Cómo reducir tu consumo de sal

¿Qué cantidad de sal es mala para la salud?
Evitar alimentos preparados y procesados
Cuidado con el pan
Comprar alimentos bajos en sodio y sin sales añadidas
La sal marina no es más saludable
Cocinar sin sal
El salero fuera de la mesa
Cereales que pueden ser altos en azúcar... ¡y en sal!
Atención al queso procesado
Ketchup y otras salsas preparadas
Soja o el alimento súper salado
Objetivo: reeducar nuestro gusto
¿Qué cantidad de sal es mala para la salud?

La Organización Mundial de la Salud recomienda el consumo máximo de 5 gramos al día. Es decir, el equivalente al contenido de una cuchara de té. Se calcula que, de media, la población mundial consume entre 9 y 12 gramos de sal diarios, el doble (o más) de lo recomendado. Mucha sal puede provocar hipertensión y problemas cardíacos o cerebrovasculares. Veamos algunos consejos para reducir el consumo de sal.

Evitar alimentos preparados y procesados

Los alimentos frescos son siempre la mejor opción. Entre otras cosas porque tenemos el control sobre el modo en que los cocinamos.

Cuidado con el pan

Curiosamente es uno de los alimentos que suelen contener más sal. Solo una rebanada puede suponer la ingesta de 400 miligramos de sal. En la dieta mediterránea es un elemento fundamental así que hay que cuidarse y elegir un pan bajo en sal.

Comprar alimentos bajos en sodio y sin sales añadidas

Hay que leer las etiquetas de los productos alimenticios que compramos: comparar el porcentaje de sal que contienen y ver que no tengan alto porcentaje de sodio (que es el elemento básico que hay en la sal).

La sal marina no es más saludable

Aunque tenga fama por ser "más natural", consumir sal marina tiene exactamente los mismos efectos que otras sales.

Cocinar sin sal

O con muy poca sal. Resulta difícil porque culturalmente estamos acostumbrados a sabores salados pero educar el gusto resulta perfectamente posible. Puede descubrirse una gama de sabores muy potente dejando la sal a un lado.

El salero fuera de la mesa

La presencia del salero en una mesa induce a salar en demasía nuestros platos. Que se quede en la cocina.

Cereales que pueden ser altos en azúcar... ¡y en sal!

Hay que elegir bien los cereales del desayuno. Ya incluimos vigilar este producto entre los consejos para reducir el consumo de azúcar pero también hay que ver cuánta sal contienen. Y, aunque no te lo creas, algunos cereales llevan un porcentaje de sal bastante elevado.

Atención al queso procesado

El queso que se comercializa para consumir en sandwichs puede contener altísimas dosis de sal.

Ketchup y otras salsas preparadas

De nuevo la misma recomendación: si las compras preparadas, has de mirar el porcentaje de sal que contienen.

Soja o el alimento súper salado

Cada 100 gramos de salsa de soja contienen 5'7 gramos de sodio. Se trata de una salsa, por tanto, con un altísimo porcentaje salino y por ello hay que consumirla en cantidades muy moderadas.

Objetivo: reeducar nuestro gusto

En realidad, la regla básica es leer atentamente el etiquetado de todo lo que consumamos. Y, sobre todo, eludir todo añadido de sal (en la medida de lo posible) a la hora de cocinar. Se trata de reeducar nuestro gusto. Y no es tan difícil como parece. Nuestra salud nos lo agradecerá.

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