Ciudades que terminaron en crisis o bancarrota tras los Juegos Olímpicos
En todos estos casos, los problemas económicos surgieron de la combinación de sobrecostos, instalaciones subutilizadas, corrupción y una planificación deficiente que no tomó en cuenta el costo real de mantener la infraestructura a largo plazo.
La construcción del estadio olímpico, apodado con sarcasmo "El Gran Elefante Blanco", generó, según enormes sobrecostos. La deuda ascendió a $1.500 millones y tomó 30 años pagarla, finalizando en 2006, según Excélsior. Esto provocó recortes en servicios públicos y aumentos de impuestos.
Atenas gastó $2,900.00 millones en los Juegos Olímpicos, según Bloomberg, contribuyendo a la crisis económica griega de 2008, cuyas consecuencias continúan hasta la fecha. Muchas instalaciones quedaron en desuso, y la deuda del país aumentó enormemente.
Según TUDN, Los Juegos costaron alrededor de $13.000 millones en un país que estaba repuntando económicamente en ese momento y, después, volvió a caer. Actualmente, la mayoría de las instalaciones están en desuso o abandonadas. El gasto llevó a la recesión, mientras que la corrupción y la falta de planificación llevaron a una crisis fiscal.
A pesar de no ser unos Juegos Olímpicos de verano, Sochi gastó $50.000 millones, el costo más alto en la historia olímpica, según BBC. El gasto generó tensiones económicas, instalaciones subutilizadas y un retorno de inversión casi nulo.
Tras los Juegos Olímpicos se desató la guerra de Bosnia. Ambos acontecimientos hundieron la región en una crisis económica y humanitaria. Las estructuras olímpicas quedaron en ruinas, según National Geographic.
Si, también los países más prósperos se meten en problemas. Aunque Londres tuvo éxito organizativo, el costo final fue de más de $18.900 millones, según BBC. Algunos proyectos de infraestructura como el Parque Olímpico tuvieron sobrecostos y la regeneración urbana ha sido lenta en algunas áreas.
Aunque Beijing exhibió poderío económico, el costo total fue, según El Mundo, de entre 20.000 y 40.000 millones. Muchas instalaciones quedaron subutilizadas. La alta inversión no trajo los beneficios prometidos a nivel local.
El costo de $4.400 millones dejó a la ciudad con deudas significativas, según El Economista. La región no ha podido mantener las instalaciones ni aprovecharlas económicamente, lo que afectó sus finanzas.
Aunque Seúl obtuvo ganancias a largo plazo, el costo inicial de $4.000 millones, según El País, dejó una deuda que tardó años en ser liquidada. También durante años, las instalaciones olímpicas requirieron subsidios gubernamentales para mantenerse.
Los Juegos fueron financiados mayormente con fondos privados, pero la infraestructura urbana sufrió problemas y el "Centennial Olympic Park" se convirtió en una carga económica para la ciudad durante años, aunque las instalaciones siguen en uso, según Forbes.
El costo del evento se disparó a $2.200 millones, según CNN en Español, generando una deuda que la ciudad tuvo dificultades para manejar por mucho tiempo. La falta de transparencia y acusaciones de corrupción contribuyeron a las pérdidas financieras.
Todo parecía ir tal y como lo planearon los metódicos alemanes, pero los costos iniciales que, según El Estudio de las Olimpiadas de Oxford fue de $1.000 millones, aumentaron debido al atentado terrorista, que implicó el secuestro y asesinato de 11 atletas israelíes por parte de un comando del grupo palestino Septiembre Negro. La ciudad tuvo que asumir los sobrecostos de seguridad y reparación de daños, lo que generó una deuda significativa.
Tras organizar los Juegos de Invierno por segunda vez, la ciudad no pudo recuperar los costos de inversión. Las instalaciones no generaron los ingresos esperados, y la deuda persistió por décadas, según La Vanguardia.
Los costos excedieron los $2.000 millones, dejando a la ciudad con una deuda considerable. Muchas instalaciones quedaron sin uso, y los beneficios económicos no se materializaron como se esperaba. Incluso volvieron a postular para el 2030 y terminaron retirando su candidatura, según RTVE.es
La pequeña localidad asumió una deuda de $9 millones, una cifra grande para su tamaño. El gobierno estatal tuvo que intervenir para evitar la bancarrota, dejando a la ciudad con un legado financiero negativo. El World Economic Forum publicó un estudio que señaló que "Ningún juego desde 1960 ha estado por debajo del presupuesto. De hecho, casi la mitad tiene sobrecostos de más de 100 por ciento" y en el caso de Lake Placid 1980, "fue de 324 por ciento”.