Así ha cambiado Estefanía de Mónaco
Estefanía de Mónaco siempre ha sido una princesa diferente. Hija del príncipe Rainiero III y la actriz estadounidense Grace Kelly, ha disfrutado una vida aventurera. Sus parejas no han sido nunca convencionales y, además de su intensa actividad sentimental, cuenta entre sus hitos con acontecimientos tales como cantar con Michael Jackson o unirse al circo. Grace Kelly la llamaba cariñosamente su 'enfant terrible'.
Nacida el 1 de febrero de 1965, Estefanía es la hija menor del difunto príncipe Rainiero y de la actriz estadounidense Grace Kelly (reconvertida como princesa en Gracia de Mónaco). Tiene una hermana mayor, Carolina, y un hermano mayor, Alberto, que heredó el trono del Principado.
Fue en una entrevista para la revista People donde Grace Kelly calificó a su hija Estefanía como "enfant terrible". Pero siempre se refirió a ella con devoción de madre. Estefanía brilló especialmente desde pequeña en los ámbitos del arte y el deporte. Además de la danza clásica y el piano, practicó la equitación y la gimnasia.
Cuando tenía 17 años, Estefanía de Mónaco vivió lo que sin duda fue el hecho más traumático de su existencia. Durante un viaje con su madre, al regresar a casa desde su mansión de recreo en Francia, tuvieron un terrible accidente automovilístico. Grace Kelly murió y Estefanía resultó herida en las vértebras del cuello. Además de la horrible experiencia de perder a su madre, Estefanía tuvo que afrontar durante años las especulaciones sobre si era ella y no Grace Kelly quien conducía el coche y provocó el accidente. Estefanía de Mónaco siempre ha negado tal cosa.
Durante su primera juventud se convirtió en icono de los 80, trabajó para firmas como Dior, fue portada de revistas de tendencias como Vogue y Vanity Fair. Después de la tragedia, la vida se convirtió en una fiesta y Estefanía de Mónaco conquistó el mundo con su carisma.
Estefanía de Mónaco gozó de la vida y del amor, coleccionando galanes como Paul Belmondo (en la imagen), el actor Anthony Delon, Mario Oliver Jutard y, según algunas informaciones periodísticas de aquellos maravillosos (y ya lejanísimos) 80, el actor Rob Lowe.
Disfrutar de la vida al máximo: esa fue su filosofía durante los salvajes 80. Ella misma lo relató en declaraciones a Hello! Magazine: “Tenía los brazos abiertos al futuro y me decía: 'Esto podría terminar mañana'. Nadie nunca trató de comprender por qué actuaba como actuaba en aquellos días".
En 1986, cuando tenía 21 años, la princesa lanzó su propia línea de trajes de baño. Tres años después se comercializó un perfume con su nombre. "Estamos en el siglo XX" declaró su agente a la revista People. "Puedes ser una princesa y trabajar" añadió.
También está el momento en que Estefanía de Mónaco se convirtió en estrella del pop. Logró un verdadero hit en el mercado francófono ('Ouragan') y también cantó en inglés: 'Irresistible' y 'One Love to Give'. Incluso grabó un álbum en Los Ángeles y apareció en The Oprah Winfrey Show. Pero todo quedó en un episodio pasajero dentro de su convulsa existencia.
La canción 'In the Closet' de Michael Jackson tiene como colaboración estelar y explícita a la modelo Naomi Campbell, que aparece en el mítico vídeo. ¿Pero sabías que Estefanía de Mónaco canta junto con el Rey del Pop en este tema? Los créditos mencionan a Mystery Girl y dicha "chica misteriosa", según se ha publicado recurrentemente, sería la mismísima princesa Estefanía.
Después de una serie de romances y aventuras artísticas, Estefanía de Mónaco se enamoró del corredor automovilístico Daniel Ducruet. Él ejercía como su guardaespaldas en el momento en que iniciaron su relación.
La relación entre Estefanía de Mónaco y Daniel Ducruet comenzó 1992. Ese mismo año tuvieron su primer hijo: Louis. En 1994 nació su hija Pauline. Después se casaron, ya en 1995. Sin grandes fastos porque a su padre, el príncipe Rainiero, seguía sin gustarle la pareja que había elegido su hija.
El matrimonio no duró mucho. Un año, tres meses y tres días exactamente. Se publicaron noticias sobre la presunta infidelidad de Daniel Ducruet. Se mencionó a una Miss Bélgica. Sea como sea, Estefanía de Mónaco se divorció y se fue con su hijo Louis y su hija Pauline a vivir su vida. Mantuvo una relación amistosa con su ex.
En julio de 1998, Estefanía dio a luz a una niña: Camille. En ese momento no tenía una relación estable conocida y dejó en blanco la casilla donde había que anotar el nombre del padre en el certificado de nacimiento. Si hablamos de empoderamiento femenino y modernidad, he aquí una mujer adelantada a su tiempo. Madre soltera sin problema alguno. Más tarde, la propia Camille desvelaría que su padre era un guardaespaldas de la princesa, Jean Raymond Gottlieb, y adoptaría su apellido.
Como princesa monegasca, Estefanía ha sido durante mucho tiempo la madrina del Festival Internacional de Circo de Montecarlo. Con el tiempo, quedó claro que tenía una afinidad especial con los circos más allá de su papel institucional.
En el año 2001 se supo que la princesa Estefanía mantenía un romance con el domador de elefantes Franco Knie, también director del circo familiar que llevaba su nombre. En la imagen, vemos a Franco Knie con la hija de Estefanía, Pauline, que entonces tenía 9 años.
Franco Knie era un hombre casado cuando (supuestamente) se enamoró perdidamente de Estefanía. Había once años de diferencia de edad entre ellos, pero compartían su amor por los elefantes.
Estefanía de Mónaco se fue a vivir a la caravana de un circo con Franco Knie y se llevó a sus tres hijos con ella. Durante un año fueron felices. Después se acabó aunque todavía el circo le depararía un nuevo amor.
Mientras estaba en el circo, Estefanía se enamoró de uno de los acróbatas, el portugués Adans Lopez Peres. Era diez años más joven que la princesa. En 2003 se casaron. Un año y dos meses después se divorciaron.
Ese ha sido, hasta ahora, el último matrimonio de Estefanía de Mónaco. Regresó a la villa familiar en Mónaco y se dedicó a criar a sus tres hijos. A su izquierda en la imagen están Louis y Pauline Ducruet y, a la derecha, la pequeña Camille Gottlieb.
Las buenas obras forman parte de la vida de la princesa Estefanía. Fundó una asociación para apoyar a las personas con VIH y SIDA, con el objetivo de eliminar el estigma de la enfermedad. En 2006, Estefanía de Mónaco se convirtió en embajadora de la ONU para su programa de VIH / SIDA.
Estefanía de Mónaco ejerce de princesa en actos institucionales junto a su hermana mayor Carolina y su hermano Alberto. Este último se convirtió en príncipe de Mónaco cuando su padre murió en 2005.
Estefanía de Monaco tiene un patrimonio neto estimado de 100 millones de dólares. Según Yahoo Finance, esto la convierte en la cuarta princesa más rica del mundo (después de su cuñada Charlene, la princesa italiana Gesine y la pequeña princesa Charlotte de Inglaterra). Estefanía posee la misma fortuna que su hermana Caroline, que ocupa el quinto lugar de la lista.
Los tatuajes de Estefanía de Mónaco son también una seña de identidad de la princesa rebelde: un brazalete de flores en su muñeca, dos delfines que saltan en un pie y una serpiente en la espalda.
Estefanía de Mónaco se declara amante y defensora de los animales pero desde el ecologismo lo ponen en duda porque, aseguran, circo y bienestar animal no son compatibles. La princesa cree que sí e, incluso, criticó el que en 2020 el gobierno francés prohibiera el uso de animales salvajes en los circos.
Junto con su hija Pauline, Estefanía todavía visita el circo con regularidad. Según se ha publicado, Pauline está interesada en la gimnasia y los elefantes como su madre.
Louis y Pauline son jóvenes veinteañeros ahora. Se han convertido en figuras destacadas de la alta sociedad europea.
Hasta donde se ha publicado, la hija de la princesa Estefanía, Pauline Ducruet, estaba soltera en enero de 2021. La joven ha heredado la belleza de su madre y, en los últimos años, ha conseguido hasta robarle protagonismo.
Hay expertos que aseguran que Estefanía de Mónaco se ha hecho alguna corrección estética con liftings o bótox. Sin embargo, su apariencia resulta de lo más natural.
Estefanía de Mónaco ha superado ya la edad a la que su madre, Grace Kelly, murió trágicamente (la actriz tenía 53 años cuando tuvieron el accidente). Y su vida ahora es más tranquila. Al menos, de momento.
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