¡Alimentos que guardamos en el refrigerador, pero no deberíamos!
Tendemos a guardar la mayor parte de nuestros alimentos en el refriferador, pero esta no siempre es la mejor solución. ¡Mira en la galería cuáles deben quedarse en la despensa y sorpréndete!
Las papas deben almacenarse en un lugar fresco y seco, como una despensa o un armario de la cocina. En la nevera, pueden volverse blandas y desarrollar un sabor extraño, además de cambiar de color.
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Al igual que las papas, las cebollas deben conservarse en un lugar fresco y seco. Sobre todo, deben almacenarse en un lugar ventilado. El interior del refrigerador está húmedo, lo que hace que se echen a perder más rápidamente. Lo mejor es guardarlos en la despensa.
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Si cortas una cebolla y no planeas usar el resto de inmediato, puedes guardarla en el refrigerador y consumirla dentro de 2 días.
El ajo también debe almacenarse en un lugar fresco y seco. Colóquelo en un recipiente abierto o en una bolsa de malla para permitir la circulación de aire adecuada.
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Además, la baja temperatura puede cambiar su sabor y la mala ventilación del frigorífico puede provocar moho. Cuando se almacena al aire libre, el ajo puede durar hasta dos meses, ¡fácilmente!
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La calabaza se puede almacenar a temperatura ambiente durante varias semanas. La idea es mantenerlo resguardado de la luz solar directa y evitar cambios extremos de temperatura. No los refrigere a menos que estén cortados en pedazos. Si este es el caso, refrigere por hasta 5 días. Y recuerda, ¡siempre puedes congelarlo!
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Guardar aceite de oliva en la nevera es un error común. Su lugar de almacenamiento ideal es un ambiente seco y oscuro. Para una mejor conservación, dé preferencia también a los recipientes más oscuros.
Los tomates a menudo se almacenan en el refrigerador porque la gente cree que esto ayudará a mantenerlos frescos por más tiempo. Sin embargo, el tomate es en realidad una fruta tropical, sensible a las bajas temperaturas.
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Cuando se almacenan en el refrigerador, la baja temperatura puede hacer que los tomates se vuelvan harinosos y pierdan su sabor y textura. Por esta razón, ¡es mejor guardarlos en la despensa!
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Si tiene muchos tomates maduros, debe almacenarlos en el congelador para prolongar su vida útil. Para congelar tomates, debes lavarlos y secarlos, luego cortarlos en rodajas o cuartos y colocarlos en una sola capa sobre una bandeja para hornear. Una vez congelados, se pueden guardar en un recipiente con tapa.
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Los tomates congelados se pueden usar en platos cocinados como sopas y salsas, pero no son adecuados para platos crudos como ensaladas.
Cuando guardamos el pan en la nevera, se seca y envejece tres veces más rápido que a temperatura ambiente. Esto sucede debido a un proceso conocido como retrogradación, las moléculas de almidón se cristalizan y el pan se endurece.
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Para mantenerlos suaves por más tiempo, es importante guardarlos en un lugar fresco y seco. En caso de congelación, envuelva cada pan individualmente para que no se peguen. En el caso del pan casero, después del frío, debe conservarse en bolsas de papel. Si se almacenan en plástico, pueden humedecerse y volverse esponjosos.
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Mucha gente guarda su chocolate en la nevera, especialmente en verano, para que no se derrita. Esta práctica no está especialmente contraindicada, pero el frío cambia por completo el sabor del chocolate además de su textura. Entonces, para los adictos al chocolate de turno, póngalo en el refrigerador solo si se está derritiendo por completo.
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Los plátanos deben almacenarse a temperatura ambiente hasta que estén completamente maduros. Posteriormente, se pueden colocar en la nevera para prolongar su vida útil.
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Si alguna vez has puesto un plátano en la nevera, sabrás que su piel se oscurece. Pero esto no significa que la fruta se eche a perder.
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Cuando desee prolongar su vida útil y mantenerlos amarillos, es mejor almacenarlos individualmente en lugar de en un montón para evitar que las pieles se vuelvan marrones o negras. También puede envolver los tallos de los plátanos en una envoltura de plástico para ayudar a disminuir la producción de etileno, la hormona que hace que se vuelvan marrones.
Lo mismo ocurre con los aguacates, que deben almacenarse a temperatura ambiente hasta que estén maduros. Solo entonces se pueden colocar en el refrigerador para extender su vida útil.
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Un melón debe permanecer a temperatura ambiente hasta que se corte. Una vez en trozos, se debe conservar en el frigorífico.
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Algo muy similar sucede con la sandía. Investigaciones recientes han encontrado que dejarlo a temperatura ambiente ayuda a mantener intactos los antioxidantes. Una vez cortados, deben ir a la heladera por no más de cuatro días.
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El durazno, la ciruela y el albaricoque deben almacenarse a temperatura ambiente hasta que estén completamente maduros. Una vez listos para el consumo, se pueden colocar en el refrigerador para que duren por más tiempo.
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La piña, el kiwi, el mango y otras frutas que provienen de zonas cálidas están acostumbradas a las altas temperaturas. Necesitan luz y calor para madurar, de lo contrario, pierden nutrientes. Una vez maduros, se pueden colocar en el refrigerador para prolongar su vida útil.
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Parece una idea bastante obvia almacenar estas frutas en el refrigerador, pero los ambientes fríos no son propicios para los cítricos. Además de necesitar temperatura ambiente para madurar, las bajas temperaturas también pueden dañar el interior. La mejor manera de conservar su sabor es guardarlos en un frutero a temperatura ambiente.
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El envase de pimiento enlatado, generalmente de vidrio, debe mantenerse fuera del refrigerador. Es un alimento que dura hasta tres años porque tiene ingredientes que lo conservan, como el vinagre y el aceite.
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El café molido debe almacenarse en recipientes herméticos en la despensa. No se recomienda la refrigeración ya que crea condensación, lo que afecta su sabor.
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Las temperaturas bajas no son recomendables para la albahaca, que debe conservarse en un vaso de agua, tapada con una bolsa, después del lavado y secado, y sus tallos cortados en diagonal.
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Al igual que el aceite de oliva, la miel presenta una textura alterada cuando se coloca a bajas temperaturas. Es un alimento con fecha de caducidad extendida y no necesita ir a la heladera. Todo lo que tienes que hacer es mantener el paquete bien cerrado.
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Al igual que los pepinillos, los pepinos no necesitan ambientes fríos. Su caparazón delgado los hace susceptibles a las bajas temperaturas, que los dañan y evitan que se ablanden naturalmente. ¡Prueba a guardarlos en un ambiente aireado y seco y verás como su textura mejora notablemente!
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