En estas fotos hay un gato, ¿eres capaz de encontrarlo?
Tan sencillo y a la vez tan complicad. En todas estas fotos hay un gato escondido y tan solo tienes que dar con él: ¿te atreves? Si lo quieres hacer más interesante, coge un cronómetro y pon un límite de tiempo por foto. Si no das con el gato, en la siguiente foto tienes la solución.
A veces, para encontrar a un gato, tan sólo hay que buscar dónde da el sol.
Complicación nivel maestro. Confirmamos que hay un gato y que está muy bien escondido.
Si no diste con él, no pasa nada, era muy complicado. Si le encontraste, ya te decimos que ésta era de las más difíciles.
A veces menos es más pero, en este caso, el escondite es tan sencillo como fascinante.
A veces, esconderse a simple vista es lo más efectivo.
Es posible que esta sea la más complicada de todo el catálogo. Es lógico que no des con el gato, así que no desesperes.
Confirmamos que el gato no sufrió daño alguno y que la planta de Super Mario no se lo comió.
El asunto se complica. ¿O quizás no tanto?
Si hay una bolsa, una caja o algún elemento en el que meterse, debe ser el primer sitio en el que debes mirar.
La cocina es un lugar maravilloso para que un gato pase el día entero sin que le molesten.
Desde su atalaya, el gato puede controlar si la comida que hacen sus dueños es saludable o no. Si no lo es, le tocará tirarla al suelo. Es una labor que no se valora lo suficiente en las mascotas.
Camuflaje nivel soldado de élite.
Mimetizarse con el ambiente es una de las grandes virtudes de los felinos.
Admitimos que este gato es muy complicado de encontrar.
Que se haya colado entre la maleza no quiere decir, necesariamente, que sea un gato malo.
Este es sencillo pero no tanto. Cuando lo encuentres, según lo que tardes, pensarás que podrías haberlo hecho mucho antes.
Que el gato esté en la puerta no quiere decir que sea buen anfitrión. Todo lo contrario, lo más seguro es que te bufe si no eres de su agrado.
Mimetizado pero no mucho.
Quien piense que ese gato se va a caer, está en un error. Puede pasar horas al día en esa postura y jamás ha tenido un percance.
¿Te atreves con este test de cultura general? Son 30 preguntas (y puedes fallar 5)
¿Demasiado obvio?
El gran problema de ese escondite es que llegue un humano despistado y se siente encima.
Es posible que dar con este gato te lleve un buen rato.
Si lo has encontrado, es para estar orgulloso porque el nivel de dificultad era tremendo. ¿No lo has encontrado? No importa, sigamos jugando.
Si parece un gato, es que es un gato.
Sí, podría ser una piedra, un objeto oscuro pero no, es un gato tumbado y viendo la vida pasar en el paraíso.
Otro clásico gatuno a nivel de escondites.
Tanto encima como debajo de la cama, son dos de los sitios favoritos de los felinos para esconderse y abstraerse del mundo al que tanto odian.
Es muy fácil... ¡una vez que lo encuentras!
Cuando das con el gato, la pregunta que surge a todo el mundo es la misma: ¿cuánto tiempo llevaba ahí y cuántas cosas ha visto?
Si Belcebú tuviera gato, es posible que fuera éste.
Cuando das con el gato, piensas los sustos que se habrá llevado la familia dueña del mismo al verlo en persona con esos ojos brillantes.
Te vigilan y no lo sabías.
¿Quién quiere circuito de cámaras cuando tiene a su gato vigilando el vecindario todo el día?
La habitación es el paraíso de los escondites gatunos.
Como en las películas de miedo, con los gatos siempre hay que mirar en el armario. Acertarás el 90% de ocasiones.
Otra facilona pero adorable
Las cosas como son, nada como ir a tu cama y que tu gato esté esperando para dormir contigo.
Aficionado al escondite amateur.
Está iniciándose en el noble arte del escondite. Le pone ganas pero tiene mucho que mejorar.
Este gato es complicado de encontrar.
Su capacidad para mimetizarse con el entorno es asombrosa.
Toca buscar y luego toca recoger.
Quien piense que en una habitación más ordenada, habría dado antes con el gato, se equivoca.
Sorprendente escondite.
Lo último que te esperas es llegar a una tienda y que te atienda un gato.
Si no abro los ojos, no me encontrarán.
Este escondite es como cuando los niños pequeños se tapan los ojos y piensan que no les vemos.
Si parece una cola de gato...
...es que es un gato.
Progresa adecuadamente.
Podría ser un escondite sensacional pero no lo ha sido.
¿Lo complicamos un poco?
¿Conseguiste dar con el gato Microsoft? Lo es porque usa Windows.
Fácil pero complicado.
Es de esos escondites en los que te pueden encontrar a la primera o no dar contigo en horas.
¿En serio hay un gato? Sí, lo hay.
El gato sabe que está a plena vista pero también que no es visible. Maestros en lo suyo.
Jugando al despiste
Ellos saben que el humano tiende a mirar hacia arriba, así que se esconden abajo.
Es posible que te lleve un rato dar con este gato.
Es posible que acabe mimetizado con la planta de las horas que podría pasarse en ella.
¿Cuánto tiempo lleva ahí ese gato?
Y resulta que estaba encima del microondas, aprovechando el calor residual.
¿Dónde estás mirando?
Los gatos son muy de esconderse abajo, cuando saben que el humano tiende a mirar arriba.
Fácil y rápida.
Pero la foto no da margen al error.
Otra que, posiblemente, te lleve un rato y te haga dudar mucho.
Pero, claro, ver los ojos de un gato en este contexto no es sencillo.
No hay dos sin tres.
No sólo se ha escondido abajo, sino que está en disposición de atacar.
Escondite del más alto nivel.
Ese gato podría llevar años en esa posición y mucha gente seguiría sin saber de su presencia.
Este escondite tiene un pequeño problema.
O el árbol es demasiado fino, o el gato demasiado grande. Sea como sea, no iba mal encaminado.
Si lo encuentras, te vas a reír.
¿A que nunca habías visto un gato llegando en coche a un drive-thru?
Dificultad extrema.
No es sólo cómo se esconden, es cómo aprovechan los elementos para hacerlo.
Aparentemente fácil pero compleja como pocas.
Sí, el gato está en primer plano y mirándote pero se tarda lo suyo en dar con su presencia.
Buen truco, Misifú.
¿Es posible que el gato del cuadro sea el mismo que se esconde tras él? El gato de Dorian Gray.
Mira en el sitio correcto
Si jamás se ha asomado un gato por tu ventana, es que vives en un piso muy alto.
Otra alternativa sencilla, salvo que se te complique.
Pero éste no es uno de ellos, pues las estanterías llevan a confusión.
Otra de la que te advertimos previamente.
Si el gato cabe, está dentro. Sea lo que sea.
Camuflaje estilo soldado.
Mucha gente habrá pasado por esa habitación sin percartarse de la presencia de Misifú.
¿Abrimos los regalos?
Se escondió ahí para ver a Santa Claus.
Si sientes que alguien te vigila, es posible que sea porque alguien lo hace.
No se sabe si será bueno o malo pero la mirada de ese gato es inquietante.
Parece fácil, ¿verdad?
Quien diga que ahí no cabe un gato, es que no ha tenido gato jamás.
Otro ejemplo de eficiencia y eficacia.
A veces, las sombras son sus mejores aliadas.