La nueva moda entre los culturistas: comer comida de perro
Las redes sociales están plagadas de retos virales que a menudo se convierten en auténticos peligros para la salud de quienes se atreven con ellos. La última pasa por comer comida de perro para tratar de generar más músculo. Como lo oyen.
¿Un ejemplo? El instructor fitness Henry Clarisey, quien se atreve a probarla en un vídeo que no deja de sumar reproducciones en su canal de TikTok, donde le siguen más de 170K personas.
Foto: TikTok (@henry.fit)
Lo cierto es que el bueno de Henry Clarisey dice que la comida no está buena, además de señalar que es extremadamente seca, pero hay algunos culturistas que han visto en la extraordinaria cantidad de proteínas que contiene la comida para canes (66 gramos de proteínas por cada 100 gramos) una oportunidad para hacer crecer sus músculos. Pero... ¿es saludable?
La repuesta de una empresa de comida canina al medio The Post fue la siguiente: “Si bien la comida no sería dañina si un humano la consumiera, no recomendamos la comida para mascotas para el consumo humano”. ¿Pero por qué?
Las razones son las siguientes: para empezar, la comida para perros contiene ingredientes como harinas de huesos, ubres, pulmones, carcasas o bazos, a cuya digestión el organismo de las personas no está acostumbrado.
Por otro lado, la elaboración de la comida para animales puede no seguir las mismas exigencias sanitarias e higiénicas que las que siguen en la producción de alimentos para humanos, con el consiguiente riesgo para la salud de las personas que la consumen.
No en vano, hay algunas bacterias y otros patógenos que no afectan al aparato digestivo de los perros pero sí al de los humanos.
O puede que se precise más ácido gástrico para digerirlos, algo en el caso de los perros no es un tanto problema como puede serlo para las personas.
Además, aunque el consumo de proteínas es absolutamente necesario para mantener un estado de salud óptimo, un exceso de las mismas también puede suponer un verdadero problema.
Un consumo excesivo de proteína puede derivar en problemas como piedras en el riñón, colesterol, enfermedades coronarias o más riesgo de padecer algunos tipos de cáncer.
Según el reputado bioquímico italoestadounidense Valter Longo, a quien la revista Time nombró en 2018 una de las 50 personas más influyentes en el cuidado de la salud, las personas que ingieren una alta cantidad de proteínas tienen más probabilidad de desarrollar cáncer.
Foto: Stream24
En un estudio de 2018 publicado en Cell Metabolism en el que participó el nombrado bioquímico Valter Longo, que es el director del Instituto de Longevidad de la Universidad del Sur de California (USC), se desveló que el alto consumo de proteína de origen animal (no así tanto el de las proteínas vegetales, que no estimulan las hormonas del crecimiento de la misma manera), aumentaba el riesgo de padecer cáncer en personas menores de 65 años.
La solución es consumir proteínas de forma moderada y de alta calidad, ya que no dejan de ser nutrientes muy importantes para los seres humanos, jugando un papel muy importante en multitud de procesos biológicos, como la reparación de células, la función inmunológica o la producción de hormonas.
Podemos encontrar proteínas en alimentos como carnes, pescados, lácteos, huevos, legumbres... y la cantidad recomendada varía en función de factores como la edad, el se xo o la actividad física que se realiza.
Por regla general los expertos recomiendan consumir entre un 10% y un 35% de proteínas al día. Proteínas del alto valor biológico, que son las que contienen los aminoácidos esenciales en proporciones altas y adecuadas.
Un estudio de investigadores de la Universidad de Perdue publicado en mayo de 2020 en la revista Advances in Nutrition, de manera generalizada, la cantidad diaria recomendada de proteína sería de aproximadamente 0,8 gramos por kilogramo de peso corporal.
¿Proteínas? Sí. Pero dejemos el alimento de nuestras mascotas para ellas, ya que jugar a hacer determinados experimentos puede salir muy caso en lo que a salud se refiere. Y más, teniendo opciones mucho más saludables, adecuadas y apetecibles para los seres humanos.