La cláusula Van Halen: si encuentro un MyM's marrón, cancelo el concierto y cobro
Van Halen, una de las bandas de rock más grandes de la historia, siempre será recordada por éxitos como 'Jump', pero también por ser los creadores de la cláusula más extraña e inteligente incluida en un contrato: la de los M&M's marrones.
Nacidos en Holanda pero afincados en California, Eddie y Alex Van Halen fundaron la banda junto Mark Stone en 1972 y, durante tres décadas, fueron un referente del rock, especialmente gracias a sus conciertos, de los más espectaculares que se han visto jamás y en los que fueron pioneros en grandes giras por todo el mundo.
David Lee Roth, cantante del grupo, explicaba en su biografía, 'Crazy From The Heat' (2012) lo que implicaba un concierto de Van Halen.
"Nos movíamos con nueve camiones de 18 ruedas, llenos de equipos por zonas donde el estándar era de tres camiones como máximo. Hubo muchos errores técnicos como que las vigas no podían soportar el peso o que el suelo se hundiese", apunta David Lee Roth.
Esto, además de un peligro para el espectáculo, implicaba poner en riesgo la propia vida de los integrantes de la banda, a pesar de que los contratos que firmaban eran extremadamente detallados.
Por poner un ejemplo, "en el artículo 148 (del contrato): habrá enchufes de un voltaje de 15 amperios a una distancia de 6 metros, de manera uniforme, proporcionando 19 amperios", señalaba David Lee Roth en su libro.
Ser los más grandes implicaba este tipo de detalles, pues sus conciertos eran un espectáculo global absolutamente adelantado a su tiempo. No podían permitir fallo alguno en el montaje.
El problema es que siempre iban tan cortos de tiempo que eran los responsables de la ciudad en la que tocaban quienes se encargaban del montaje del escenario.
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Con este panorama, el grupo decidió incluir una pequeña trampa en los contratos de sus conciertos para verificar que se habían cuidado todos los detalles, hasta los aparentemente más nimios.
Era el famoso artículo 126 del contrato: "No habrá ningún M&M's marrón en la zona de backstage, bajo pena de cancelación del concierto y pago total a Van Halen".
Foto: Twitter - @eladdio
¿Cómo? ¿Que si se colaba algún M&M's marrón en la zona de descanso de la banda, estos tendrían derecho a cancelar el concierto y recibir el pago íntegro del mismo y el de producción? Tal cual. Y todo tiene una explicación que poco tiene que ver con los traumas de alguno de sus miembros con estos famosos dulces y el color marrón.
No se trataba de algo maniático ni excéntrico. Todo lo contrario, la 'cláusula Van Halen' es de lo más pragmático e inteligente que se ha hecho jamás.
El sentido de incluir este artículo 126 por parte de la banda implicaba el conocimiento de que el contratista que había montado el escenario, se había leído todos y cada uno de los puntos del contrato, con indicaciones y requisitos muy específicos.
Si no había M&M's marrones, que era la petición más absurda del contrato, sabían que el mastodóntico montaje del escenario cumplía sus requerimientos y, por tanto, podrían seguir siendo los mejores del mundo sobre el escenario.
Curioso y muy eficaz. Y si alguien se lo pregunta, Van Halen jamás canceló un concierto a causa de los M&M's marrones, aunque sí se los encontraron en más una ocasión en el backstage. Ese día, Eddie Van Halen causó destrozos por valor de 12.000 dólares en el backstage. ¿Disparatado? Quizás no tanto...
La realidad es que el escenario de aquel concierto acabaría hundiéndose, causando daños por valor de 80.000 dólares, aunque ninguno personal, confirmando que la 'cláusula Van Halen' es uno de los anexos más inteligentes que se ha usado jamás en la prevención de riesgos laborales.