¿Cuántos tipos de alergias existen?
La Organización Mundial de la Alergia (OMA) estima que entre un 20 y un 25% de la población mundial tiene algún tipo de alergia.
Es más, los estudios de la OMA apuntan a que en 2050, este porcentaje aumentará hasta el 40-50% de la población mundial.
En vista de que casi la mitad de quienes lleguen a mitad de siglo XXI tendrán alguna, no está de más conocer los tipos de alergia que existen.
Como su nombre indica, son las alergias que aparecen en determinadas épocas del año, especialmente entre primavera y otoño.
Sustancias en el aire, polen, determinados árboles, hierbas o malezas son los elementos más comunes en causar este tipo de alergia.
Lo síntomas habituales son secreción nasal y picazón en los ojos, aunque también pueden provocar picor en la piel, estornudos y fatiga.
Para aliviar estos síntomas, el tratamiento habitual es con aerosoles nasales con corticosteroides, los antihistamínicos y los descongestionantes
La alergia al polen es la más habitual entre la población de todo el mundo y provoca una reacción de activación de las defensas del sistema inmune.
Entre los tipos de polen más habituales en suspensión en el aire están las gramíneas, cupresáceas, betuláceas, salicáceas, olees, urticáreas y parietaria. En primavera suelen tener su pico máximo, por ser su época de polinización.
Conjuntivitis, rinitis, asma, picor de ojos, congestión, estornudos, irritabilidad, dolor de cabeza, fatiga, problemas respiratorios y pitidos en el pecho son síntomas habituales de este tipo de alergia.
Siempre bajo prescripción médica, los antihistamínicos suelen ser la solución más eficaz para la alergia al polen.
A pesar de no verlos, en casa convivimos con millones de ácaros, pequeños arácnidos que viven pegados a cama, almohadas, telas y tapicería de todo hogar que se precie.
Entre los síntomas que provoca: rinoconjuntivitis, picor nasal y de ojos, moqueo, estornudos, lagrimeo, problemas respiratorios y picazón en la piel.
Tener la casa limpia es fundamental pero resulta casi imposible mantener a todos los ácaros controlados
Las alergias a los animales son reacciones a determinadas proteínas que contienen células de la piel, saliva u orina.
Por lo general, se relaciona con perros y gatos, por ser los animales domésticos más comunes, pero no es el pelo lo que da alergia, sino las células muertas que se posan sobre el mismo.
Los síntomas de la alergia a mascotas van desde la congestión, el moqueo y los problemas respiratorios, a fatiga, picores y ojos enrojecidos y llorosos.
Los antihistamínicos son la solución más sencilla y a mano para contener los síntomas de esta dolencia.
Las alergias alimentarias son la respuesta del sistema inmune a la ingesta o contacto de algunas proteínas incluidas en determinados alimentos.
Frutos secos, pescado, marisco, lácteos o piel de determinadas frutas son los elementos más habituales en este tipo de alergias
Los síntomas aparecen, claramente, en apenas 30 minutos desde el contacto o la ingesta y su gravedad dependerá de la cantidad de alimento consumido.
Desde urticarias o dermatitis, a náuseas, picores o hinchazón, pasando por rinitis, asma o tos recurrente. En el peor de los casos, se puede dar una anafilaxia, pero no es lo habitual.
Una alergia cutánea se da cuando el cuerpo ofrece una respuesta inmune desmesurada ante una sustancia extraña. Esta reacción puede ser una urticaria o una dermatitis.
La urticaria implica la aparición de manchas en la piel, irritación y picor casi constante. A veces, también conlleva dolor abdominal, presión arterial baja o complicaciones respiratorias.
La dermatitis es una reacción inmediata de la piel que suele implicar inflamación y rojeces.
Más que alergia, en el caso del sol lo que produce su acción directa son quemaduras, erucpciones o problemas de pigmentación.
Eso sí, hablamos de reacciones inmunológicas a una exposición normal al sol, donde un alérgeno es activado en combinación con la radiación solar, afectando a la piel.
Los síntomas que genera la alergia al sol son siempre cutáneos: erupciones, urticaria, eccemas, descamación, ampollas, picor, rojeces o inflamación
El tratamiento pasa, sobre todo, por no exponerse al sol, duchas frías o no usar prendas ajustadas y, en determinados casos, cremas con antihistamínicos o cortisona.