Reduce tu consumo de plástico y gana dinero con ello
Usamos demasiado plástico en nuestra vida diaria. Es verdad que se trata de un material que en muchas ocasiones se puede reciclar, pero no por ello debemos abusar de él. A día de hoy existen numerosas alternativas al plástico que, además, son sorprendentemente buenas y muy prácticas.
A medida que va creciendo la conciencia ecológica entre nosotros, los productos alternativos al plástico también van bajando su precio y siendo más asequibles para todos. Por ello, vamos a ver algunos consejos para reducir en plástico en nuestros hogares...
Los envoltorios de celofán que suelen cubrir algunos productos que compramos en los supermercados son casi imposibles de reciclar, ya que pueden obstruir la maquinaria que se utiliza en las instalaciones de reciclaje. Es por ello que termina en los vertederos o incinerado, lo que supone liberar sustancias químicas altamente tóxicas que son nocivas para el medio ambiente.
Además de evitar comprar todos esos productos que están envueltos con celofán, en casa debemos acostumbrarnos a usar recipientes reutilizables o envoltorios de cera de abeja para guardar las sobras y conservar los alimentos.
O también podemos cubrir el plato con nuestros restos de comida con otro plato. ¡A veces los viejos hábitos pueden ser de lo más ecológico!
Otra opción muy económica para el almacenamiento de alimentos es la reutilización de envases de vidrio. Podemos guardar los botes de mermelada, de legumbres o de espárragos quitando la etiqueta y utilizándolos para guardar las sobras de comida en el frigorífico; o bien productos secos, como puede ser la pasta o también legumbres, que tendremos en nuestra despensa.
¡Os sorprendería saber que las bolsas de té de plástico pueden liberar en torno a 11.000 millones de microplásticos en nuestra taza! Mucha gente bebe té por sus beneficios para la salud, pero estas bolsitas, lamentablemente, pueden contrarrestar todo lo bueno que nos aporta...
Las bolsas de té de papel podrían parecer la solución a este problema, pero lamentablemente no lo son. Estas bolsitas contienen una pequeña cantidad de polipropileno, un material que también es plástico y que no se puede compostar ni reciclar.
Afortunadamente, hay una solución a este problema: comprar té suelto -que, además, suele ser más barato que comprarlo en bolsas- y utilizar un infusor o un colador de metal especial para ello para servirlo. ¡Podremos disfrutar de nuestra taza de té sin miedo y sin sentirnos mal por dañar nuestro medio ambiente!
La mayoría de las esponjas de baño y de la cocina están hechas de plástico y no se pueden reciclar. Cada vez que usamos una de ellas, provocamos que un gran número de microplásticos acaben yéndose por el desagüe! Ese agua acaba en ríos y en el mar, donde peces y otros organismos marinos acaban digiriéndolos afectando a su salud -y a la nuestra en caso de consumirlos como alimento-.
En lugar de usar esponja, podemos elegir otras opciones mucho más ecológicas a la hora de lavar y limpiar. Por ejemplo, para fregar los platos, podemos probar con un simple paño de algodón, un estropajo de fibras naturales o con cepillos de mango de madera.
Y hablando de limpieza, en este caso de nuestro cuerpo, ha llegado la hora de deshacernos de una vez de las esponjas de ducha hechas de plástico como las que vemos en la imagen.
En su lugar, ¿por qué no pruebas con una esponja natural o una de luffa 100% natural? La luffa es un género con cinco especies de plantas que, usándolas secas, funcionan muy bien tanto a la hora de ducharnos como para lavar los platos. Y lo mejor de todo es que son baratas y totalmente compostables.
Debemos dejar de utilizar y reemplazar cuanto antes cualquier producto de plástico que esté hecho para usar y tirar. Es el caso de las maquinillas de afeitar desechables, que no se pueden reciclar, así que mejor buscar una buena alternativa a ellas.
¡Afortunadamente, existen maquinillas de afeitar reutilizables! Y no te preocupes, que no estamos hablando de las clásicas cuchillas que utilizan los barberos. Existe una extensa gama de maquinillas de afeitar metálicas con un amplio abanico de precios y para las que podemos usar hojas de repuesto muy baratas. A largo plazo, es una opción más económica que comprar maquinillas de afeitar de plástico y... ¡mucho mejor para nuestro planeta!
Con el paso de los años, el jabón líquido se ha convertido en el más usado en los hogares, por delante de las tradicionales pastillas. Sobre el jabón no hay nada que objetar, lo malo es que su uso genera muchos deshechos plásticos de la mano de los botes que los contienen. Y lo mismo ocurre con los geles de ducha y los champús...
Comprar pastillas de jabón envueltas en papel es una buena alternativa, fácil y económica. Existen jabones artesanales de este tipo que no cuestan nada y usándolos ayudamos a reducir el consumo de plástico. Además, ¡también duran más!
Si nos lavamos el pelo entre 3 y 4 veces por semana, podríamos acabar usando hasta 24 botes de champú de plástico a lo largo de todo un año... Es una gran cantidad de residuos plásticos que podríamos evitar fácilmente.
También podemos cambiar el champú en bote por un champú en pastilla, que es mucho más ecológico. Este tipo de champú, bastante desconocido para la mayoría, funciona igual de bien, además de que ofrece una amplia gama para elegir y para todo tipo de cabellos.
Otra forma de reducir los residuos plásticos es dejar de usar las pequeñas y endebles bolsas que nos ofrecen en los supermercados para meter productos como las frutas y las hortalizas.
En su lugar, podemos adquirir un juego de bolsas de tela o hacerlas nosotros mismos con telas viejas. Serán muy útiles para coger en el supermercado estos productos como frutas, hortalizas y otros que se vendan a granel, ayudando una vez más a reducir el consumo de plástico y a mejorar nuestro medio ambiente.