influenciado por los gustos orientales de la época. Sencillamente impresionante.
Felipe V, el primer Borbón que gobernó en España, se enamoró de este enclave y ordenó construir allí, a comienzos del siglo XVIII, un palacio que le recordaran a su Francia natal, rodeado de jardines y fuentes, al estilo Versalles, consiguiendo un palacio de ensueño. El Real Sitio de La Granja de San Ildefonso está declarado conjunto Histórico Monumental.
Este palacio del siglo XVI, con fachada flamenca-renacentista, es la residencia oficial de los grandes Duques de Luxemburgo. Durante la Segunda Guerra Mundial sufrió importantes daños, pero posteriormente fue restaurado.
El Palacio de Invierno de San Petersburgo fue la residencia de los zares desde 1732 hasta 1917. Destaca por su fachada verde y blanca y actualmente es el museo Hermitage.
El Palacio Real de Bruselas acabo de construirse en 1865 a cargo del arquitecto Alphonse Balat. Actualmente su función es la de albergar eventos institucionales y ser el lugar en el que se hospedan los jefes de estado en sus visitas oficiales a Bélgica, pero los reyes belgas y sus hijos viven en el Palacio de Laeken.
Se trata de una de las residencias oficiales de los Reyes de Suecia. Fue construido a mediados del siglo XVII por el arquitecto Nicodemus Tessin el Viejo y su hijo, Nicodemus Tessin el Joven, inspirándose en la arquitectura italiana y en Versalles.
El Palacio Real de Estocolmo cuenta con 1.430 habituaciones y es uno de los edificios más representativos de la capital sueca. Se construyó para sustituir a la antigua fortaleza de Tre Kronor, que fue destruida por un incendio en 1697.
El príncipe Eugenio de Saboya (1663-1736) mandó construir el palacio Belvedere como residencia de verano. Esta obra de arte barroca del arquitecto Johann Lukas von Hildebrandt consta de dos palacios (el Superior y el Inferior) que en la actualidad albergan arte austriaco que va desde la época medieval hasta el presente.
El Palacio Real de Amsterdam es uno de los cuatro palacios oficiales del Rey Guillermo Alejandro y la Reina Máxima y uno de los edificios más representativos de la capital holandesa. Desde 1655 sirvió como Ayuntamiento, hasta que se convirtió en el palacio del hermano de Napoleón Bonaparte, Luis Bonaparte.
El Palacio de Amalienborg de Copenhague (Dinamarca), de estilo rococó, no es un solo palacio, sino que se trata de cuatro, que están situados alrededor de la plaza en la que encontramos la estatua de su fundador, el rey Frederick V. Son de mediados del siglo XVIII y fueron diseñados por Nicolai Eigtved. En principio fueron creados como residencias de familias de la aristocracia danesa, pero, tras un incendio a finales del siglo XVIII en el por entonces palacio real, este conjunto de edificios fue escogido para albergar a los reyes daneses.