La historia de Leelee Sobieski: abandonó Hollywood por su vocación secreta
A finales de los 90, una jovencísima y magnética Leelee Sobieski, quien aún no había alcanzado la mayoría de edad, tenía a Hollywood y a medio mundo a sus pies.
Un cazatalentos la descubrió en una cafetería y la llevó a la ronda final del casting de 'Entrevista con el Vampiro' ('Interview with the Vampire', 1994), donde una sublime Kirsten Dunst le quitó el papel.
No obstante, ese mismo año comenzó a trabajar y antes de cumplir los 18 (nació en junio de 1983), Leelee Sobieski ya era conocida en todo el planeta.
Películas como 'Deep Impact' ('Impacto Profundo', 1998), 'Nunca me han Besado' ('Never Been Kissed' / 'Jamás Besada', 1999) o 'Eyes Wide Shut' ('Ojos Bien Cerrados', 1999) convirtieron a Leelee Sobieski en la estrella en ciernes que arrasaría en el nuevo siglo.
Luc Besson, J.J. Abrams, Tom Cruise o Stanley Kubrick ya figuraba en su filmografía y, por si fuera poco, formó una de las parejas más cool de principios de siglo con Paul Walker en 'Nunca Juegues con Extraños' ('Joy Ride' / 'Frecuencia Mortal', 2000).
Lo mejor para Leelee Sobieski es que con cada película que estrenaba, su figura como estrella parecía más cercana. Desbordaba carisma, el público la adoraba y apenas tenía 20 años.
Pero, cosas de la vida y de Hollywood, la magnética Leelee Sobieski decidió que quería perseguir su sueño y éste no era triunfar en la Meca del Cine, como ya había hecho, sino una pasión que mantenía en secreto: la pintura.
Una pista obvia de que Hollywood no le interesaba tanto a Leelee Sobieski como sí le interesaba Leelee Sobieski a Hollywood era su desinterés por la fama y los focos.
Leelee Sobieski quería vivir una vida sencilla, huía del juego de las estrellas, de las alfombras rojas y de las grandes aglomeraciones.
De hecho, no tenía reparo en mostrar su lado fan, a pesar de ser toda una estrella, cuando confesó a Jay Leno que coleccionaba pelo de celebrities, por considerar que un autógrafo es "muy impersonal". Era especial hasta para admirar a otros.
Y por eso mismo, cuando consideró que era el momento, con una carrera sólida y el respeto y admiración de la industria, decidió dejarlo todo y desaparecer para convertirse en una pintora de éxito pero anónima.
La madre de Leelee Sobieski (en la foto) era productora y guionista de cine y, durante años, ganó una simbólica batalla entre los padres de la actriz, por dedicarse a su misma industria. En realidad, sólo fue un preámbulo para el giro inesperado hacia la labor de su padre, Jean Sobieski, quien también es pintor.
Desde 2012, Leelee Sobieski es un recuerdo del pasado, la imagen de un amor platónico que enamoró a millones de personas y dejó una imagen idealizada y perfecta en un Hollywood muy alejado de la perfección.
Foto: Instagram (@leeleekimmel)
Actrices y actores que abandonaron Hollywood y la actuación para siempre
De hecho, resulta casi imposible saber de ella, a menos que conozcas su nuevo nombre: Leelee Kimmel, derivado del matrimonio que comparte con Adam Kimmel, diseñador de profesión.
Leelee Sobieski no sólo ha consolidado su vida profesional como artista, sino también la familiar, pues tiene dos hijos: Louisiana Ray (2009) y Martin (2014).
Uno de los motivos que llevó a Leelee Sobieski a dejar el cine fueron las escenas románticas. "El 90% de personajes requieren muchas escenas subidas de tono con otras personas y no quiero hacerlo", confesaba a Vogue en 2012. Ese mismo año rodó su última película.
Más sincera fue su entrevista a 'AnOther' en 2018 donde pareció liberar los demonios que Hollywood le obligó a retener durante casi dos décadas.
"Las cosas se complicaron para mí y, en cuanto pude, lo dejé. Es una industria un poco asquerosa, vendes tu apariencia demasiado. Lloraba cada vez que tenía que besar a alguien. No lo soportaba. ¿Por qué estaban mis besos en venta? Me hacía sentir muy barata", comentaba la ya ex actriz.
Dejaba claro que su decisión de cambiar la actuación por la pintura había sido acertada. De hecho, recordaba cómo llenaba de plásticos el suelo de sus tráilers para poder pintar en los descansos de los rodajes.
"Pintaba en secreto. Pintar siempre fue mi objetivo y me distraía de cosas del trabajo y pagar las facturas", apuntaba a 'ArtNet' en 2018.
Además, señala: "no quiero que mis hijos vean Netflix y me vean en pantalla en los brazos de alguien que no es su padre".
Así, desde 2016, Leelee Kimmel se dedica al arte de forma profesional. Lo hace con lienzos de gran tamaño y creando una realidad virtual.
Y si en sus inicios triunfó como actriz, ahora lo hace como artista, pues sus trabajos se han expuesto en Nueva York, París, Shangái o Corea del Norte, como señala el citado medio.
Tal es así que algunas de sus piezas, según la web especializada 'Invaluable', se subastan por cerca de 80.000 dólares. Todo un talento.
Y por si alguien tiene curiosidad por saber cómo es la obra de Leelee Kimmel, no tiene más que darse una vuelta por su cuenta de Instagram.
Foto: Instagram (@leeleekimmel)
Acostumbra a realizar obras de grandes dimensiones en las que lo abstracto, los colores fuertes y la pureza se entremezclan creando una inesperada pero reconfortante armonía.
Foto: Instagram (@leeleekimmel)
Como ella misma reconoce, sus pinturas hablan de crear pero también de destruir. Representan el alma humana y, muchas de ellas incluyen mensajes personales tan abstractos que son imperceptibles al resto del mundo pero que para la artista quedan para la eternidad.
Foto: Instagram (@leeleekimmel)
Películas que dejaron secuelas permanentes a sus protagonistas